“¿Cuál es el futuro de Venezuela mientras exista el chavismo, mientras criminales de lesa humanidad rijan el destino de la nación?
No hay, los hijos de Venezuela se irán a sonreír a otra parte…”.
-Gustavo Tovar-Arroyo–
“En Venezuela la niñez se pierde a los 10 años…”.
El filo de la batalla: una guerra moral
L
a lucha que enfrentamos no es política, es espiritual. Estamos inmersos en una guerra que trasciende las balas y las rabias chavistas, una guerra donde el arma más poderosa es nuestra capacidad de resistir con dignidad, de actuar con inteligencia, de planificar cada movimiento con la precisión de un cirujano.
No se derrota a un régimen como el chavista con impulsos ni arrebatos, mucho menos por Instagram o X, se le derrota en el campo de batalla, con la fuerza de la astucia. Y esa fuerza comienza en el alma, , de afilar cada herramienta antes de dar el golpe.
No es momento de improvisaciones, es momento de estrategia, de convertirnos en arquitectos de nuestra liberación. Es momento de besar la mejilla y clavar el puñal de la democracia.
Afilemos el hacha de la conciencia.
Lo mismo ocurre en Bogotá, Quito, Buenos Aires, Lima o Santiago. Los venezolanos, rotos, desterrados, piden limosna, huyeron de Venezuela mendigando una dignidad que el chavismo les ha negado.
“Las plazas públicas de América están atiborradas de huérfanos de tierra, de compatriotas íngrimos, los hijos del Libertador Simón Bolívar mendigan libertad porque en Venezuela se instaló el socialismo chavista…”.
2025: derrotar a la traición:
El chavismo nos ha empujado a un callejón donde no hay espacio para la neutralidad. Esta no es una lucha que pueda terminar en empate. O ellos sobreviven (su traición) o lo hace Venezuela.
Sí, los venezolanos estamos obligados a derrotar a los traidores que entregaron el país a Cuba, Irán, a Rusia, al terrorismo de Hamas y Hezbolá, al narcotráfico y a la corrupción.
Cada sector de la sociedad está llamado a tomar una posición activa, no hay espacio para la indiferencia, porque cada momento de inacción fortalece al enemigo. Y sí, el chavismo es enemigo de Venezuela.
Su maquinaria de destrucción ha saqueado al país, fracturado nuestras familias y torturado nuestra dignidad. Viene la hora final, tu hora y mi hora, la hora del cambio histórico, la hora del abrazo familiar.
Afilemos el hacha de la dignidad.
Venezolanos contra chavistas:
No permitamos que nos confundan: esta no es una lucha entre venezolanos. Esto no es un enfrentamiento entre hermanos.
Es un combate entre un pueblo que clama por su libertad y un grupo de traidores que han entregado nuestra patria a Irán, a Cuba, a Rusia, al narcotráfico y al terrorismo internacional.
Ellos, que se llenan la boca hablando de soberanía, la han vendido al mejor postor. Han convertido a Venezuela en un peón en los juegos sucios de la tiranía mundial. No sólo regalarón Guyana por permanecer en el poder, regalaron a la nación.
Quienes se han puesto del lado del chavismo han firmado su sentencia moral. Los venezolanos estamos llamados a enfrentar no solo a esos traidores, sino a los intereses oscuros que representan.
Afilemos el hacha del honor.
El hachazo final:
La pesadilla puede terminar este año. Estamos más cerca de la libertad de lo que hemos estado jamás. Pero la victoria no llegará sola; llegará si actuamos con organización, con coordinación, con determinación, con unidad. María Corina Machado está decidida a lograrlo, pero ella no puede hacerlo sola.
Esta lucha requiere de cada uno de nosotros. ¿Estás listo? ¿Estás dispuesto a afilar el hacha de la libertad, a usarla con precisión y valentía?
Llegará el momento. No hay vuelta atrás. La rebelión popular total no es una fantasía; es una urgencia.
Con liderazgo, con estrategia, con voluntad, derrocaremos al chavismo y comenzaremos a reinventar el país. Este es el momento. Si fallamos ahora, fallamos a las generaciones que vendrán. La victoria es nuestra.
El hacha está en nuestras manos.
¡Hasta la libertad!
Postdata: Tzun Tzu lo expresó mejor: “En la guerra, la victoria no se logra solo con fuerza, sino con estrategia.” Venezuela necesita más que coraje; necesita organización, coordinación y un liderazgo que canalice la energía popular hacia objetivos concretos. María Corina y Edmundo González representan esa guía.
Compártelo, el país nos grita, la historia nos obliga. No es tiempo de líderes, es tiempo de próceres…
¡Viva la libertad! ¡Viva Venezuela!
*Postdata conclusiva:*Las pataletas de la dictadura son tan pasmosas como gracioso es el asombro de los inexistentes partidos de oposición que tanto presumieron de su aparataje, de su organización y de su –casi cómico– “arraigo” popular. Primero Justicia y su endeble Capriles, Acción Democrática y su niño tonto Prosperi, Un Nuevo Tiempo y su postizo Rosales quedaron desnudos y apaleados por el aparato electoral, organización y arraigo popular de Machado, tamaña paliza de moral los petrificó…
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