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REFLEXIONES. Quiérase o no, Nicolás Maduro consolida su presidencia tras el resultado electoral del domingo. Los fantasmas que rodeaban su ejercicio tanto dentro del PSUV como dentro del estamento militar que se ha convertido en su apoyo principal en este estilo de régimen autoritario pueden apaciguarse con más razón luego de los resultados dominicales. Esa consolidación vale también para afuera de Venezuela y es por eso que aprovechará la cresta de la ola mediática global que lo señala triunfador para darse un baño de popularidad y “auctoritas” entre los mandatarios que se darán cita en Suráfrica para los funerales de Nelson Mandela. Ojalá que el aire de humanismo, sencillez, perdón, respeto, magnanimidad y muy en especial el diálogo entre los otrora enemigos que se respirará en esos momentos bañe de pies a cabeza a quien a veces invoca a los dioses con mensajes de paz pero que con frecuencia desata a los demonios en contra de quien siquiera discrepe de sus designios. Casos emblemáticos como el de Simonovis, los comisarios, los policías, la jueza Afiuni y otros que no son tan notorios pero que pasan por situaciones similares deberían resolverse a pesar de las miserias de funcionari@s que se sienten etern@s. La rectificación que tanto pide a los opositores debería comenzar con algunos signos desde su lado ahora que se siente más fuerte y seguro. Sé que hará unos cambios entre sus colaboradores apenas comience al 2014. Los retos que tiene por delante requieren de una concertación entre todos sin estar acusando a los opositores de todo lo que le sale malo a su gobierno. Imposible que siga señalando a los opositores y al sector productor y comercial privado de ser quienes monten estrategias de guerra económica, de sabotaje eléctrico, de inseguridad y otras más por órdenes del imperio estadounidense al que paradójicamente le debe cada día más comprando gasolina y derivados que le han servido para palear cualquier escasez de combustible. Debe oír menos a quienes a su lado lo “engatillan” contra cualquiera que ose discrepar de sus actuaciones. Denigrar de más de una mitad de los venezolanos no es buen augurio para el futuro que requiere de todos. No puede ser “conspirador” todo el que no baje la cabeza ante los deseos presidenciales. El aniquilamiento del presupuesto de la Alcaldía Metropolitana para montarle encima una miserable jefa -quien ayer decía que con Ledezma no se puede coordinar nada pues se lo pasa conspirando- apoyada directamente desde Miraflores para torpedear sus ejecutorias -por cierto mejores que las del gobierno- debe analizarlo en frío. Lo mismo con las malandanzas del “protector de Miranda” para acabar con el trabajo del gobernador del estado que dan vergüenza ajena. Perjudicando a sus habitantes. La votación del 8D hay que releerla en esos sitios. Esperemos que quien se dice lleno de espiritualidad reflexione en Soweto…
CIFRAS. La gran angustia dominical del gobierno, más precisamente del presidente, se centraba en torno a las cifras definitivas que presentaría el Consejo Nacional Electoral. La advertencia transmitida fue que no se dieran cifras menores a las conseguidas en abril. Si casi se llegó a un 60% de participación electoral y el gobierno obtuvo el 49,24% hablamos entonces de un apoyo rojo cercano al 30% de la población electoral. Si se suman el 42,72% de la Mesa de la Unidad Democrática mas el 8,03% de otros antichavistas llegamos a un 50,75% opositor. Por todo ello la presentación de la rojilla Tibisay fue adrede rebuscada y confusa para hacer aparecer a los rojos como ganadores totales. Si recordamos cuando en la elección de los diputados a la Asamblea Nacional se anunció el número de cargos electos no el total de votos pues la oposición tenía mayoría. Así fue que el domingo se informaba de los porcentajes de alcaldías ganadas y perdidas pero no de los votos absolutos. Solo se dio ese boletín para no detallar que a pesar de más votos se disminuía la cantidad de alcaldías rojas y se perdían las principales ciudades. Como bien alertó el único rector que no es del PSUV, Vicente Díaz, esta elección se hizo en medio de la campaña más abusiva, corrupta, descarada y ventajista de la historia democrática venezolana. El rector tuvo que salir a las 6.50 pm a “recordar” que había que cerrar las mesas pues el chavismo pretendía dejarlas abiertas para acarrear votantes en su llamada “operación remolque”. Hasta en la lectura del primer comunicado con los resultados la vestal de la revolución nombraba al PSUV por su nombre y no por sus siglas mientras a la MUD lo hacía solo por las siglas. Se obvió informar el resultado de la alcaldía metropolitana por órdenes de Jorge Rodríguez. Esa es la “objetividad” de las cuatro rectoras rojas rojitas…
LA OPOSICIÓN. Vaya un reconocimiento a su esfuerzo titánico. Maduro dijo que fue un error de cálculo darle carácter plebiscitario a la elección. Sin embargo quien lo dice pertenece a un gobierno que en tres lustros le ha dado ese carácter a cada una de las elecciones celebradas bajo Chávez. La oposición creció en comparación con las últimas municipales de 2008. Aumentó y recupero alcaldías, entre ellas las más emblemáticas, y la diferencia fue menor. Quizás ha faltado una lectura real de lo que han sido estos quince años. La estructuración de una respuesta inmediata y hasta adelantada de los pasos que ya sabemos da el gobierno con los recursos petroleros y la participación militar exagerada y coordinada desde Miraflores ha hecho falta. El reto ante estos alentadores resultados en sitios específicos y emblemáticos es anticiparse a las jugadas del régimen. Las rebajas y “saqueos en cámara lenta” a comercios y tiendas que le rindieron frutos a Maduro no fue contrarrestada con fuerza a la luz de los resultados.
Entiendo que la invisibilización mediática con la censura y la autocensura incluidas, el acoso a dirigentes, allanamientos de inmunidades, campañas de desprestigio y persecución política ha sido feroz y sin escrúpulos. Si se ha sobrevivido hasta hoy un gobierno sin escrúpulos que intercambia dinero, carros, apartamentos, ranchos, casas y plasma por votos, hay que rediseñarse, repensarse, tras estos quince años de oposición.
Las importantes victorias municipales pueden ayudarnos. Sé que es como pelear contra los leones romanos con las manos amarradas pero la seriedad, pulcritud, entrega y sacrificio de algunos dirigentes que ya existen, la de otros que están surgiendo y los de las nuevas generaciones políticas que descollan tienen por delante asumirlo.
Si en la propia Barinas, el abusivo día de serle leal al barinés más ilustre fallecido en éste siglo, se permitió que un demócrata opositor se llevara la alcaldía principal, quiere decir que el descontento popular si se puede canalizar. Que así sea.
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NELSON BOCARANDA SARDI
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jueves 5 de diciembre de 2013
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