Artillería de Oficio
Capriles Radonski está diciendo y prometiendo lo que la gente espera y quiere escuchar. Cuando dice que no regalará ni un barril más de petróleo para ningún país y explica que “no hace falta comprar a los amigos y mientras haya personas con necesidad en Venezuela, ese petróleo es para el pueblo”, está poniendo el dedo en esa llaga que no deja de supurar en la Fuerza Armada, en la que se cuestiona la entrega de nuestra soberanía a Cuba, además del dinero y los recursos que se donan a Cuba, Bielorrusia y otros países. La cifra alcanza los 7.000 millones de dólares, según el candidato presidencial de la Unidad Democrática, la semana pasada en el estado Anzoátegui. Aplauden en los cuarteles, tanto como en los hogares de millones de venezolanos, incluyendo a simpatizantes del chavismo, resentidos con las generosas dádivas de “Don Regalón”, en desmedro de las 700.000 familias o ¿400.000? (una cifra igualmente escandalosa) que se van a la cama sin comer.
Por fin, los “colectivos” violentos, financiados por el gobierno de Chávez, tendrán que deponer las armas, porque el gobierno de Capriles aplicará la ley. Tampoco negociará como hace Chávez, de tú a tú, con los “pranes” en las cárceles. Resulta un alivio saber que los venezolanos no estaremos en estado de indefensión y podremos acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, si es que en el futuro nos vemos en la necesidad de solicitar medidas cautelares para proteger nuestras vidas, de amenazas de muerte o de procesos judiciales amañados y arbitrarios con los cuales se quiera limitar nuestras libertades o expropiar nuestros bienes. Capriles promete una justicia sana, imparcial y honesta.
Además, cree en una democracia variada en ideologías, en la propiedad privada, el desarrollo industrial y promete reactivar la economía, acabar con las expropiaciones, pagar las pensiones y jubilaciones puntualmente y otorgar un subsidio para las medicinas destinadas a los adultos mayores. Expone dos preocupaciones unidas: la económica con lo social. Y no responderá insultos con insultos, no se peleará con nadie; en consecuencia: iniciará una cultura política del trabajo y de la decencia. Un hombre con las cualidades de Capriles Radonski en la Presidencia es lo mejor que puede pasar en un país arrasado como Venezuela.
Un largo etcétera:
No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero estoy harta del histrionismo, del espectáculo y la diversión como método de proselitismo político, del uso y abuso de los medios del Estado, de las cadenas, de la propaganda mentirosa, del populismo fascistoide, del discurso nacionalista, de las amenazas, el nepotismo, de los militarotes acusados de narcotraficantes enquistados en la cúpula de la Fuerza Armada, del caudillismo y las imposiciones, del ascenso impresionante de la criminalidad durante los últimos 14 años, de la violencia, la impunidad, del deterioro en todos los servicios públicos, de la crisis económica, la ruina y la devaluación, la ignorancia, la desprofesionalización, chabacanería, mediocridad, resentimiento social, del irrespeto continuo hacia los opositores, del lenguaje soez, de la apropiación indebida de nuestros símbolos patrios, del culto a la personalidad, de la cubanización. Harta también de Evo, Correa, Fidel y sobre todo, de Hugo Chávez.
Tictac ¿Santa palabra?:
la decisión del Presidente de designar a Francisco Ameliach como candidato a la Gobernación del estado Carabobo, desató una cruenta discusión en el Partido Socialista Unido de Venezuela. Sectores críticos no quieren seguir dando “un cheque en blanco a Hugo Chávez por más comandante y líder que sea” y hacen un llamado a desconocer la orden, por injusta e ilegítima…tictac
Por: MARIANELLA SALAZAR
msalazar@cantv.net
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