Se trata de ladrones que se especializan
en entrar y someter a sus víctimas
■ Los hombres penetraron a la vivienda luego de forzar una de las puertas.
De acuerdo a la información ofrecida por fuentes policiales, los presuntos asesinos del médico cirujano Daniel Méndez, de 39 años, son los miembros de una banda que roba en quintas ubicadas en La Lagunita.
Al parecer, durante el primer semestre de 2011, entraron en 22 casas. En la mayoría, según se pudo conocer estaban los propietarios, y a todos los sometieron atándoles las manos y los pies, amordazándolos y encerrándolos a todos en una misma habitación.
Después de maniatar a las víctimas, ante una crisis nerviosa sufrida por un pariente de Méndez Escalona, éste habría convencido a sus asaltantes que requería buscar una medicina para tranquilizarla, situación que aprovechó para tomar un arma y disparar contra José Gregorio Chourio, uno de los victimarios, quien murió de manera inmediata.
En todos los asaltos, y hasta en el que pretendieron concretar el lunes en la madrugada adentro de la casa del médico cirujano, en la calle C-1 de La Lagunita, cargan con joyas y dinero. En sus ingresos, han demostrado saber de platería.
Los policías presumen que puede tratarse de la continuación de una banda que operaba hace cinco años en esos predios llamada “Los Guajiros”.
El grupo fue desarticulado por efectivos del Cicpc, pero al parecer, volvieron a reorganizarse y bajo igual modalidad, regresaron a asaltar quintas en La Lagunita.
El Ministerio Público comisionó al fiscal 38° de Caracas, Alejandro Corser, a fin de dirigir la investigación por el homicidio del médico cirujano Daniel Méndez Escalona (39), hecho ocurrido en la madrugada del 07 de agosto, en una quinta en la calle C-1 de la urbanización La Lagunita.
De acuerdo con la información preliminar, en la residencia del galeno se había realizado una reunión familiar y cuando todos se encontraban durmiendo, unos hombres penetraron a la vivienda luego de forzar una de las puertas con una herramienta utilizada como palanca.
Por: MARÍA ISOLIETT IGLESIAS
EL UNIVERSAL
miércoles 10 de agosto de 2011
