Artillería de Oficio
El culto y fetichismo que profesa el régimen hacia Simón Bolívar ha tornado su figura universal, como Libertador de América, en una suerte de caricatura de cómics, y transgredido incluso su obra y la circunstancia histórica del siglo XIX. El aniversario de su natalicio, con la presencia en el país de Hugo Chávez y el circo demencial y hasta pavoso montado con los restos de Bolívar, llegó al clímax con la presentación de su ADN y de la truculenta investigación sobre la mil veces estudiada muerte del Libertador.
El protocolo de la autopsia practicada por el insigne médico francés, Alejandro Próspero Revérend, al cadáver del Libertador, ha sido posteriormente valorado por notables científicos, que han confirmado el diagnóstico y precisión de su necropsia al permitir clasificar el tipo de tuberculosis que sufría. También lo reconocieron el pionero de la lucha antituberculosa en el país, doctor José Ignacio Baldó Soulés, en su libro La lucha antituberculosa en Venezuela y sus problemas, y el médico e historiador Arturo Guevara, en su obra Historia clínica del Libertador, entre otras eminencias.
Los dictámenes de la artificiosa comisión creada por Chávez para desautorizar la actuación clínica de Revérend y sustentar su teoría del asesinato en San Pedro Alejandrino servirán para continuar alterando los textos escolares, generar una historia fabulada, destruir la memoria histórica, transformar nuestra gesta libertaria y, en nombre de Bolívar, permitir la colonización de Venezuela por parte de la dictadura comunista cubana.
En nombre de Bolívar nos han dividido a los venezolanos, que disfrutamos de una república gracias a esa gesta incomparable que hoy es degradada en su bicentenario.
La presentación en cadena nacional del estudio del ADN del Libertador fue un circo necrófilo que propicia la superchería no sólo sobre las causas de la muerte del padre de la patria, sino sobre la enfermedad presidencial, tan poco documentada por falta de un parte médico, pero con muchas procesiones de opereta, cadenas de despedida, llantos, recibimientos, misas solemnes y santos óleos. Sólo faltaron los ritos de la santería cubana, que no son televisados cuando los practican.
Lo que debería ser estudiado y revelado es el misterio genético del ADN de Chávez. Sería mucho más útil para la sociedad conocer sus alteraciones, y que esos mismos científicos también localicen el gen que hace que tantos venezolanos, incluidos menores de edad, lleven varios muertos encima atracando impunemente en Venezuela; o el ADN de funcionarios que por diferencias políticas son capaces de mantener muertos en vida a decenas de presos políticos y convertir las cárceles en universidades del delito y centros de alta delincuencia organizada.
El ADN de quienes han establecido la industria del secuestro en este país como la primera del continente.
Conocer las variaciones en el genoma de quienes se arrodillan ante una dictadura extranjera, corrupta y criminal como la cubana. Esas alteraciones del ADN o involuciones de la especie, las que el vulgo conoce desde hace tiempo como taras, son las que deben identificar, para entender la degeneración en que estamos viviendo. Que las encuentren, por favor. Y que las extirpen, si es que se puede.
Tic tac
Cambio de señas: En Fuerte Tiuna están siendo borradas de todas las edificaciones y academias las consignas de la revolución bolivariana: “Patria, socialismo o muerte”.
Por: MARIANELLA SALAZAR
msalazar@cantv.net
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EL NACIONAL
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