Asesinado cantautor argentino
Facundo Cabral en Guatemala
■ El cantautor iba a dejar el el país luego de varias presentaciones realizadas esta semana.
El músico, de 74 años, había pasado la última semana en Guatemala realizando una serie de presentaciones artísticas y hoy pasadas las 5.30 fue emboscado en el Bulevar Liberación del centro de la ciudad.
El cantante y compositor argentino Facundo Cabral fue asesinado en la mañana de hoy en la ciudad de Guatemala en un confuso atentado, cuando se dirigía al aeropuerto La Aurora para abandonar ese país, según informaron medios de prensa guatemaltecos y argentinos.
Según reportó Lanacion.com, el músico, de 74 años, había pasado la última semana en Guatemala realizando una serie de presentaciones artísticas y hoy pasadas las 5.30 fue emboscado en el Bulevar Liberación del centro de la ciudad capital por un grupo delictivo, informó la prensa citando fuentes policiales.
Según publicó el Clarin.com, Ronaldo Robles, vocero del gobierno de Alvaro Colom, condenó y lamentó el hecho y afirmó que las fuerzas de seguridad ya iniciaron las investigaciones para esclarecer lo ocurrido “lo más inmediatamente posible”.
Guatemala.- El trovador argentino abandonaría el país luego de varias presentaciones musicales realizadas esta semana. El vehículo que lo transportaba fue emboscado en el Bulevar Liberación y 14 calle zona 7.
Mynor Ruano, de los bomberos municipales, indicó que también fue herido de bala el empresario que contrató al cantante sudamericano.
“Es triste que este hombre que le cantaba al amor, a la paz y a la alegría haya perdido la vida por unos bastardos en Guatemala”, dijo Ronaldo Robles, secretario de Comunicación Social de la Presidencia de Guatemala.
Robles dijo que se comenzaron las investigaciones y que esperan capturar a los responsables de este hecho.
Cabral había salido en compañía de su representante David Llanos y Henry Fariña rumbo al aeropuerto a eso de las 5:20 horas desde el hotel Tikal Futura, lugar donde estaba hospedado.
Uno de los pilotos que acompañó a Cabral dijo que fueron hombres en dos vehículos fueron los que perpetraron el ataque. Los guardaespaldas de Cabral intentaron evitar el asesinato, pero no impidieron que las balas alcanzaran el cuerpo del trovador.
Rodolfo Enrique Facundo Cabral nació el 22 de mayo de 1937 en La Plata, Argentina, y además de ser cantante, era reconocido por sus composiciones y sus producciones musicales.
Cabral había retornado de Quetzaltenango en donde dio su último concierto y fue la canción “No soy de aquí, ni soy de allá” la última melodía que dio a un auditorio.
La noticia ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales, en donde un público airado ha mostrado su indignación por el crimen que pone en la mirada mundial a una Guatemala sumida en la violencia.
La lectora Vicky Mauricio escribió en el fanpage de Prensa Libre en Facebook: “qué pena que hayan hecho algo así, ¡Qué les pasa! Él era un ser humano excepcional por su talento, no cabe duda que vivimos en una selva y el que se dice ser el Rey no hace nada”.
Otro lector, Mario René Espósito, dice: “descanse en paz, Facundo Cabral, que tristeza por mi Guatemala”.
Cabral, de 74 años, dejó tras de sí una larga vida de producción musical y profundas melodías de donde se extrae el siguiente texto: “cuando un amigo se va queda un tizón encendido que no se puede apagar”.
Facundo Cabral: anécdotas, pensamientos y maravillosa vida:
Pensamientos:
“Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos.…“ Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y, el segundo, la libertad para vivirla.”
“El ahijado”
El poeta indio Tagore, que bautizara “mahatma”, es decir, alma grande, a Ghandi, decía que cuando el hombre trabaja, Dios lo respeta, más cuando el hombre canta Dios lo ama.
Mi madre poco antes de morir, me dijo: muero contenta porque cada vez te pareces más a lo que cantas.
Juan Francisco, mi ahijado, dice, a sus dos años de edad, que soy artista porque canto, y que canto para poder comprarle chocolates, que es lo más razonable que escuché sobre mi oficio.
Borges:
Cuando le pregunté a Borges porqué no había libros suyos en su biblioteca, me dijo: porque sigo teniendo el hábito de la buena lectura.
Cuando le pregunte qué le había parecido Arreola, que acababa de visitarlo, me dijo: es un verdadero caballero, me dejó dos o tres silencios.
Cuando le pregunté por Cien años de soledad, que le habían leído, me dijo: los primeros cincuenta años son memorables…
Al verme asombrado por su presencia en mi concierto, Ray Bradbury me dijo: me asombra que se asombre de encontrar un Bradbury viniendo de un país que tiene un Borges que es asombroso.
La Madre Teresa de Calcuta:
Pregunté a la Madre Teresa en Calcuta: ¿cuándo descansa? y me dijo: Descanso en el amor. Le pregunté: ¿cuál es el lugar del hombre? y me dijo: Donde sus hermanos lo necesitan. Le dije: nunca la escuche hablar de política, y me dijo: Yo no puedo darme el lujo de la política, una sola vez me detuve 5 minutos a escuchar un politico, y en esos 5 minutos se me murió un viejecito en Calcuta.
Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios recién había salido.
Una señora, impresionada por verla bañar a un leproso, le dijo: yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dolares, a lo que Teresa contestó: Yo tampoco porque a un leproso solo se lo puede bañar por amor.
El viejo Tarahumara, el campesino chino:
Pregunté a un viejo Tarahumara porqué no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: Si las armas fuesen necesarias, habríamos nacido con ellas.
Me dijo un campesino chino: Si quieres ser felíz un día emborrachate, si quieres ser felíz una semana cásate, si quieres ser felíz toda la vida se jardinero.
El maestro Rubinstein:
En el Campo di Fiore, en el trastevere romano lo encontré, dándole migajas a las palomas. Le pregunté: ¿Usted es el que yo creo? y me dijo: Yo soy el que tú quieras. Le pregunté: ¿Usted es el maestro? Y me dijo: No, maestro es el que te puso delante de mi y a mi delante de ti. Yo soy Arthur Rubinstein.
El regalo de la libertad:
Cuando me fuí de mi casa, niño aún, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida, el segundo la libertad para vivirla.
La oración dilecta de mi madre decía: Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mi. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa, ¡ tanta es tú misericordia amado Señor!.
La mayoría es buena gente:
Alguna vez me preguntó mi madre: ¿cuándo vas a dejar de pelear para comenzar a vivir?, ¡porque no se pueden hacer las dos cosas a la vez!.
Mi madre creía que que el día del Juicio Final el Señor no nos juzgará uno por uno –ardua tarea– sino el promedio, y si juzga el promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso –una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que construyen la vida-.
Diría mi madre: Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio.
Por: AGENCIAS / EL UNIVERSAL
sábado 9 de julio de 2011
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