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FREDDY LEPAGE: ¿Y dónde está el CNE?

Aquí y ahora…

 

No se por qué, me late la impresión de que la oposición está volando sin instrumentos en materia electoral.

Y esto, obviamente, debe causar una profunda preocupación entre quienes militamos activamente en las antípodas del pensamiento político de Chávez y su intención de llevar a Venezuela a un comunismo de nuevo cuño que, poco a poco ­pero sin pausa­, intenta acabar con el sistema de libertades públicas preferido por una mayoría contundente de venezolanos.

Ya el militar presidente está en campaña por la reelección, sin que, hasta ahora, se hayan definido, por el organismo comicial, las normas determinantes de las reglas del juego.

Fiel a su inveterada costumbre, hace uso y abuso del poder que detenta.

Ninguna institución del Estado se atreve a frenarlo. Anda, como se dice, por la libre.

Corriendo solo…

A medida que su popularidad baja, las cadenas de radio y televisión se repiten, sin freno alguno, varias veces al día.

Las promesas saltan desordenadas por los aires. El ventajismo es ostensible. Pero más perversa aún es la falta de voluntad política del Consejo Nacional Electoral para atajar este despropósito. Su silencio es estruendoso…

Los partidos de oposición ­representados en su conjunto por la Mesa de la Unidad Democrática­ están enfrascados en una laboriosa discusión sobre aspectos relativos al proceso y organización electoral que, sin duda alguna, son muy importantes a los efectos de definir la candidatura unitaria que enfrentará al “centauro” de Sabaneta.

Ya, por lo menos, se estableció la fecha de las elecciones primarias. Pero todavía quedan aspectos cruciales por dilucidar, entre los cuales, destaca el tema de la tarjeta única, que causaría un impacto positivo desde el punto de vista cualitativo (daría mayor entusiasmo y nervio a la candidatura) y cuantitativo (entre ellos, la reducción de los riesgos de equivocarse al momento de sufragar).

Ejerciendo, sin proponérmelo, de abogado del diablo, no sería baldío, pasearnos por dos de las posibilidades de alterar, a conveniencia del oficialismo, los factores determinantes que incidirían en el resultado final. ¿Qué pasaría si, por alguna circunstancia, Chávez decide adelantar las elecciones presidenciales? ¿Cómo repercutiría la separación de las elecciones del Presidente de la República y de gobernadores y alcaldes? Chávez juega con las cartas marcadas, con el árbitro a su favor y con todo el peso de lo que significa disponer, a su leal saber y entender, de la abultada chequera petrolera; razones por las cuales, siempre cuenta con un as bajo la manga.

Esto, sin embargo, no significa que sea invencible. El pueblo está cansado de tantos ofrecimientos incumplidos. De tanta insensibilidad en el manejo de la administración pública, sin que se dé respuesta alguna a los más ingentes problemas nacionales. La economía está por el suelo y la inflación y la inseguridad están enseñoreadas.

El comandante, en su laberinto, no consigue frenar ni, mucho menos, revertir el creciente malestar social, expresado en las múltiples protestas de trabajadores de los distintos sectores, de la gente exigiendo viviendas que no aparecen por ninguna parte, mejores servicios públicos y un ingreso salarial mínimo para sobrevivir.

Estas son las ventajas comparativas que se deben aprovechar para enfrentar, con éxito, los desafíos de un reto plagado de incertidumbres, vivezas, trapisondas e indefiniciones.

No obstante, la pelea es peleando…


Por: FREDDY LEPAGE
freddylepage@cantv.net
@freddyjlepage
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