“Justo el día 13 de abril se me ocurrió
montarme en el Metro de Caracas…”
Ese día el gobierno nacional decidió prestar gratis el servicio como un “regalo” de la “revolución” a los habitantes de Caracas, por celebrar en esa fecha el retorno al poder de Hugo Chávez Frías, después de haber supuestamente renunciado a la presidencia un 11 de abril del 2002, exigido por el Alto Mando Militar, en unos confusos sucesos que a la luz de 9 años transcurridos siguen sin aclararse.
Total. Ese 13 de abril un Metro gratis era una especie de bocado apetecible para los miles de caraqueños que día a día cuidan sus escuálidos presupuestos familiares.
Y si normalmente el Metro está colapsado en sus horas picos, era de esperarse que el 13 de abril se duplicara la cifra de pasajeros.
Con el agregado que también usaron el servicio miles de funcionarios públicos, convocados y trasladados obligatoriamente a la marcha oficialista de conmemoración que llego hasta la Asamblea Nacional.
Afuera del Metro los miembros de la Milicia tenían el “gran trabajo” de obligar a los funcionarios del interior a formar filas para entrar al autobús que los llevaría de regreso a sus respectivos estados.
En medio de los apretones y empujones por entrar y salir, un joven con acento de las barriadas caraqueñas observaba la trifulca y comento:
“Mira chamo! Esa cola se parece a la cola del pollo…”.
Una expresión ingenua pero brutal cuando se compara la realidad venezolana de hoy con la dictadura cubana, país donde son normales la cola del pan, la cola de la carne, la cola de la leche y, evidentemente, la cola del pollo.
Todos alimentos básicos que escasean en Cuba y ahora, con este trágico gobierno chavista, también en Venezuela.
Porque la dramática situación de la Venezuela actual es una fotografía al calco de la Cuba de Fidel.
En Venezuela no solo escasean el pollo, sino la leche en polvo, el azúcar y la harina pan, un producto que no se vende en Cuba y marca, quizás, la única diferencia con el ambiente de racionamiento alimentario.
De allí que esa sencilla expresión del joven evidencia el deterioro de la Venezuela de hoy bajo el mando autoritario de Chávez, un militar interesado en que aumenten en el país las colas del pollo y de la harina pan, para intentar seguir gobernando al país mas allá del 2012.
Sin embargo, los venezolanos votarán en las presidenciales porque en el país se terminen esas tristes colas de racionamiento y las marchas obligadas.
Vale decir, contra el actual gobernante, quien pretende eternizarse en el poder para seguir su política de convertir a Venezuela en la Cuba del Castro comunismo.
Por: Exequíades Chirinos
exequiades@yahoo.com
Domingo, 24 de abril de 2011