El Método del Discurso
Algún día le harán un homenaje nacional a Franklin Brito. Su ejemplo cambió la historia. Obstinado hasta la temeridad, en una lucha que no llamaba demasiado la atención los primeros tiempos, realizó la asombrosa hazaña en Venezuela de llegar hasta las últimas consecuencias. Y hasta más allá de ellas, porque ahora cientos de jóvenes también se lanzan a huelgas de hambre y le propinan tres derrotas a Hugo Chávez. Miraflores ha cedido en tres ocasiones a las demandas estudiantiles: archivó la ley de universidades, les concedió beneficios procesales a presos políticos y el propio Presidente prometió en estos días igualar las becas estudiantiles de todas las universidades. Signo de los tiempos, los estudiantes piden que presente esas promesas por escrito, no confían, con razón, en los anuncios presidenciales.
Han sido tres rotundas derrotas para Chávez, a pesar de que los medios oficiales lanzaran una campaña infame contra los huelguistas. No les sirvió de nada la calumnia del famoso cachito que se comía un supuesto huelguista. El país les creyó más a los estudiantes que al oficialismo.
El Gobierno mostró debilidad, no encontró argumentos para enfrentar a los estudiantes. Chávez se asustó; si moría un estudiante los otros no se desanimarían, continuarían en la huelga porque por todo el país otros estudiantes se incorporaban a la huelga, algo que llamó mucho la atención en América Latina.
Al ceder frente a los huelguistas, Chávez gana tiempo, le quita presión a la protesta. Esta vez él no ha colocado el tema en la agenda pública. Además, los estudiantes que dirigían la huelga demostraron sensatez, coraje e inteligencia, sabían el riesgo que corrían sus compañeros, no estaban jugando.
Los estudiantes han derribado gobiernos en América Latina. Ahora en Venezuela presenciamos el nacimiento de un movimiento nacional con líderes frescos. El próximo paso será la alianza entre trabajadores y estudiantes, algo inevitable.
¿Qué pasará si obreros y estudiantes coordinan sus protestas, si mañana los estudiantes marchan en defensa de las reivindicaciones laborales? Venezuela es hoy un polvorín, después de doce años de gobierno chavista los salarios de los empleados públicos y trabajadores de las empresas estatizadas desaparecen ante una brutal inflación, desatada por Jorge Giordani. Cada vez que el Gobierno expropia alguna empresa adquiere un problema sindical; esas empresas dejan de producir, no cuentan con recursos para financiarse, dependen en adelante del presupuesto nacional. La inflación, entonces, acogota al propio Gobierno, víctima de la política económica y de la ceguera ideológica.
Los trabajadores de Sidetur, Pdvsa, las cementeras, las plantas de aluminio, han visto el éxito de los estudiantes, los imitarán. Se aproximan tiempos difíciles para Hugo Chávez. ¡Curioso socialismo enfrentado con los estudiantes y la clase obrera!, pensarán en el resto de América. Desconcertado, Chávez sólo multiplica las cadenas de radio y televisión, provoca así cansancio entre sus seguidores. Los estudiantes lo tienen loco.
El estribillo que usaba el chavismo ahora le encaja perfectamente al Máximo Líder. No sabe qué hacer Chávez con los estudiantes.
Estos jóvenes idealistas no tienen miedo y aparecen por las cuatro esquinas del territorio nacional. Una alianza de estudiantes, trabajadores e intelectuales se perdería de vista. Franklin Brito no murió en vano.
Por: FAUSTO MASÓ
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