Makled pudiera arrojar luz
sobre la red de Chávez
El viaje del presidente Barack Obama a América del Sur ha dado origen a prometedoras asociaciones en Brasil y otros lugares. Sin embargo, su visita también debe centrar la atención de la región y de su administración hacia el hecho de que Irán y Venezuela están conspirando para sembrar la marca de Teherán de ejecutar acciones terroristas mediante entidades sustitutas en el Hemisferio Occidental.
El 22 de agosto de 2010, a sugerencia de Irán, el presidente venezolano Hugo Chávez recibió a altos dirigentes de Hamás, Hezbolá y la Yihad Islámica Palestina (PIJ) en una cumbre secreta celebrada en una base de inteligencia militar en el complejo de Fuerte Tiuna, al sur de Caracas. Entre los presentes se encontraban el Secretario General de la Yihad Islámica Palestina Ramadán Abdullah Mohammad Shallah, quien está en la lista de los terroristas más buscados del FBI; el “líder supremo” de Hamás, Khaled Meshal, y el “jefe de operaciones” de Hezbolá, cuya identidad es un secreto muy bien guardado.
La idea de esta cumbre surgió de una reunión entre el embajador de Irán en Siria, Ahmad Mousavi, y su homólogo venezolano, Imad Saab Saab, en la embajada de Venezuela en Damasco el 10 de mayo de 2010. Según el informe recibido por el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, los dos diplomáticos estaban considerando la posibilidad de que se celebrara una reunión entre sus presidentes y el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, cuando el embajador iraní sugirió un encuentro de los tres con Chávez en Caracas. El hecho de que estos infames delincuentes salieran de sus refugios habituales demuestra su confianza en Chávez y que los tres están decididos a cultivar una red terrorista a las puertas de Estados Unidos.
Según información a lo interno del régimen venezolano, los acuerdos para el cónclave de agosto estuvieron a cargo del segundo diplomático de Chávez al mando en Siria, Ghazi Nassereddine Atef Salame. Nassereddine es venezolano naturalizado de origen libanés que dirige la creciente red de Hezbolá en América del Sur -lo cual incluye operativos terroristas y tráfico de drogas. Un documento obtenido recientemente de un alto diplomático venezolano revela que Nassereddine realiza negocios con cuatro empresas operadas por Walid Makled, un traficante de cocaína acusado en Estados Unidos y detenido en Colombia.
Makled ha admitido sus vínculos con el narcotráfico en una serie de entrevistas con los medios desde la cárcel. Afirma tener documentos y grabaciones de video que demuestran la complicidad del jefe militar de Chávez, Henry Rangel Silva, y otros secuaces chavistas, en actividades de tráfico de cocaína. Las autoridades colombianas sostienen que deben repatriar a Makled a su natal Venezuela para enfrentar cargos de homicidio, mientras que los diplomáticos estadounidenses han llegado a la conclusión de que es inútil seguir presionando para que Makled sea extraditado a EE.UU y enfrente acusaciones de narcotráfico en Nueva York. Sin embargo, la revelación de que Makled pudiera arrojar luz sobre la red de Hezbolá de Nassereddine debería ser un acicate para que los diplomáticos estadounidenses vuelvan a presionar para que éste sea extraditado a Estados Unidos.
El peligro que plantea una red de terroristas en el continente americano es muy real. En mayo del año pasado, Muhammad Saif-ur-Rehm Khan, un paquistaní que solicitaba una visa de EE.UU. en la embajada estadounidense en Santiago de Chile, fue detenido luego de que guardias detectaron en sus manos rastros de materiales para fabricar bombas. Funcionarios estadounidenses descubrieron el vínculo de Khan con el grupo islamista Jamaat Al-Tabligh. No está claro cuánta información compartieron con los investigadores chilenos. A falta de pruebas para procesar a Khan, las autoridades chilenas lo liberaron en enero, y éste abandonó el país rumbo a Turquía. Una fuente chilena de alto rango me informó que, antes de su detención, Khan vivió y se relacionó con personas de origen egipcio, de Arabia Saudita y Líbano -muchos de los cuales portan pasaportes venezolanos. Uno de los funcionarios acusados de expedir tales documentos a los extranjeros sospechosos es el hombre de confianza de Chávez, Tarek Zaidan El Aissami. El también ministro del Interior de Venezuela es de origen sirio, su padre es conocido por haber elogiado públicamente a Saddam Hussein y Osama bin Laden, y su hermano Firaz es socio del narcotraficante Makled.
La amenaza que plantean los terroristas trotamundos está siempre presente. Un funcionario de seguridad de EE.UU me dijo a mediados de enero que dos conocidos agentes de Al Qaida estaban en Caracas planificando un ataque “químico” contra la embajada estadounidense. El 31 de enero, la embajada fue cerrada y los informes al respecto en ese momento atribuyeron la medida a “amenazas creíbles”.
Una fuente del gobierno venezolano me ha informado que dos instructores terroristas iraníes se encuentran en la Isla de Margarita, en Venezuela, entrenando a los agentes prvenientes de toda la región. Además, musulmanes radicales de Venezuela y Colombia son llevados a un centro cultural en Caracas bautizado en honor al Ayatolá Jomeini y Simón Bolívar para recibir formación espiritual, y algunos son enviados a Qom, Irán, para que cursen estudios islámicos. Fuentes bien informadas confirman que los reclutas más fervientes en Qom reciben armas y formación en explosivos y regresan a casa como “agentes durmientes”.
Autoridades de EE.UU podrían actuar de inmediato a fin de minimizar la capacidad de Chávez para apoyar el terrorismo y Teherán. Estados Unidos pudiera invocar resoluciones específicas sobre lavado de dinero, tráfico de drogas o sobre Irán. La interrogante es si Washington va a responder con rapidez y eficacia suficientes para evitar un ataque mortal.
Roger Noriega fue embajador ante la Organización de Estados Americanos desde 2001 hasta 2003 y Secretario de Estado Adjunto desde 2003 hasta 2005. Es profesor invitado en el American Enterprise Institute y director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a clientes extranjeros y estadounidenses.
Roger Noriega: ¿Is there a Chavez terror network on America’s doorstep?
Por: Roger Noriega
THE WASHINGTON POST
20 de marzo