La militarización de la zona no
ha reducido la inseguridad
■ Los comercios registran menos ventas y los productores temen caída en los rubros plátano, palma, leche y carne.
La pujante producción de carne, leche, palma aceitera y plátano del Sur del Lago de Maracaibo, comienza a decaer. A las lluvias, que dañaron gran parte de la cosecha y causaron la muerte de animales, se ha sumado la toma de fincas cuyas actividades son clave para la economía agropecuaria de la zona.
“La decisión arbitraria del Gobierno de tomar fincas en plena producción y confiscar lo que se produce ha traído más desinversión y desánimo en la comunidad. Hasta los comercios reportan caídas de las ventas porque los ganaderos, que eran sus principales clientes, han dejado de comprar insumos por temor a que les pase lo mismo que a los productores, que le quitaron las haciendas”, manifiesta el diputado de la Mesa de la Unidad, Juan Romero.
El ministro de Agricultura y Tierras, Juan Carlos Loyo, admitió en la Asamblea Nacional que se cuantificaron 500 millones de bolívares en daños en la vialidad de los municipios del Sur del Lago de Maracaibo, debido a las inundaciones y lluvias del año pasado. Agregó que se perdieron 14.000 hectáreas sembradas de plátano, palma aceitera y algunas de cacao, además de la muerte de aproximadamente 12.000 animales entre reses y otras especies.
Menos producción:
Con la excusa de la emergencia causada por las lluvias, el Gobierno decretó el rescate de 47 fincas en el Sur del Lago el 17 de diciembre de 2010, posteriormente se agregó a la lista otra para un total de 28. Hasta la fecha 18 haciendas han sido devueltas a sus propietarios, pero sin ningún documento que certifique la derogatoria de la intervención. Las 26 que siguen militarizadas registran caídas en la producción y deterioro de las plantaciones.
En la hacienda La Chapala, de la familia Newman, la producción fue totalmente confiscada.
Sus dueños no tienen acceso ni a la casa ni a las cuentas por las ventas de carne y leche, que ahora administra el Gobierno.
En la hacienda Bolívar, de la familia Brillembourg, los militares custodian la entrada. Sólo permiten el ingreso a personal de la Fuerza Armada y del INTI. Esta finca tenía 12.500 reses antes de las lluvias y producía 7.000 litros de leche al día. Por las inundaciones se redujo a 5.000 litros diarios y el rebaño pasó a 8.500. Entre enero y febrero la producción láctea descendió a menos de 1.600 litros por día, y se han sacado sin autorización más de 400 reses.
En la hacienda La Palmita, el Ejecutivo prohibió la venta de 60 reses que estaban listas para el matadero e intentaron confiscar la leche.
En la finca El Milagro, dedicada a la producción de palma aceitera, una parte de las plantaciones, alrededor de 80 hectáreas, tiene plagas por falta de mantenimiento. Al igual que en Olla Grande, considerada una finca modelo para la producción de plátano en América Latina. En esta finca encontraron la plaga sigatoka, que daña el follaje y reduce la productividad.
Sigue la inseguridad:
La creación del Distrito Militar del Sur del Lago ha traído incomodidad a la población.
Las pocas vías principales de Santa Bárbara se congestionan por la cantidad de alcabalas instaladas.
Pese a la gran presencia de militares, los productores agropecuarios señalan que no se ha reducido la inseguridad en la zona, al contrario, en plena activación del Distrito Militar, más de 20 hombres armados secuestraron al ganadero Ildemaro Boscán, cuando llegaba a su fundo La Muñeca, a pocos minutos de la población de Santa Bárbara.
Rubén Darío Barboza, productor agropecuario, refiere que no entiende cuál es la garantía de seguridad si continúan los secuestros. “Además con medidas como las de intervención de fincas es imposible, lograr el milagro agrícola socialista que pregona el Gobierno”.
Por: Katiuska Hernández
Política | Economia
EL NACIONAL