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Thursday, November 21, 2024
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Afiuni en el INOF: “‘No quiero que mi hija me vea así’”

Una conversación con Afiuni en el INOF: “Me cansé que digan que soy la mala”

 

Con una sonrisa y unos ojos
que delatan una gran tristeza

 

La jueza María Lourdes Afiuni recibe sus visitas en una esquina a unos pocos metros de su celda en el Inof. “No sé si es mejor aquí”, resaltó en una conversación en exclusiva con Noticias24.

A raíz de la polémica entrevista concedida a Globovisión hace unos días, se le permitió recibir visitas fuera de su celda. Sin embargo, no puede salir al patio del instituto, porque según le dijeron, podría ser “agredida” por las otras reclusas.

“Yo me cansé que digan que soy la mala. Una compañera me dijo que no iba a su chequeo médico porque mañana me llevarían a mi. Pues renuncié a ese derecho“, explicó.

Al consultarle sobre algo bueno que haya crecido en ella a raíz de esta vivencia, Afiuni se quedó en silencio, fumó y luego de una bocanada dijo: “Nada. Aquí he desarrollado el egoísmo y la malicia. Es un ambiente demasiado hostil. Todos los días me humillan, y me tienen una guerra montada”.

–Ante su respuesta, es inevitable preguntarle si nunca pensó que la liberación de Cedeño le traería consecuencias.

– Si, pensé que me investigarían, pero nunca esto. Al no encontrarse nada en mi contra creí que me dejarían en paz. No hice nada malo. Yo puedo dormir todas las noches porque tengo mi conciencia tranquila. Actúe apegada a la ley“, sostuvo.

–En este sentido, aseguró que sus esperanzas están puestas en los órganos internacionales.

“Diego Arria se ha movido mucho por mi caso y le agradezco enormemente todo lo que ha hecho. Le pido que por favor siga luchando, que luche como yo lo hago. Así como la OEA, la ONU, y demás institutos que se han interesado por mí, les doy las gracias. No sé quien más debe pronunciarse para que yo salga de aquí”.

El día a día en una celda del Inof:

El pasillo donde se ubica la celda de Afiuni se encuentra custodiado, allí varias mujeres comparten sus historias y en gestos de camaradería, como los que sólo se pueden hacer cuando se tiene muy poco para brindar, intentan darse apoyo.

Justamente con una de las reclusas Afiuni compartió un yesquero, esto dio pie para conversar sobre su día a día en el Instituto Nacional de Orientación Femenina.

“Yo siempre tarareo…

 ‘Yo no sé mañana’ de Luis Enrique. También leo mucho y recomiendo la autobiografía de Nelson Mandela”, dijo. Sin embargo, aclaró no sentirse para nada identificada con el ex presidente sudafricano.

“Él por lo menos salía, tomaba el sol, yo estoy en mi celda todo el día y ahora sólo camino unos metros más los días de visita”, indicó.

Mientras transcurría la entrevista, los padres de la jueza se encontraban en el centro de reclusión visitándola. Tal vez en un intento de procurarle privacidad a pesar de las condiciones en las que se encuentra su hija, la pareja trató de guardar un poco de distancia.

Afiuni, se ríe en toda la entrevista y se muestra simpática para esconder su tristeza y frustración. No obstante, no oculta su tranquilidad. No habló como una persona que tenga remordimiento, pero sí mucha decepción.

Aunque se le aguaron los ojos al despedirse de sus padres y se le quebró un poco la voz, decidió continuar con la conversación, esta vez enfocada en su futuro.

“Yo no sé si me dedique a la docencia o luche por la mejora del sistema judicial y penitenciario. Estas cárceles están sobrepobladas y el trato no es digno de un ser humano. Según Chávez aún me quedan 29 años de prisión, por lo que tengo tiempo para pensar”, bromeó.

Sobre las dos de la tarde se acercó al lugar una guardia avisando que la hora de visitas llegaba a su fin. Si bien Afiuni se encuentra enfocada en su presente y los pormenores de su caso, esos últimos minutos son propicios para insirtirle en sus planes para el futuro.

¿Qué hará el día que respire libertad? a esto la mujer en el centro de muchas polémicas en el país sólo contestó con una palabra: “¡¡Correr!!”.

Asimismo manifestó que tiene varios quistes debajo de su axila, y que los mismos cada vez son más grandes. Así como comentó que hace unos meses se le detectó una lesión en el cuello uterino. A lo que aseguró que ninguna de las anormalidades han sido tratadas por un médico.

Igualmente aseveró que ninguna presa o guardia puede entablar amistad con ella, pues en sus palabras, son castigadas o amenazadas, lo que hace prácticamente imposible hacer una amiga.

Afiuni comentó un poco molesta que hace unos días tuvo que entregar su teléfono celular en una requisa.

“Sólo no los quitaron a las presas de este pasillo. Del resto, todo el instituto tiene celular. No hay ninguna ley penal, ni civil, ni nada que prohiba el uso del teléfono celular a las presas. Entonces dije que pusieran un teléfono público y se rieron de mí”. A lo que alegó que recibía terapia psicológica por teléfono.

“Hasta me tienen prohibido que me visiten los sacerdotes y monjas”, apuntó.

En cuanto a la requisa donde se le arrebató su único medio de comunicación con el mundo, detalló que el chip lo tiró a la poceta, y el teléfono lo sumergió en cloro antes de entregarlo, lo que causó el malestar en las autoridades del penal.

“Debe ser que querían tener más información de mí”, agregó.

‘No quiero que mi hija me vea así’

Después de varios minutos de hablar sobre su conocido caso, Afiuni se abrió un poco para revelarnos al ser humano detrás de la jueza. “No sé de donde saco fortaleza- suspiró- Aquí se me ha sometido a muchas torturas de las cuales no puedo hablar ahora, pero lo haré en su momento“, suspiró.

Con respecto a su familia, las navidades en la cárcel y sus visitas, confesó con los ojos llenos de lágrimas que prefiere no ver a su única hija.

“No me gusta que me vea así. Esto es muy fuerte y ella sólo tiene 18 años, y la última vez no la trataron bien en este lugar”.

La polémica jueza confesó que antes era el sostén de su casa, a lo que añadió que ahora sus hermanos se ocupan de sus padres y que su ex esposo corre con los gastos de su hija.

En cuanto a la posibilidad de que no sea procesada en unos años y pueda salir en libertad como pasó con Eligio Cedeño, caso que irónicamente la llevó a prisión contestó: “Yo no creo que en mi caso se aplique esa ley. Aquí hay reclusas que tienen 4 años esperando ser procesadas. Yo ni siquiera debería estar presa“.


Por: Desireé Kossowski Palacios

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