El secuestro ha registrado un crecimiento alarmante en los últimos 10 años.
El incremento es de 486%, indica el criminólogo Fermín Mármol García

Hampones exigieron que el pago por
la liberación se hiciera en dos sitios

Una de las camionetas 4-Runner se le adelantó al rústico, donde iban los cinco jóvenes, y se detuvo de pronto. El muchacho que conducía no tuvo tiempo de frenar y chocó.

A los pocos segundos, otra 4-Runner embistió, por la parte de atrás, al carro de los muchachos que recién habían salido de un centro comercial de Macaracuay, el viernes a eso de las 11:15 de la noche. De las dos camionetas Toyota se bajaron en total seis maleantes que, con armas empuñadas, sometieron a los cinco jóvenes. Cuando las víctimas estuvieron afuera del rústico embestido por ambos extremos, los hampones los repartieron en las 4 Runners.

Los cinco muchachos no quisieron dar sus nombres porque tienen miedo. Tampoco se han acercado hasta la División de Antiextorsión y Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas porque los criminales les afirmaron que tenían contactos adentro y que si colocaban la denuncia, los encontrarían y los matarían. “De verdad que hablaban con propiedad, así que no queremos que salga publicada nuestra identidad”, dijeron.

Cuando salieron de Macaracuay, contó un allegado que tampoco quiso dar su nombre, comenzaron a pasearlos por Caracas. No supieron por cuál vía expresa porque siempre los obligaron a bajar la cabeza.

Un poco antes de las 12 de la noche, los maleantes se comunicaron con los familiares. A ellos también los amenazaron. “Les dijeron que no denunciaran porque si lo hacían se iban a enterar y en diez minutos los mataban a todos y salían a secuestrar a otros”, contó el allegado que estuvo con los familiares en el proceso de negociación que duró hasta las 4 am.

Todo lo de valor sirve:

Los maleantes hicieron varias llamadas, el allegado no supo especificar cuántas. Pidieron una fuerte cantidad a cambio de la liberación de los jóvenes.

“Pero especificaron que si no había dinero en efectivo suficiente, se podía completar con joyas y computadoras”, explicó sorprendido el allegado.

Cuando ya tuvieron todo listo, los maleantes giraron las instrucciones. Dijeron que el pago debía hacerse en dos lugares distintos. Ellos pautaron primero un punto de la Autopista Francisco Fajardo. Después exigieron que la siguiente parte se la entregaran a un hombre que estaría por Puente Hierro, cerca de la cárcel de La Planta, vestido de militar.

“Nosotros no sabemos si era o no funcionario activo, pero eso les dio mucho miedo y por eso no quieren denunciar”, indicó el allegado.

Después de llevar el último lote del pago, los cinco jóvenes fueron liberados. Los dejaron en la Autopista Francisco Fajardo, cerca de El Paraíso. Por allí cerca habían dejado el rústico chocado para que ellos pudieran regresar a sus casas.

Aunque el índice de secuestros express ha bajado, explicaron fuentes policiales, siguen ocurriendo en Caracas. Los maleantes como los que actuaron en Macaracuay, suelen usar carros vistosos para pasar desapercibidos en esas zonas. Y por lo regular son carros “legales”.

Zonas peligrosas

-El secuestro en Venezuela ha registrado un crecimiento alarmante en los últimos 10 años. El incremento es de 486%, indica el criminólogo Fermín Mármol García.

– En Caracas suelen ocurrir más secuestros express (cortos) que largos. Un promedio de dos al día, que por lo general, según indicaron fuentes del Cicpc, no se denuncian.

– Las horas neurálgicas para estos delitos están comprendidas entre 8 p.m. y 11 a.m.

MARÍA ISOLIETT IGLESIAS | EL UNIVERSAL
iiglesias@eluniversal.com
jueves 18 de noviembre de 2010