“Chávez destina para sus gastos personales el
doble de lo asignado para edificar viviendas…”
No hay propaganda que tape una mala gestión” titulaba El Nacional las observaciones recientes de dos estudiosos de la comunicación política, Marcelino Bisbal y Herbert Koeneke, a propósito de los fracasados intentos oficiales de revertir la imagen negativa del Gobierno de Chávez, minada por la inseguridad que asesina a más de 18 mil venezolanos al año; el desastre de la salud pública; las “expropiaciones” que, en la práctica, son rapiñas al estilo del Lejano Oeste y cuyo efecto se mide por la caída de la producción y el desabastecimiento de alimentos y bienes de primera necesidad; la inflación que diluye los salarios; la tortura de los caraqueños ante el colapso del Metro; el sufrimiento nacional causado por la carencia de agua y electricidad, el fracaso en la construcción de viviendas, además de la regaladera de recursos milmillonarios a sus compinches políticos externos y su enfermiza obsesión por implantar en Venezuela el modelo comunista cubano. Contabilizan Koeneke y Bisbal que el Minci (ministerio de propaganda del régimen) gastará 40 veces más en difundir los supuestos (o imaginarios) logros de Chávez que en apoyar y fortalecer proyectos de comunicación alternativos, mal llamados “comunitarios”, que son repetidores de la agresiva versión propagandística de los medios oficiales, razón por la cual registran bajísimos niveles de audiencia. De los 600 millones de bolívares destinados al Minci, casi 400 millones están destinados a defender la maltrecha imagen presidencial. En los más de 700 medios de difusión oficiales (entre impresos y audiovisuales) se sataniza a EEUU (el Imperio) y su capitalismo (nunca al muy salvaje capitalismo chino), al que asignan todos los vicios y culpan de las desgracias generadas por la ineptitud, fanatismo y corrupción chavistas. Variantes protagónicas del Satanás imperial son la CIA, el Pentágono y el FBI. El diario oficialista VEA, en el reciente editorial “La CIA y los medios oligarcas” los acusa de ser instigadores del caos nacional. Y precisamente otra constante en el discurso oficial es el ataque feroz a los medios independientes, culpados de ser los responsables del desgaste de la imagen presidencial. Chávez ha repetido que si no fuera por los medios golpistas y oligarcas, él tendría un 80% de popularidad.
Los reportajes de Globovisión sobre el caso del “maletín” y las imágenes de los cementerios de comida dejada pudrir por Pdvsa mientras la nevera de millones de venezolanos está vacía, hablaron más que mil palabras. La verdad no puede taparse con insultos a la oposición y a los medios privados, ni juzgando a un subalterno por el caso Pudreval mientras los jefes siguen con sus fechorías, ni con la propaganda que interrumpe la programación de radio y TV para decirnos que la culpa de que dos millones de familias no tengan vivienda es de las constructoras capitalistas que están cobrando el IPC o no cumplen con los contratos.
Los venezolanos sabemos que se ha dilapidado buena parte de la fortuna petrolera en regalos políticos externos, chatarra militar, viajes inútiles y corrupción, mientras millones de pobres (miles de ellos damnificados) esperaban la vivienda que nunca les construyó, ni les financió “la Revolución”. El Universal comprueba que las obras de Minvivienda tienen más de ocho años de atraso. En Guarenas y Guatire el Gobierno sólo ha logrado ejecutar 800 viviendas de las 19.600 proyectadas en cinco conjuntos habitacionales, dos de los cuales están totalmente paralizados (04-11-2010). El Conjunto “La Rosa Mística”, ni aun porque fue bautizado con nombre tan milagroso, lleva 10 años en obras, es decir, el 90,9% del tiempo que Chávez ha permanecido en el poder, así que el pasado miércoles 88 familias decidieron invadirlo. En Guatire, a pesar de nombre tan auspicioso como “Bosques del Ingenio”, 280 familias llevan cerca de dos años en carpas, a la espera de sus casas prometidas para el 2008, que aún no han sido concluidas.
Chávez ha tenido más recursos que los demás presidentes juntos y es el que menos viviendas ha construido. Los medios privados difunden la prueba palpable de la farsa presidencial detectada por el acucioso Carlos Vecchio en el presupuesto para 2011. La partida para construir viviendas (que cínicamente Chávez dice que son “su” prioridad) es de apenas Bs. 1.730 millones, mientras que la del Presidente (viajes, productos de tocador, trajes, zapatos, etc.,) alcanzan la escandalosa suma de Bs. 3.415 millones. Es decir, que Chávez destina para sus gastos personales el doble de lo asignado para edificar viviendas para los pobres, a quienes dice amar y proteger.
La Revolución está en cueros y bien sabe Dios que de tal striptease no son culpables ni el Imperio, ni los medios que producen tanta urticaria en el cuero del confiscador.
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
mcolomina@gmail.com
Domingo 7 de noviembre de 2010
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