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Thursday, November 21, 2024
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FREDDY LEPAGE: La inmunidad: ¿una papa caliente?

Aquí y ahora

 

El tema viene a colación por la relación entre el atropello sedicioso de Chávez a la Constitución (a fin de imponer su proyecto político hegemónicototalitario) y el inicio de la nueva legislatura, en enero venidero. Ya sabemos de la nerviosa carrera de los diputados actuales, en aprobar ­sin contestación alguna­ las leyes pendientes, gracias a la mayoría holgada que detentan actualmente.

El tiempo se les acaba, por ello, el teniente coronel les exige marchar en orden cerrado, sin que le importe un bledo la opinión pública. Esto le dio resultado en el pasado. Sin embargo, el último proceso electoral demostró que ya la gente comienza a mostrar su fatiga y rechazo a este estilo manu militari de gobernar.

Tienen que liberar a Biagio Pilieri y a José Sánchez “Mazuco”, presos de conciencia del régimen, recién elegidos el pasado 26-S. Como era de esperarse de un gobierno maula, el pataleo y la burla legal está en proceso. Las instituciones anexas al Ejecutivo (Fiscalía General y Tribunal Supremo de Justicia) dan largas al asunto (escamoteando el orden legal) mientras la arrechera de la derrota se le pase al mandamás de Miraflores. De manera que sus actuaciones ­como siempre­ dependerán de la orden presidencial.

Sin embargo, la situación no es tan sencilla. Ambos casos tendrán que resolverse positivamente, so pena de violar, una vez más, la carta magna (qué es una raya más para un tigre). De lo contrario la denuncia internacional se hará sentir en los congresos democráticos del mundo, y Chávez seguirá acumulando su bien ganada fama de autócrata.

Pero la bola pica y se extiende. Una vez iniciado el nuevo periodo legislativo, los dóciles y diligentes asambleístas oficialistas tratarán de eliminar a aquellos contrarios incómodos e intransigentes con las violaciones de la Constitución y las arbitrariedades de todo tipo. Allí comenzará de nuevo el forcejeo legal para garantizar el libre desempeño de los representantes del pueblo y la obligatoria comparecencia de altos funcionarios gubernamentales a las comisiones de trabajo. Entonces, los congresistas democráticos tendrán que sortear cualquier tipo de trabas para cumplir con su deber. De lo contrario, pasarán como simples teloneros, sin pena ni gloria.

En este sentido, vale la pena recordar al poeta del pueblo venezolano Andrés Eloy Blanco, cuando en unos de sus geniales arranques de humorismo, escribía que el grupo parlamentario medinista (o el chavista, para ser más actual) sesionando en conferencia ­en ocasión de considerar de la Ley de Hidrocarburos­ proponía “que se le quitara la palabra a Landercito (que podría ser un legislador opositor de ahora) durante todo el tiempo de discusión del proyecto. Lo que significaría que la discusión se desarrollaría sin discusión”. Esa será, sin lugar a dudas, la conducta de la señora Cilia Flores, presidenta vitalicia (hasta que el líder único disponga lo contrario) de la Asamblea Nacional. Para rematar, en otra ocasión ese genial venezolano destacaba las irónicas y cínicas palabras del diputado Suárez Flamerich, cuando se dirigía a un colega: “Es inútil que te ocupes de esas cosas. Te volverás loco. Empezando porque aquí no se cumple ni la ley de gravedad”…

Pero ironías aparte, es menester tener plena conciencia de lo dura que va a ser la lucha puertas adentro. Se necesitará mucha voluntad, firmeza y coraje para imponer el orden democrático. Un fuerte remezón, pues.


FREDDY LEPAGE
freddylepage@cantv.net
@freddyjlepage
Política | Opinión
EL NACIONAL

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