LUIS ALREDO RAPOZO: La hora menguada

February 23, 2019

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El Psuv, se robó todo el tesoro
nacional. Casi en carretilla…

Hay una contienda mediática en el país para mantener las masas, sin embargo, en el mundo se puede ver cada día, que Maduro es un dictador y su gestión va acorde a una tiranía que se desgasta…”.

■ Días confusos, con los ojos puestos sobre Venezuela. Las miradas llegan esperando ver una solución a nuestro conflicto que tiene a dos hombres enfrentados para dirimir quién es el legal y quién no.

[C]ada uno se encuentra a un lado de la cabuya y ambos aprietan para ver quién se cae. Por supuesto, si Maduro cede su obstinada posición, se ahorrarían muchos sacrificios y dolor en muchos aspectos. Pero, si no cede, la cosa se complicará. Podría decirse que es el lado más complicado. Yo no voy a pintar escenarios porque a diario leemos muchos comentarios al respecto. Si quiero comentar lo que se ve en la población chavista que no ha tomado una decisión aún y que permanece viviendo como si aquí no está pasando nada; como si seguirán viviendo en una pobreza eterna, que les hace sobrevivir gracias a los bonos y las cajas clap; que se medio ganan la vida en una economía, que se cierra cada vez más.

Los revolucionarios, trataron de imponer un comunismo a la venezolana con mucha ayuda cubana y crearon un caos general que tildaban de normal en un sistema que se muere y otro que nace. Sin embargo, la gente sabe que la revolución está moribunda; la gente sabe que sus horas están contadas, así se tarde en echar la última meada.

Entonces, la pobreza se ha incrementado aunque no se acepto. La gente quiere vivir alegremente, viajando, celebrando en un país paralizado, sin recursos, sin empleo, sin oportunidades. Pero, la realidad dice a gritos que no puedes hacer una fiesta, que no tienes dinero para viajar, ni puedes comprarte un par de zapatos, ni…

Entonces, Maduro debe entender que su tiempo pasó, que lo mejor sería que renunciara y le diera paso a las nuevas fuerzas, que entendiera que no vale la pena derramar sangre sin necesidad. La historia habla y le dice al oído “…salte muchacho, ya no tienes nada aquí. Agarra tu equipaje y márchate como lo hace la gaviota, que no dice a donde se va y que tan solo se impulsa, coge vuelo y se va a recorrer los mares hasta el final de la tarde.”

I

El caso de Petronila, una joven miliciana

La muchacha que no llegaba a los 23 años me decía “que estaba planeando celebrarle el primer año de vida a su hijo, -un peloncito anémico con carencias de todo tipo, que usa pañales diseñados por su madre con retazos de tela de ropa usada-, entonces-me contaba-, tenía planeado alquilar un sitio cuya renta no le llegaba a 70 mil bolívares y celebrarle su cumpleaños la tarde de algún sábado; que le hará una torta en casa, de repente un quesillo que prepara con tres huevos y que…” Yo la estuve escuchando con toda paciencia, sentado en mi viejo sofá de flores, mientras observaba su extrema pobreza en el lenguaje, su mala situación económica y sus dificultades para superarla en el mediano plazo. De repente me dio una especie de calentura repentina y le interrumpí violentamente –con la dignidad que me da ser su padrino a la vieja tradición de respeto y autoridad- y le pregunté: ¿que si ella no sabía dónde estaba viviendo? Mija-le dije- yo se que adoras al peloncito y quieres celebrarle su primer añito. Pero escucha: Hay momentos en la vida que no se puede hacer lo que uno quiera ¿Entiendes? En este momento, la mayoría de los venezolanos no pueden consumir como quisieran, porque los precios se lo impide. No tienen ingresos suficientes para acceder a las cosas indispensables de la vida y menos a cuestiones accesorias. Tú no trabajas, no tienes un marido responsable y vives gracias a la ayuda de tu mamá y de esos bonos que te da el gobierno revolucionario. Entonces pon los pies en la tierra, déjate de pendejadas y vive tu realidad. Tú puedes hacer lo que quieras, pero si lo haces…es decir, gastarte cuatro reales que no tienes en un cumpleaños, puesno vengas a mi casa a pedirme una ayuda de cualquier vaina. Allí sobre la mesa tienes el kilo de leche y otro de azúcar, que me pediste…

Otro caso, Pancracia, chavista y madurista

Pancracia apoya al gobierno desde hace 20 años. Siempre discutimos sobre el tema hasta el punto que terminamos conversaciones con una tirada de teléfono, con mi ida intempestiva de su casa, o con medianos períodos de distanciamiento. Pero, es que además de mi comadre, es mi prima hermana y nos une un afecto que remonta los tiempos de la abuela en más de medio siglo de vida. Si fuera otra persona, hace tiempo que estuviéramos totalmente alejados como sucede con otras personas extremas en el seguimiento revolucionario, que lo ven a uno como enemigo. Recientemente, le visité para descubrir que su hija -de Pancracia- no tenía profesores de segundo año de bachillerato. Entonces, tomé acciones para que la niña estudiara algunos textos y realizara sesiones de estudio con el material y su debido seguimiento. Ellos tenían una posición muy pasiva ante la falta de estudio, sin asumir una actividad que contrarrestara la carencia profesoral y de conocimientos básicos de cultura general como por ejemplo el conocimiento de una novela como “Las lanzas coloradas de Uslar Pietri” o “Casas muertas de Miguel Otero”, obras importantes en nuestro acervo histórico, literario y cultural. Pero, mi comadre se quedó paralizada para no accionar en su comunidad educativa contra la ineficiencia del ministerio que no busca soluciones al problema coyuntural. Pancracia padece nuestros sinsabores que deja el comunismo balurdo de Nicolás Maduro, pero se calla como evitando reconocer el desmadre. Todo se lo achaca a la guerra económica, al imperialismo yanqui y los opositores saboteadores nacionales vende-patrias, traidores, contrarrevolucionarios, etc., etc. Yo siempre le digo que deje de ver el canal 8 por un tiempo, para ver si le entran nuevas ideas.

Hace unos pocos días fui a llevarle un par de kilos de harina para que saborearan la arepa, pues no la había obtenido en su clap retrasado y pude escuchar su perorata sobre el costo de la vida, culpando a los empresarios por los altos precios… Ayer me llamó para decirme que en estos carnavales se iría a las playas de Falcón para escapar de una Caracas inmersa en demasiados problemas. Yo no quise caer en discusiones de cuánto gastaría en un pasaje aéreo nacional para 4 personas, hospedaje, alimentación, etc. en su merecido descanso. Sin embargo, se que es un gasto considerable pala una clase baja. Pero, la próxima vez que quiera comer arepas…y no tenga harina, le responderé con el silencio y con la mirada que hace un pájaro solitario montado en una rama.

III

Finalmente, el caso de Sophia Amaranta

Ella tiene 69 años y después de ser empresaria, obtener bienes inmobiliarios y cuentas en divisas con su esfuerzo, se metió a chavista. Dejó a todo el mundo fuera de base porque fue Adeca desde que nació. A la hora de escribir esta nota, me entero que Sofhía está en la frontera vistiendo su traje de miliciana con su ascenso a cabo segundo.

Se fue sin decirle a nadie, pensando que se entraría a tiros con los yanquis. Allá está dando la vida por Chávez, dispuesta a no dejar entrar la ayuda humanitaria. Fin de la hora menguada.

*Luis Alfredo Rapozo, La Sociologia en aplicacion es mi vida. Escribo analizando el entorno en plena libertad de ideas. (Caracas-Anzoategui y en Uchire).

Por: Luis Alfredo Rapozo
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@luisrapozo
Caracas, sabado 16 de febrero de 2019

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