Bolívar venezolano se desploma
hasta Bs. 300 por dólar
■ Venezuela avanza hacia la hiperinflación
■ El caos cambiario deforma el salario mínimo en Venezuela.
Caracas.- El precio del dólar en el mercado negro venezolano superó este jueves los 313 bolívares, casi 50 veces el precio de la tasa oficial más baja de las tres que coexisten en el sistema de cambio que se aplica en el país.
El dato se extrae de la página web Dólar Today que presenta esta tasa ilegal tras calcular las operaciones de cambio que se efectúan en la localidad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, y que a las 23.50 GMT de este jueves cotizaba 313,50 bolívares por dólar.
Esta página, bloqueada por el Gobierno desde hace meses, ha recibido en varias ocasiones críticas del Ejecutivo encabezado por el presidente Nicolás Maduro y el mismo mandatario ha asegurado que desde la misma se hace “la guerra económica” en su contra “desde Miami”.
Supera en 48 veces el oficial:
Esta cifra es 48 veces superior a la tasa más baja de 6,3 dólares por bolívar, que se aplica para las importaciones de productos alimenticios y sanitarios; es también 25 veces más que la segunda tasa oficial, de 12 bolívares; y supera en más de 100 bolívares la tasa de compraventa libre del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que hoy cerró en 199,52 por cada dólar.
En Venezuela existe un control de cambio desde 2003 que deja en manos del Estado la compraventa exclusiva de los dólares, un mecanismo que a principios de febrero fue modificado permitiendo a los venezolanos por primera vez en más de una década acceder a la moneda estadounidense de forma libre, pero limitada.
La reformulación del sistema cambiario fue anunciada por el viceministro de Área Económica, Rodolfo Marco Torres, y el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, y tuvo en la creación del Simadi el anuncio más destacado.
Este mecanismo, en su primera jornada de funcionamiento días después, cerró en 170,03 bolívares por dólar y desde entonces, a excepción de pocos días, no ha dejado de subir hasta casi 200 bolívares.
La economía venezolana cerró 2014 en recesión y con una inflación de casi 70 %, una realidad a la que hay que sumar la caída de los precios del petróleo que ha reducido en un 50 % los ingresos de un país altamente dependiente de la venta de crudo.
El bolívar venezolano rompió el miércoles la barrera de las 300 unidades por dólar en el mercado paralelo, catapultado por la persistente escasez de divisas en el país y el anuncio del gobernante Nicolás Maduro de que pronto dará a conocer nuevas medidas para encarar la grave crisis económica.
La moneda del país sudamericano, que hace una semana se cotizaba en 275 bolívares por dólar, cerró el miércoles en 300.72 en el mercado negro, según datos suministrados por el sitio financiero dolartoday.com, que hace seguimiento del comportamiento de la moneda nacional.
A finales de febrero el bolívar se encontraba por debajo de los 200 por dólar, pero había mantenido su tendencia descendente con el correr de las últimas semanas, impactado por la negativa del régimen de Maduro de soltar los dólares que requiere el mercado interno.
Pero la tendencia recibió un empujón adicional esta semana, dijo Russell M. Dallen, editor jefe de Latin American Herald Tribune.
“Lo que en realidad disparó esto esta semana fue el hecho de que Maduro dijo que iba a lanzar nuevas medidas en su ofensiva contra la guerra económica”, señaló Dallen, un experto en el desenvolvimiento de la economía venezolana.
“Cada vez que él toca ese tema, cada vez que él dice que van a hacer algo, la situación empeora. Y eso fue lo que vimos hoy cuando el bolívar rompió el nivel de las 300 unidades por dólar”, manifestó.
Maduro, quien atribuye la grave crisis de escasez en el país a operaciones de sabotaje económico emprendidas por los empresarios, dijo el martes en la noche que próximamente tomará nuevas medidas en un discurso cargado de figuras retóricas.
“Debemos iniciar un conjunto de acciones para darle un golpe y destrozarle el espinazo a la estrategia de Guerra Económica, es con la unión cívico militar y la guerra de todo el pueblo”, declaró en su programa semanal, Contacto Con Maduro, transmitido por la estatal Venezolana de Televisión.
“Todo el pueblo debe saber qué hacer para defender nuestra soberanía, y la unión cívico-militar, junto a la clase trabajadora, permitirá hacerle frente al sabotaje, la especulación y el robo descarado contra Venezuela”, agregó.
El pronunciamiento no fue bien recibido por el empresariado, ya que por un lado dejó entrever la posibilidad de nuevas confiscaciones e incluso arrestos de empleados, y por el otro no da indicios de que el régimen pretenda hacer algo para solventar las causas de la crisis: la carencia de dólares para seguir sosteniendo el modelo petro-populista implantado por el chavismo, cuyo impacto se agudiza por el férreo control cambiario.
Para Alejandro Grisanti, economista jefe para América Latina de Barclays Capital, la incapacidad del régimen de brindar soluciones a la grave crisis está creando el escenario para una pesadilla económica.
“Hasta ahora yo no veo ninguna intención de cambio por parte del gobierno, lo que lleva a pensar que esta tendencia [la constante erosión en el valor del bolívar] va a continuar y que lo más probable es que Venezuela entre en una muy fuerte hiperinflación con una caída del poder adquisitivo de los venezolanos”, advirtió.
El problema reside en que el régimen, a través del control cambiario, está manejando la entrega de dólares con total discrecionalidad, entregando sólo a un sector privilegiado divisas a un tipo de cambio de 6.30 por unidad, mientras que la inmensa mayoría de la población tiene que acudir al mercado negro y pagar 300 bolívares por cada dólar que adquiere.
El régimen, que controla directamente el 96 por ciento de los dólares que ingresan al país y dispone de ellos a sus anchas, solo coloca el uno por ciento en el otro mercado conocido como Sistema Marginal de Divisas (Simadi), cuya tasa rondaba esta semana los 200 bolívares por dólar.
Otro mecanismo de venta de divisas al sector empresarial, conocido como Sicad I y Sicad II, lleva ya bastante tiempo sin realizar subastas.
Según el gobierno, el monto de divisas colocado a través del Simadi suma cerca de $75 millones a la semana.
Pero ese monto es insuficiente, advierte Dallen, al señalar que la demanda interna ha sido calculada en cerca de $100 millones diarios.
“Esos $75 millones semanales equivalen a menos de lo que se requiere en un día”, dijo.
Y en lo que Dallen considera aún más alarmante para el futuro desenvolvimiento de la economía venezolana, las reservas del banco central también han estado cayendo aceleradamente.
“Van a caer por debajo de los $18,000 millones esta semana; en este momento están en $18,062 millones, pero tienen que pagar vencimientos de bonos por $539.5 millones en los próximos cuatro días”, explicó el experto.
Dallen también resaltó que la caída en las reservas se ha estado produciendo con mucha rapidez.
“En marzo, se encontraban en $24,000 millones, de manera que en dos meses han bajado en alrededor de 6,000 millones”, manifestó.
Caos cambiario:
Si uno le pregunta al gobernante Nicolás Maduro, el salario mínimo venezolano es uno de los más altos del mundo gracias al gran éxito de la revolución bolivariana. Si le pregunta a algún opositor, la remuneración mensual es una de los más bajas del planeta a consecuencia del gran descalabro económico creado por el chavismo.
Lo curioso es que ambos tendrían razón.
En una economía con tantos entuertos y distorsiones acumuladas como la venezolana, los costos de cada producto y de cada bien de producción puede variar fácilmente de un extremo al otro, dependiendo todo del tipo de cambio con que se mire.
El costo de la mano de obra no se escapa de esto y esa es la razón por la que traducir en dólares el salario mínimo de los venezolanos es algo muy difícil de hacer, dijo desde Caracas el analista económico Alexander Guerrero.
“Maduro dice que es bastante alto, porque él divide el salario mínimo por el tipo de cambio oficial de 6.30 y le da un número que estaría entre los mayores del mundo”, dijo Guerrero.
A esa tasa, el recién incrementado salario mínimo de 7,421.66 bolívares al mes sumaría $1,178.04, ligeramente por debajo de los $1,256.66 del de Estados Unidos.
Pero independientemente de lo que diga el gobierno, vastos sectores de la economía venezolana no operan con base en ese tipo de cambio, sino en el paralelo, que es mucho más alto, agregó Guerrero.
A esa tasa, que el jueves fluctuaba cerca de los 304 bolívares por dólar, el salario mínimo estaría entre los más bajos del mundo, sumando solo $24.73 al mes.
No obstante, los economistas consultados dijeron que la tasa de 304 también está distorsionada, y que habría que buscar algún punto intermedio para poder encontrar una lectura más cercana a la realidad del país.
Para Francisco Ibarra, director de la firma Económetrica, ese punto de equilibrio está cerca de los 70 bolívares por dólar, lo que colocaría el salario mínimo alrededor de los $100 al mes.
“Hay que verlo desde el punto de vista de los productos que están dentro de la canasta que adquiere el tipo que recibe el salario mínimo”, explicó Ibarra, cuya firma recientemente trabajó sobre ese cálculo.
“Pero incluso allí te vas a encontrar de inmediato con un problema, que es que Venezuela no es una economía de mercado y los precios no son solo lo que determina el poder de compra del salario, sino que también tienes que introducir en la ecuación el elemento de la escasez”, añadió.
Esto es importante, porque aún cuando la tasa oficial de 6.30 es la utilizada para importar un volumen significativo de alimentos y de medicinas, esas importaciones no llegan en volumen suficiente como para cubrir la actual demanda interna.
“Yo puedo tener muchos bolívares en el bolsillo, pero si no me dan el pollo, yo voy a seguir con el dinero en el bolsillo, por lo que el precio subsidiado no refleja una capacidad real de compra”, señaló.
Económetrica encontró que la canasta de bienes controlados pueden ser encontrada con base en una tasa de cambio de 23 bolívares por dólar y la canasta de los no controlados se transa en alrededor de 88 bolívares por dólar.
Pero esas tasas no descuentan totalmente el impacto sobre el poder adquisitivo del trabajador que ejerce la denominada inflación represada, generada por la escasez de productos que obliga a las personas a guardar sus bolívares porque no tiene en qué gastarlos.
Los precios regulados de los productos solo pueden ser tomados como el piso para realizar el cálculo, porque lo que termina pasando en muchos casos es que las personas al no conseguir aceite o leche en el supermercado del gobierno terminan acudiendo al mercado informal para comprarlos a un precio mucho más elevado, explicó Ibarra.
Un salario mensual de $100 al mes en realidad convierte al trabajador venezolano en uno de los peores remunerados de América Latina, ya que estaría ganando mucho menos de los $527.21 que obtiene su par en Argentina y los $300.59 que gana su similar en Colombia.
No obstante, el venezolano aún estaría ganando más que su homólogo mexicano, que actualmente obtiene en promedio $92.8 al mes.
Pero dados los problemas de suministro, el recién aplicado incremento al salario mínimo en realidad hace muy poco para mejorar la poder adquisitivo del trabajador venezolano.
“En realidad lo empeora”, dijo Ibarra, al explicar que lo único que está haciendo el gobierno es aumentar las presiones inflacionarias dentro del país, al incrementar la liquidez monetaria sin hacer nada que ayude a mejorar la oferta de productos.
“Solo está aumentando la cantidad de bolívares que tiene en el bolsillo, pero en una situación de aguda escasez como la que sufre Venezuela, el hombre sigue yendo a su casa sin que le den el pollo”, comentó.
Por: Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
@DelgadoAntonioM
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Caracas, viernes 15 de mayo de 2015