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Saturday, November 23, 2024
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VII CUMBRE DE LAS AMÉRICAS: arranca marcada por la situación en Venezuela


VII CUMBRE DE LAS AMÉRICAS, arranca marcada por la situación en Venezuela

Aznar lidera la resistencia
frente al régimen chavista

 

El deshielo entre EEUU y Cuba se tratará cara a cara entre Obama y Raúl Castro.

La situación de los derechos humanos en Venezuela es uno de los puntos de la cita.

Veinte ex presidentes encabezados por el español denuncian su “alteración democrática”.

La Santa Sede va a enviar a la cumbre de las Américas por primera vez a un representante, y éste va a ser de máximo nivel.

La Cumbre de las Américas, que reunirá el viernes y el sábado a los jefes de Estado y de Gobierno de todo ese continente, arranca marcada por la situación en Venezuela. Poco importa que el tema principal de las conversaciones vaya a ser cómo conseguir que el crecimiento económico de la región llegue a toda su población. La situación de los derechos humanos en Venezuela, y las recientes sanciones de Estados Unidos, van a marcar buena parte de la agenda de la reunión. Y, el resto, quedará probablemente el deshielo entre EEUU y Cuba.

De hecho, la atención con Venezuela ya ha empezado antes que la propia cita, con una carta en favor de la democracia y de los derechos humanos en ese país que ayer ya contaba con la firma de 20 ex jefes de gobierno y de Estado de 11 países de América Latina y de España. La llamada ‘Declaración de Panamá’, que será hecha pública el jueves, reclama no se puede puede “obviar la urgente e inaplazable necesidad de apoyar al pueblo de Venezuela”, y reclama la atención de los países que participan en la cumbre, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la ONU en relación a la “alteración democrática” que sufre ese país.

La carta pone de manifiesto la división que el régimen de Nicolas Maduro genera entre sus vecinos. De sus 19 signatarios latinoamericanos, 16 pueden ser definidos como conservadores o democristianos. Las únicas excepciones son los costarricenses Óscar Arias, Luis Alberto Monge y Laura Chinchilla, que pertenecen todos al Partido de Liberación Nacional, que forma parte de la Internacional Socialista. Según difundió ayer la fundación FAES, que preside José María Aznar, todos los signatarios son miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA).

Pero, mientras sus adversarios se movilizan, Nicolás Maduro también mantiene la iniciativa. El presidente venezolano planea entregar a su homólogo estadounidense, Barack Obama, un documento con las firmas de millones de ciudadanos de ese país contra las sanciones impuestas por Estados Unidos a varios altos cargos de su Gobierno.

Todo ello hace prever una cumbre ‘movida’. “Podemos esperar ‘drama’ por parte de Maduro, con respecto a las sanciones, a pesar de que éstas solo son un pinchazo minúsculo para Venezuela, y no tienen ni de forma remota el impacto del embargo a Cuba”, explicaba ayer a este periódico Ted Piccone, experto en Latinoamérica del ‘think tank’ de Washington Brookings Institution. Y es que, con la imposición unilateral de sanciones a los colaboradores de Maduro en vísperas de la cumbre–en parte para poder dar una señal de dureza al Congreso en vísperas del acuerdo nuclear con Irán–, el Gobierno de Obama le ha puesto en bandeja una victoria propagandística al presidente venezolano.

La cuestión, sin embargo, es que la situación en Venezuela se está convirtiendo en un problema demasiado grande como para ignorarlo, a pesar de la ceguera voluntaria de varios de sus vecinos, incluyendo a la gran potencia de Sudamérica, Brasil, que no quiere interferir con Caracas para no perjudicar a sus intereses económicos.

En las últimas semanas se han multiplicando los signos de alerta con respecto a la crisis política, económica e institucional venezolana, y no solo por parte de los correligionarios conservadores de Aznar. Su predecesor en la presidencia del Gobierno de España, el socialista Felipe González, ha asumido la defensa de los políticos de la oposición encarcelados por Maduro.

Otros seis ex presidentes de cinco países latinoamericanos han expresado su interés en contribuir a la defensa de los opositores venezolanos. Con las excepciones del brasileño Fernando Henrique Cardoso, del peruano Alan García -y del propio Gonzalez- los demás son signatarios de la ‘Declaración de Panamá’.

Entretanto, un nuevo actor podría haber entrado en liza en la crisis venezolana: el Vaticano. La Santa Sede va a enviar a la cumbre de las Américas por primera vez a un representante, y éste va a ser de máximo nivel: el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y, hasta hace dos años, nuncio apostólico en Venezuela, donde contribuyó de forma decisiva a que las relaciones entre Hugo Chávez–fallecido hace un año–y la oposición no estallaran en pedazos, como ha sucedido ahora. “El hecho de que el Papa envíe a alguien de ese nivel parece muy significativo”, explica Piccone. Desde el ministerio de Exteriores de Panamá, sin embargo, se ha quitado importancia al viaje de Parolín.


Por: Pablo Pardo
Corresponsal en EEUU
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Washington, martes 7 de abril, 2015