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ECONOMÍA: El viernes negro de Maduro: $ a Bs 200 y barril a $52


THAYS PEÑALVER, La era del petróleo barato o el imperio contraataca

La crisis: cómo salir o quedarse,
lecciones para Maduro…

 

Caída del petróleo supone “grave riesgo” para Venezuela.

La decisión de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el pasado jueves 27 de noviembre, refleja un cambio profundo en el mercado petrolero.

La demanda -China y otras economías emergentes- no es la parte determínate en la ecuación. Más sí, el creciente incremento de la producción de hidrocarburos (oferta) en los Estados Unidos con el aporte de Canadá que amenazan con desplazar del mercado americano y a nivel internacional -venta de productos refinados- a varios de los países de la OPEP, si se mantuviese el nivel de precio de $100 por barril por los próximos años.

La disposición del grupo de países del Golfo, liderados por Arabia Saudita, de mantener el actual nivel de producción de 30 millones de barriles diarios de crudo y dejar al mercado y la ley oferta – demanda determinar el precio de los diferentes crudos ha creado una guerra de precios. La consecuencia fue la caída de los precios de los crudos. Los marcadores tipo Brent ($69) y WTI ($67) se ubicarían en los niveles de mediados de 2009.

La decisión del Reino de Arabia Saudí, “el mercado se estabilizará solo“, es la misma que esgrimió en 1986 cuando sentía que su mercado era amenazado por la incorporación de la nueva producción de los yacimientos del Mar del Norte, el talud norte de Alaska y Cantarell de México. Porque el precio del crudo de $39 por barril ($100 hoy) a principios de los años 80 hizo la explotación rentable. En esa década, la economía en gran parte del mundo desarrollado entró en una recesión, se iniciaron los programas de conservación de energía y la substitución productos refinados por carbón en la generación de electricidad. Latinoamérica vivía la crisis de la deuda externa. En consecuencia, la demanda de petróleo se contrajo. El verano de ese año, la mano invisible llevaría el precio del WTI a alcanzar $11 por barril.

Han transcurrido casi treinta años de aquella decisión de la OPEP. Hoy, la mano invisible encuentra tanto a países exportadores de petróleo como a las grandes empresas multinacionales del petróleo y las empresas del fracking en economías distintas para sobrevivir a la guerra de precios.

Con el precio actual del mercado, el 75% de los países de la OPEP presentan un déficit presupuestario. Las multinacionales del petróleo han diferido la casi totalidad de las inversiones en desarrollos de aguas profundas y arenas bituminosas de Canadá, y están haciendo control de daños por la caída en la utilidad de la empresa. Y, las empresas del fracking están manteniendo la capacidad de la producción actual. Como en toda guerra el que se canse pierde.

Una primera consecuencia de la mano invisible -caída del 40% del precio del Brent desde junio- es la depreciación de las divisas de Rusia, Canadá, Noruega, y Nigeria con respecto al dólar de Estados Unidos que dependen fuertemente de los ingresos del petróleo.

Fuerte devaluación:

En el caso de Venezuela -95% de la divisas y 96% de las exportaciones- la caída del 31% del precio de la cesta venezolana desde junio ha causado el desplome de 112% del bolívar en el mercado paralelo. Una devaluación mucho más fuerte que la del rublo que enfrenta adicionalmente sanciones económicas por la intervención de Vladimir Putin en Ucrania.

Además, el valor del bolívar alcanzará Bsf. 200 por dólar (+/- 9%) a finales de este año en el mercado paralelo, si el precio del petróleo venezolano mantiene la tendencia actual de la caída, ubicándose en $52 por barril.

Una fortaleza que los gobiernos de los países exportadores de petróleo deben tener para la guerra de precios es el nivel de Reservas Internacionales. Arabia Saudita tiene $745 mil millones, mientras que Venezuela cuenta con $21.722 millones.

Al ser el petróleo responsable del 95% de las divisas que ingresan a Venezuela y Estados Unidos el único cliente que paga la factura contante y sonante, el efecto de la caída del precio del petróleo ha hecho que los ingresos podrían mermar hasta en $700 millones este año.

Esta caída de los ingresos ha impactado en el flujo de las Reservas Internacionales del Banco Central, que llevó al Gobierno de Maduro a inyectar $1.000 millones en Octubre después de hacer factoring con Golman Sachs de la factura petrolera de Republica Dominicana. Y, $4.000 millones en Noviembre -al renovar el Tramo A del préstamo chino- para mantener la liquidación de las divisas aprobadas para la importación de bienes por el Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD).

El mercado de competencia perfecta petrolero pone contra las cuerdas a Maduro porque cada dólar que pierde el precio del barril de petróleo cae el Producto Interno Bruto(PIB). Por ahora el impacto equivale a una caída del 0,88% del PIB 2013. Sin embargo podría llegar hasta 1.47% PIB a finales del año, si continúa en caída libre.

Por ahora, a Maduro le toca sacar pecho y pensar que esta grave crisis es corta y no hasta que se alcance el precio de equilibrio del crudo. No tiene la opción de establecer un control de precios justos.

La última vez que los sauditas tomaron la misma política que todo lo producido se vende y no queda demanda no satisfecha duró cuatro años. El mercado hoy es más dinámico y seguro que este ciclo será más corto. Por ahora se estima en seis meses a un año con precios bajos.

Definitivamente el resultado de la reunión de la OPEP, fue un viernes negro para Maduro.

La crisis:

La economía global no está logrando crecer a niveles satisfactorios. Las tasas de crecimiento son modestas en comparación con la expansión previa a la crisis del 2008 de Lehman Brother, cuando el PIB creció a un promedio del 4% anual.

Una gran divergencia se observa en el ritmo de crecimiento de los países desarrollados y emergentes. Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido están en el camino correcto. Mientras que Japón no está creciendo tan bien como se esperaba. La Eurozona sigue en un prologando estancamiento. Las economías emergentes están divididas de manera similar, China e India alcanzando los objetivos de crecimiento mientras que Rusia y Brasil están por debajo.

Ante la globalización de los mercados y los fuertes cambios en la tecnología, la economía mundial está en marcha lenta. La inversión del sector privado no logra producir el crecimiento esperado. Tampoco, el consumo privado que es mínimo. El comercio es inferior a la tendencia. Y, existe una cantidad de riesgos en el horizonte del sector financiero.

Para salir de esta situación es necesario tener políticas monetarias -estabilidad del valor del dinero- políticas fiscales, y políticas estructurales. Un trinomio ineludible para recobrar el ritmo de crecimiento estable, sostenible en el tiempo, sin que provoque fuertes desajustes.

La perspectiva actual dista mucho de ser la situación ideal. La no aplicación de las reformas presenta una serie de riesgos financieros a corto, mediano y largo plazo. Los mercados emergentes tienen una gran cantidad de deuda externa que llaman la atención de cómo los cambios en la percepción del mercado van a afectar a dicha deuda. La forma de darse cuenta de cómo el mercado viene evaluando esta deuda es a través del Índice de Vulnerabilidad (VIX). Representa el sentido de cuánto riesgo hay en la economía.

Se puede ver que el riesgo está bajo, sin embargo se observan picos en algún momento, formando valles (color celeste en el gráfico de arriba). En estos momentos, lo que está ocurriendo es que el Índice se encuentra en la parte más baja del valle donde el VIX es más bajo. Lo que significa que el Índice de Vulnerabilidad va a subir en el futuro, por lo que los mercados bursátiles entrarían en un período de alta volatilidad. Y, este es un gran riesgo para la economía global.

El débil desempeño en Europa para recuperar el crecimiento es otra situación importante de cara al futuro. Desde la crisis, la demanda interna en la Eurozona ha caído sustancialmente, ejerciendo una fuerte influencia en el aumento del PIB. La realidad en la Eurozona es que está estancada. Tiene ya tiempo con crecimiento cero e inflación cero y China empieza a mostrar un ritmo de crecimiento bajo no visto desde el 2009, lo que impacta fuertemente el mercado de las materias primas o commodities. La semana pasada, el vienes, los dos bancos centrales de Europa (BCE) y el de China (PBOC) anunciaron políticas monetarias para salir de esta situación.

El PBOC redujo la tasa de interés para los créditos en 0,4% (5,6% anual), una acción que no ocurría desde el 2012 y el presidente del BCE Mario Draghi anunció que compraría más bonos de la Eurozona, con la intención de inducir a los inversionistas a adquirir posiciones de mayor riesgo y así estimular el endeudamiento, la inversión y el gasto.

Aunque los movimientos para hacer el dinero fácil (easy money) en Europa y China es una política monetaria adecuada para los inversionistas, esta viene acompañada de varios riesgos. Podría perpetuar o provocar burbujas financiera, o un brote inflacionario si se lleva a un extremo. Por lo que debe estar acompañada con reformas estructurales que actualmente las autoridades financieras, en China y Europa, están luchando para implementar.

Estos pasos, especialmente en Europa, representan un aval al enfoque de dinero fácil -conocido como relajación cuantitativa (QE)- que la Reserva Federal de los Estados Unidos adoptó después de la crisis del 2008; en la que compró bonos del Tesoro a largo plazo y valores hipotecarios para impulsar su cartera de valores, préstamos y otros activos de menos de $900 mil millones a más de $4 billones.

Dentro de Europa hay diferentes tipos de países. Algunos en la periferia se han comprometido en realizar reformas importantes en tanto en el área fiscal como estructurales. Estos países son los que tienen un mejor desempeño en el crecimiento del PIB, particularmente con la expansión monetaria que viene por parte del BCE.

Por otro lado, es necesario ordenar las finanzas cuando se tiene la época de las vacas gordas. La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, dijo este mes que los gobiernos necesitan “mejorar considerablemente sus balances fiscales estructurales durante épocas buenas para tener más margen de proveer estímulo cuando la situación empeora”.

En Estados Unidos y el Reino Unido, una política fiscal más flexible hizo que los déficits presupuestarios a corto plazo subieran y se redujeran gradualmente tras la crisis, en comparación con Europa o Japón.

Muy diferente a lo ocurrido en Venezuela con la últimas leyes aprobadas por el Gobierno de Maduro que apuntan al control de la economía y al incremento del impuesto al consumo. En el caso de Japón que optó por el camino de incrementar el impuesto al consumo, su economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo este año.

A Maduro y su equipo le cuesta adoptar políticas monetarias agresivas, políticas fiscales más flexibles y ajustes estructurales que permitan a la economía venezolana crecer y salir del déjà vu de las tres primera décadas del siglo pasado de hambre, enfermedad y miseria.

Por último, recordar la máxima del profesor S. Cecchetti “los bancos débiles no prestan, los consumidores altamente endeudados no gastan y las empresas con malas perspectivas no invierten”.

*InterAmerican Trends. Organización independiente que defiende y contribuye con las ideas para tener una Latinoamérica libre y próspera.


Por: Antonio De La Cruz
Director Ejecutivo
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Especial para reportero24
Caracas, miercoles 11 de diciembre, 2014