El Hipercontrolador social
Ubechito (a) El Corroncho
■ ¿Viste el carro nuevo de Corroncho?— susurró en tono de beata prendiendo velas “Forro de Urna” a “Noche sin Luna”, par de tumbadores de cocos y expertos en el nuevo deporte casi olímpico llamado política marxistoide coloquial. Noche sin Luna respondió con la convicción de diputado en televisión:
Ese es un Orinoco, de paquete. Se lo trajo el coronel que come lapa guisada y venado cada vez que arma fiesta en Cúpira. Tú sabes, el militar que grita consignas cuando se pasa de palos y dispara al aire cuando apenas puede balbucear el apellido de su difunto líder. Por cierto, a Corroncho ya no le dicen así porque subió de rango. Ahora es Ubechito Comunero, porque anda de la UBCH a la junta comunal contando los chismes más insólitos a cambio de un tabaco´e bruja y alguito para completar la caja de frías. Así se entiende la contraloría social desde El Clavo hasta la alcabala, que yo sepa. Para eso es el carro y también como pago por un trabajo de brujería que hizo su mujer para el ascenso del milico.
—Supe que ese cachucha comprá, junto a tres incondicionales, los que le pelan las verduras pa’l guiso, hicieron un juramento solemne y nocturno en Machurucuto, justo donde los cubanos nos intentaron invadir en los 60. La desvergüenza y entrega a los Castro es con chivos degollados y tambores— Rezongó quejumbroso Forro de Urna. Hubo un breve silencio y mientras la mirada de los amigos se clavaba en la gorda y cansada luna que cuelga colgada, al decir poético de Nicolás Guillén, el recuerdo del asesinato de Orlandito en la plaza no se hizo esperar.
—El ministro de Relaciones Interiores y demás hierbas aromáticas declaró que el problema de la delincuencia no tiene solución policial— rumió casi desconsolado Forro de Urna ante una aseveración tan grave como bizarra. Este ministro me hace pensar en alguien que diga que el problema de la salud no tiene solución con la participación efectiva del gremio médico, la dotación de los centros asistenciales y los medicamentos que hoy brillan por su ausencia, sino que el pueblo es culpable porque se enferma mucho y hay que esperar 15 años más para que la cultura, la sociedad, la historia, la ideología, la política y una rueda de prensa del presidente resuelvan los infartos y diarreas del día de hoy. Todos sabemos que la podredumbre social de la cual los rojitos han participado en calidad de cómplices y protagonistas desde hace 15 años requiere tiempo para ser resuelta de manera contundente, pero corresponde a los organismos policiales desarrollar lar tareas de previsión, inteligencia y captura en lo perentorio, porque de otro modo no quedará gente viva en este país dentro de 15 años más: unos muertos a manos del hampa y otros muertos por la pobreza que estos alucinados del gobierno planean hacer proliferar para que todos amemos al régimen. Me pregunto qué pasó con los superglobos de Barreto, la Gran Caracas dividida en cuadritos, los agentes con nivel universitario, las experiencias exitosas en otros países y sobre todo, la auténtica voluntad política del gobierno.
La policía seria piensa, planifica y actúa, dando prioridad a su tarea fundamental de resguardar la vida y propiedades de los ciudadanos, amén de otros derechos constitucionales. Un jefe de policía que dice que la policía no resolverá nada, no puede estar en ese cargo, porque la problemática histórica y social de desigualdad que genera violencia es una cosa, mientras que la efectividad del Estado para salvar nuestras vidas hoy, es otra. La delincuencia asesina tiene cómplices en ese caos, la demagogia, la anarquía y el populismo criminal, los mismos que hacen un circo con poemas herejes y máquinas captahuellas, como si los culpables somos nosotros y no ellos los responsables. Creo que vale la pena acotar como corolario de lo anteriormente expuesto, que Venezuela no es roja. Medio país está aquí y sí somos capaces de enderezar el rumbo que Maduro y su combo Gatopardista y embustero pretende endilgarnos sin viento ni veleta.
—Quédate así, Forro de Urna, calladito y viendo la luna. Ese que viene ahí es el carro de Ubechito y puede creer que estamos hablando mal del gobierno— entre dientes le dijo Noche sin Luna a su amigo.
—Tranquilo, panita, ponemos cara de borrachos y el chisme de nuestro Hipercontrolador social sólo llegará a nuestras esposas. En el partido no importamos, recuerda que mientras más pobres y más tiempo nos mantengamos así, mejor para la revolución. A lo mejor nos ascienden.
*Juan Carlos Gardié. Actor, licenciado en teatro, ex profesor universitario, fundador del Grupo Theja. Autor de la novela: “La Señora de Cárdenas” la cual cambió el género dramático venezolano, le dio un giro más cotidiano, más real.
Por: Juan Carlos Gardié
@JCGardie
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El Nacional
jueves 12 de septiembre 2014
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