73 años con deseos de
volver a sus raíces…
■ Han pasado los años y todavía dudo si actuaríamos correctamente cuando nos toque juzgar de nuevo a Acción Democrática.
La lucha de los hombres la juzga Dios, pero a nosotros se nos hace difícil juzgar la de AD. Cuando el tiempo avanza la historia le va dando razones que en otros tiempos se las había negado. Su vida ha estado llena de dificultades. Ahora el 13 cuando cumple 73 años, debemos ser justos, porque para muchos es su propia vida, su propia historia; y también, es una esperanza, es el sueño de aquellos que hoy añoran de nuevo “Una Venezuela libre y de los venezolanos”.
Es verdad que para AD la vida no ha sido fácil, pero este partido contribuyó en alto grado a la creación del sistema democrático en Venezuela, a la modernización del país en el siglo XX, a la industrialización de nuestro aparato productivo, a la masificación de la educación venezolana y al fortalecimiento de instituciones de carácter privado y público. Ese logro se desgastó en medio de intrigas, de luchas intestinas, de actos de corrupción y de apetencias personales, pero sus principios hoy tienen más vigencia que nunca. Esperemos que Dios les de sabiduría a los hombres y mujeres de Acción Democrática para resarcir el daño que se le hizo a este gran partido.
Sus actos marcan en buena parte la historia contemporánea de Venezuela. En sus hombros carga lo bueno y lo malo de mucho más de medio siglo de nuestra vida política. Si lo juzgamos por lo malo, también tenemos que juzgarlo por lo bueno. Seríamos injustos, si a estas alturas de su vida, pensáramos que AD no tiene nada de nosotros o que nosotros no tenemos nada de él, si fue fundamentalmente este partido el que puso gran empeño en enseñarnos a vivir en democracia, a respetar al adversario y a entender que el poder no puede ser omnímodo, todopoderoso. Aprendimos de él a ser demócratas, a luchar por la libertad y a enfrentar a las tiranías.
A pesar de sus desviaciones, durante toda su vida ha mantenido una conducta socialdemócrata, miembro de la Internacional Socialista. Su primera pérdida y la más importante de su pensamiento ideológico, fue en 1960 cuando una buena parte de su juventud abandonó sus filas para formar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) donde se agruparon “los cabeza caliente”, los de pensamiento avanzado, los atraídos por la revolución cubana. Luego vinieron otras divisiones, entre ellas la encabezada por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa que decidió, junto a Jesús Ángel Paz Galarraga, fundar del seno de AD al Movimiento Electoral del Pueblo (MEP). La vida de Acción Democrática continuó, pero las apetencias personales lo convirtieron en un partido clientelar, abrazado a la corrupción y abandonado de sus principios fundacionales.
Permítanme contarles una anécdota. En una oportunidad fui invitado por una amiga a la casa de AD y hubo un momento que me quedé solo sentado frente a un retrato de Rómulo Betancourt. Lo miré y le dije: “Ya tú estás muerto y yo que fui en mi juventud militante del MIR, hoy pienso que tenías razón en cuanto a cómo deberían ser para la época nuestras relaciones comerciales y políticas con los Estados Unidos y con las empresas petroleras trasnacionales. Las cosas que han pasado en AD han sido culpa de las circunstancias y no del partido”. Luego, me paré, tropecé, caí al suelo y me rompí el puño de la mano. Se me acercó el portero para levantarme y le dije: “Gracias, no pasó nada, déjame un momento aquí en el suelo”. Y luego desde mi mente le dije a Rómulo: “Tú si eres rencoroso”.
En estos 73 años de Acción Democrática es justicia desearle un ¡Feliz Aniversario! Aplaudirle su deseo de volver a sus raíces, de mirar hacia atrás para corregir y de mirar hacia adelante para avanzar con la frente en alto al son de su glorioso himno: “Adelante, a luchar milicianos…”. El mejor regalo sería el reencuentro de los suyos, de los que se fueron y de los que se quedaron. Y el nuestro, reconocer que Rómulo también tuvo razón cuando nos advirtió en 1959 cuál era el verdadero interés de Fidel Castro en su afán por ponerle la mano a Venezuela. ¡Qué difícil es juzgar a AD! , pero pongámonos la mano en el pecho y miremos el desastre en que se encuentra nuestro país. Un abrazo a los adecos.
Por: Lenín Valero
Politica | Opinión
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@valeromarquez
Valera, viernes 5 de septiembre, 2014
