¿Por qué Conatel cerró programa
de radial Nitu Pérez Osuna?
■ La periodista catalogó la acción gubernamental de “censura total”.
■ El régimen quiere convertir a Venezuela en un país de flojos, donde la gente trabaje menos, estudie menos, viva menos, coma menos y tenga una salud precaria.
■ El Gobierno canceló el programa radial de la comunicadora con el argumento de que hacía llamados al odio, la intolerancia y el desconocimiento de las autoridades.
En 2003, en los albores de la “revolución bolivariana”, el entonces presidente Hugo Chávez ideó un proyecto para instaurar una hegemonía comunicacional en Venezuela . Once años después, un alto porciento de los medios de comunicación pertenecen directa o indirectamente al Gobierno.
“El régimen pretende doblegar toda voz disidente”, aseguró la periodista venezolana Nitu Pérez Osuna, cuyo programa radial, Entre tú y yo con Nitu, fue suspendido por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) con la justificación de que hacía llamados al odio, la zozobra, la intolerancia y el desconocimiento de las autoridades.
Según CONATEL, el 12 de febrero de 2014, cuando comenzaron las protestas en Venezuela, Pérez Osuna se refirió a los círculos bolivarianos o colectivos allegados al Gobierno como “bandas de ladrones y asesinos que tienen al país y sobre todo a las barriadas populares angustiadas y preocupadas, con toques de queda que manejan a su antojo”.
Más reciente, el 1ro. de agosto, Pérez Osuna habría dicho que el Gobierno “ahora tiene el remoquete de ser un torturador de estudiantes, un violador de estudiantes y de presos políticos”.
La periodista catalogó la acción gubernamental de “censura total” y negó haberse referido al presidente Nicolás Maduro como “asesino” o “narcotraficante”, pero agregó que en su programa ha entrevistado a personalidades que sí hicieron comentarios de este tipo.
A juicio de la reportera, el Gobierno ha violado su derecho al trabajo, pues es el segundo programa que pierde por la censura: Pérez Osuna fue moderadora del espacio Yo Prometo, de Globovisión, hasta que asumió la actual gerencia. “Lo único que desean es controlar a la sociedad. Quien no se pliegue a su línea política, serán cerrados o perseguidos con la excusa de causar zozobra”.
Un futuro brillante:
Sobre el futuro del periodismo en Venezuela se mostró optimista. “En el presente se ve claramente la censura o la autocensura, pero hay algunos colegas que aún dan la pelea dentro de esos medios tomados”. Sin embargo, en los tiempos por venir ve un desempeño de la comunicación “brillante”, pues “aprendimos como nunca a buscar hasta debajo de la tierra”.
Añadió que “no se puede ejercer el periodismo con un régimen militarista y dictatorial. El periodismo brilla cuando hay democracia. Es cierto que siempre existe algún tipo de censura, pero antes se discutían criterios, no se despedía [a la gente] por escribir algo”, manifestó. Pérez Osuna cree que sin democracia no hay libertad de ningún tipo para comerciar, trabajar o transitar, pues en Venezuela se han conculcado las libertades. “Se necesitan una infinidad de permisos para salir del país de vacaciones. No hay siquiera libertad de tránsito”.
Un país a menos:
En Venezuela existe un proyecto de Ley de Comunicación Social en la Asamblea Nacional, que impediría a a los periodistas a escribir sobre una persona sin que ésta sepa que se está escribiendo sobre ella, lo que de hecho limitaría la denuncia de un hecho. La opinión general es que la medida está destinada a desprofesionalizar la comunicación social, pues para ejercer el periodismo no haría falta ser graduado.
“El Gobierno te critica por no tener ética, pero pasamos cinco años estudiando, entre ellas la materia de Etica. Ahora quieren que se ejerza [el periodismo] sin estudiar y convertir así a Venezuela en un país de flojos, donde la gente trabaje menos, estudie menos, viva menos, coma menos y tenga una salud precaria”, concluyó.
*La periodista venezolana Nitu Pérez Osuna critica la falta de libertades en el país tras la cancelación de su programa radial y recuerda que los perjudicados son los ciudadanos que padecen las consecuencias del régimen de Nicolás Maduro. Nitu Pérez Osuna en una carta:
Moriré de pie:
No es a mí a quien callan Nitu Pérez Osuna No es a mí a quien callan, sino a los ciudadanos, a esos que cada día de 1 a 2 de la tarde se comunicaban a “aquí entre tú y yo” para desahogarse y drenar tanto abandono de quienes se comprometieron a trabajar por y para ellos.
A esos venezolanos quienes todas las mañanas se levantan para encarar la vida que no es fácil porque se nos ha convertido en violenta de tanta muerte, robo y secuestro. De esos venezolanos que al despertarse y abrir el grifo no les sale el agua y tienen que recurrir a un cubo.
A ésos que no tienen gas y si lo tienen, ni una arepita se pueden meter porque harina no hay y el queso está carísimo. A ésos que llegan medio aseados y hambrientos al metro, pero que no lo pueden tomar a tiempo porque, cada vez y con mayor frecuencia “una falla de luz” ocasiona que los vagones se queden atascados en algún túnel oscuro.
Es a ellos, a los ciudadanos a quienes silencian y a quienes le impiden la información real porque tiene 16 años sometidos a cadenas de mentiras donde manipulan la realidad presentando un país en desarrollo inexistente. Son a ellos a quienes callan y ensordecen de falacias que comienza a descubrir.
Decepción y desencanto es lo que pulula en este expaís que te condena por pensar, disentir y polemizar. La libertad se paga, luchar por ella es costoso en esfuerzo, energía y sentimientos. Es una opción que tomas o dejas, si la pones de lado… te convierte en borrego, servil o jala bola.
Desde hace 16 años, a la calladita, el régimen ha venido instalado un aparato como el apartheid que sufrieron los negros en Sudáfrica con el propósito de que la minoría blanca conservara el poder. Hoy, en los inicios del siglo XXI los opositores al régimen, quienes pensamos distinto y que somos mayoría, se nos excluye y se nos persigue, se nos silencia para tratar de ocultar así la corruptela, la ineficacia y la inconformidad social que se ha instalado en el país.
Aquello en Sudáfrica no era democracia… Lo de aquí tampoco lo es. Por eso se me niega el sagrado derecho al trabajo y se me quiere imponer una expiación o sublimación como requisito sine qua non conseguir que alguien me emplee. Tal y como en Sudáfrica sólo se le reconocían prebendas a los morenos entregados y sumisos mientras que a un Nelson Mandela lo condenaban a una celda.
No tengo derecho a montarme en la aerolínea Conviasa y se me niega el pago de mis prestaciones trabajadas por 18 años por parte de los nuevos dueños del canal de televisión en el que trabajé y casi que tampoco a tener pasaporte y mucho menos a trabajar. Tendría que plegarme al régimen para que esa prohibición cesara. Y no soy de ésas. No es a mi quien callan… es cierto, pero si soy yo la que decide.
Y moriré de pie.
Por: Nitu Pérez Osuna
@NituPerez
Luis Carías Toscano
lcarias@diariolasamericas.com
@LuisCariasT
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sabado, 23 de agosto de 2014
