Algunos casos se investigan, otros
quedan estancados sin información..
■ En solo 7 meses siete personas han sido descuartizadas, causando horror en los venezolanos.
■ Asesinatos del terror: La impunidad oficialista en el país se reflejada en los cuerpos destrozados.
El 17 de enero, una mano humana encontrada en las inmediaciones del sector La Tinta del municipio San Cristóbal, estado Táchira, dio inicio a la cadena de crímenes desgarradores que han dejado sin palabras a los venezolanos durante este 2014.
Al sitio acudieron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), luego de que habitantes de la comunidad alertaran acerca del hallazgo, al observar que un perro llevaba la extremidad en el hocico.
Se presumió que la misma pertenecía a algún cadáver descuartizado con al menos tres días de data de muerte.
El Río Guaire, cementerio de “embolsados”:
El sábado del 19 de abril dos bolsas negras, del tamaño de un cuerpo humano, flotaban a la altura del Mercado de San Martín, lo que alertó a los transeúntes que dieron parte a las autoridades, quienes cerca de la 1:00 pm iniciaron el rescate.
Al llegar a las inmediaciones, los Bomberos del Distrito Capital se percataron que se trataba de dos cuerpos envueltos, para ese momento la división de homicidios del Cicpc ya realizaba investigaciones.
Trascendió que uno de los cadáveres era una mujer, que recibió varias heridas en la cabeza; el otro cuerpo pertenecía a un hombre de unos 35 años de edad que presentaba las mismas contusiones.
Las maletas del terror:
El 17 de junio a las 10:30 de la mañana, un recogedor de chatarra se acercó a un tumulto de basura en el estacionamiento del bloque las Acacias, de la urbanización El Pinar, parroquia Manuel Dagnino de Maracaibo, en la búsqueda de piezas de metal se percató de una maleta que se encontraba en muy buen estado.
Al abrirla se consiguió con una bolsa negra y dentro de ella extremidades humanas, al notar la ausencia del resto del cuerpo y una maleta igual, decidió abrirla, encontrando el tronco y la cabeza.
Las valijas fueron lanzadas desde un vehículo, a las 8:00 de la mañana del mismo día. Los vecinos de la zona se alertaron por los desplazamientos del carro. Este sería blanco y de él dos hombres altos sacaron el equipaje y lo arrojaron al montón de basura.
El sujeto de aproximadamente 50 años, tez blanca, cabello amarillo y contextura gruesa, habría sido torturado. Los funcionarios del Cicpc analizaron el lugar y colectaron las evidencias de carácter criminalístico. “Una de las maletas contenía prendas de vestir, entre ellas un pantalón azul y una franela roja. En la otra estaban las extremidades del hombre, mientras que en bolsas negras fue encontrado el torso”, dijo un vocero policial.
Los criminales descuartizaron al hombre y metieron sus partes en maletas y bolsas negras. “Tenía una data de muerte de tres a cuatro horas. No presentó heridas por arma de fuego, pero se le apreciaron golpes y signos de tortura”, dijo uno de los investigadores.
“El caso es atípico. No es un homicidio común. Además, la víctima parece ser un hombre extranjero”, añadió.
Los gritos sorpresivos de los curiosos se escucharon en el sitio, cuando los funcionarios abrieron una de las maletas y de allí cayeron las extremidades superiores e inferiores (brazos y piernas).
Los restos del hombre fueron levantados por los pesquisas y fueron trasladados a la medicatura forense de LUZ para la necropsia de ley y posterior identificación del cuerpo.
Días más tarde, una fuente policial ligada al caso informó que “una edificación de varias plantas, ya sea un hotel o un conjunto residencial, fue el lugar donde descuartizaron al hombre hallado en maletas”, al tiempo que explicó que las mismas fueron utilizadas para disimular ante posibles observadores el cadáver que escondían, además de servir como método fácil de traslado.
Destacó que “las huellas dactilares fueron enviadas a Colombia para ser revisadas en una lista de desaparecidos, pero no arrojó resultados”. El Cicpc se mantiene abocado al caso que, presuntamente, pudiese tener vínculos con el narcotráfico.
“Estamos agotando todos los recursos para dar con la identidad del hombre que fue hallado en El Pinar, el 17 de junio”, añadió.
Asimismo, el comisario jefe del Cicpc en el estado Zulia, Carlos Sifontes, reveló que un retrato elaborado por un dibujante profesional con la supervisión de detectives que trabajan en la investigación, fue difundido 1 mes después en rueda de prensa, para intentar conocer la identidad del hombre.
El secuestro que terminó en descuartizamiento:
A menos de un mes de haber encontrado dos maletas llenas de restos humanos, el sábado 12 de julio en el centro del país, fueron halladas las manos y cabeza de un hombre en las adyacencias del Mercado de San Martín.
Dos días después fue que las autoridades del Cicpc determinaron que se trataba de los restos de un comerciante de origen portugués que había sido secuestrado el pasado 8 de julio y respondía al nombre de José Enrique Maia Sadinha, de 39 años de edad.
La víctima fue plagiada por dos hombres armados a las 4:30 de la mañana, mientras supervisaba la descarga de mercancía en su local, Distribuidora Maia, ubicado en la calle Colombia de Catia, posteriormente sus secuestradores se comunicaron con la esposa de la víctima a quien le solicitaban la cantidad de 800.000 bolívares a cambio de la liberación.
Según las experticias, se presume que las partes habían sido lanzadas desde la autopista Francisco Fajardo. En la actualidad procuran hallar el resto del cadáver del comerciante.
El Cicpc determinó que hombres conocidos por los apodos de “el Enano”, “Nidio”, “el Catire” y “Gianfranco” están implicados en el plagio y homicidio.
Cabe resaltar que es la primera vez que una víctima de secuestro en Venezuela es desmembrada. El trato dado al comerciante se ha visto en otros países como México y Colombia.
3 bolsos, 1 cuerpo
En menos de dos semanas, a las 5:15 de la mañana del 22 de julio, una persona llegó a un quiosco ubicado entre las calles Sorbona y Beethoven de Colinas de Bello Monte, frente a la Torre Financiera, para tomar un café. Estando en lugar observó tres bolsos, uno rosa, uno azul y otro marrón, que arrimó al pensar que se trataba de basura.
Sin embargo, Ronny Goitia, hijo del dueño del quiosco, indicó que otro de los clientes del lugar abrió uno de los tres maletines, encontrándose con restos humanos, envueltos en plástico, que pertenecían a un hombre, de piel blanca, cejas prolongadas, cabello negro corto con barba muy cuidada, nariz perfilada y rasgos árabes.
Junto a las extremidades y cabeza se halló ropa de marca y una mano que tenía las uñas pintadas de blanco. Quedó por localizar el tronco del cuerpo.
El hecho fue informado a Polibaruta que custodió el sitio hasta que llegó el Cicpc de Santa Mónica, quienes trasladaron los restos a la morgue para ser identificados por la necrodactilia y días más tarde determinaron que el cuerpo mutilado pertenecía a Simón Antonio Perdomo Salazar.
De acuerdo a información suministrada por el cuerpo de División contra Homicidios del Cicpc, el joven, egresado de la Universidad Central de Venezuela, se encontraba residenciado en un apartamento en el centro de Caracas, donde fue ultimado.
Cuando la policía llegó al apartamento solo encontró algunas pertenencias de la víctima; su laptop y su teléfono celular desaparecieron.
El sospechoso por el asesinato es un amigo de la víctima con quien vivía en el edificio Pilar, en la avenida Sur, esquina Tablita, al final de la avenida Baralt. Desde el hallazgo del cuerpo que fue desmembrado, este sujeto de nombre Cristian Alejandro Ordoñez, de 32 años, está desaparecido.
Simón Perdomo era socio de una agencia de viajes. Vivía en Caricuao con su familia y hace cuatro meses decidió mudarse con este amigo que conocía hace al menos 3 años. El presunto homicida laboraba en Pequiven y también en una agencia de modelaje para catálogos de ropa de caballero.
1 cuerpo, 2 lugares, ningún testigo:
Pasadas las 6:00 de la mañana del domingo, 10 de agosto, varios indigentes encontraron en un container entre las esquinas de Maderero y Puente Nuevo, sector El Silencio de la ciudad capital, el torso tatuado con una flor, de una mujer morena y delgada
Según los primeros registros, a la víctima le cortaron los brazos, las piernas y la cabeza. El tronco presentó heridas hechas con un arma blanca y estaba tapado con unas bolsas negras.
Asimismo, en el sitio se habría encontrado un documento de identidad.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se encargaron del levantamiento de los restos hallados y de la búsqueda del resto de las extremidades, que fueron localizadas a las 7:00 de la noche del mismo día por unos guardabosques del parque El Ávila, quienes hallaron los brazos y piernas, en el distribuidor Baralt, adyacente a la Cota Mil, cerca del puesto de control del parque del Ávila.
Posteriormente el Cicpc identificó a la víctima mediante la necrodáctilia y determinó que el cuerpo pertencía a Yesenia Patricia Mujica González, de 20 años de edad.
Carmen González, tía de la víctima, relató que la chica trabajaba en el Departamento de Cobranzas de la sede principal del Banco Bicentenario, ubicado en El Rosal. También cursaba la carrera de Publicidad y Mercadeo en el Instituto Superior Universitario de Mercadotecnia en la avenida Casanova.
Actualmente, la policía científica interroga a los amigos para identificar a los responsables.
Durante estos 7 meses estos asesinatos, que han causado horror en los venezolanos, son los pocos que han salido a la luz pública. En algunos se adelantan investigaciones y otros simplemente quedaron estancados por falta de información. Muchos especialistas coinciden en que son casos “atípicos” ya que no suelen vincularse al ejercicio de delincuentes ordinarios, además los niveles de ensañamiento y dedicación demuestran que pareciera tratarse de vinculación con la victima, venganza o estar enviando mensajes a otra persona.
Asimismo, resalta el hecho, de que generalmente el descuartizamiento tiene la intención de complicar la investigación e identificación de la victima y en estos casos, pasó todo lo contrario, los homicidas han dejado el rostro y las manos, cosa que hace pensar que precisamente querían que se supiera quiénes eran.
Según un informe de la ONU, con una tasa de 53,7 homicidios internacionales por cada 100.000 habitantes, Venezuela se convirtió en el segundo país más violento. Ahora bien, haría falta cuestionarse, ¿A qué obedece esta escalada progresiva en la violencia?.
Por: Ramdi Díaz
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Martes, 19 de agosto de 2014
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