“Cuando la Fuerza Armada
es cómplice penalmente..”
■ Los jerarcas del PSUV no conformes con disponer de los grupos paramilitares que aterrorizan y reprimen a la población que manifiesta pacíficamente, especialmente a los estudiantes que aspiran a un cambio de régimen que en democracia y libertad les garantice el futuro, el Presidente Maduro trata de convertir a la FANB en el brazo armado de su partido.
Desde luego el gobierno esta violando flagrantemente lo establecido en la Constitución Nacional vigente, que la Fuerza Armanda Bolivariana es una institución de la República, con una misión específica de defender la soberanía nacional y estar al servicio de la nación y no de un grupo o personalidad política alguna. Nicolás Maduro ha venido predicando que la FANB tiene una misión distinta, a la asignada por dicha Constitución, como de ser antiimperialista, socialista y chavista.
Ante el rechazo de la población mayoritaria a su gestión, algunos expertos en publicidad consideran que el objetivo de Nicolás Maduro de hacer publicar encuestas en las que aparece con un alto porcentaje de respaldo, después de 14 años de fracaso administrativo, es crear la percepción de un falso triunfo, para intentar explorar un posible apoyo militar para consumar un régimen dictatorial, por la fuerza.
Las verdaderas encuestas que manda a hacer la Sala Situacional de Miraflores le indican a Maduro, que está perdido, y por eso se refugia en la memoria, tras las fotos, de Hugo Chávez, como último recurso, tratando de convertir a la FANB en su partido político, que lo mantenga en el poder a como dé lugar, violando la Constitución Nacional.
Después de 14 años de ejercicio burocrático del Poder Ejecutivo, disfrutando del control de los demás Poderes Públicos, que Hugo Chávez mantenía, Maduro no está en capacidad de dignificar y profesionalizar a la FANB, apoyándose en oficiales que siempre han manifestado su vocación de adulantes, y ascendieron sin poseer méritos profesionales, que arribaron entre los últimos de sus promociones, por el sólo hecho de identificarse con su socialismo fracasado en el mundo y con un patria o muerte, que le recomendó Fidel Castro para convertirlos en incondicionales y dejarlos traficar con los dineros públicos, y a algunos hasta con el narcotráfico.
Lo que requiere la FANB es un Plan que comprenda los aspectos clave, para hacer de sus componentes una institución moderna, preparada en primer lugar para defender nuestras fronteras como escenario fundamental para la defensa integral del territorio nacional; fortalecer su independencia operacional; capacitarla en todos los niveles requeridos para afrontar toda amenaza a la nación; reconocer los méritos profesionales como esenciales para los ascensos militares; desempeñar un papel cardinal en la defensa de la Constitución; alejarla de todo culto a la personalidad, propio de los regímenes totalitarios. Otro objetivo militar imprescindible es que la familia militar debe disfrutar de una seguridad social acorde con el rol que desempeña la Institución Armada en un país democrático y progresista, sin que ningún oficial sea sometido a retaliaciones o venganzas por no repetir el pensamiento único de su Comandante en Jefe.
La militarización del gobierno, que pretende extenderla a toda la sociedad, es y será resistida por los sectores democráticos y la sociedad civil en general, que rechazan todo régimen tiránico propio de aquellos países atrasados en los que impera la violencia y no la convivencia civilizada. Sacar de los cuarteles a miles de oficiales, preparados para la guerra, sin calificación para dirigir la administración pública, constituye un acto no sólo inconstitucional sino también de corrupción, porque la incompetencia conduce generalmente al despilfarro y al robo.
Y lo más grave es que este tipo de gobierno que ha fracasado en los países que lo han impuesto por el fraude y la violencia, desaparecen tarde o temprano, y cuando la Fuerza Armada es cómplice sufre las consecuencias que la justicia nacional o internacional aplica, apoyada en Tratados Democráticos, a los violadores de los derechos humanos y conculcadores de las libertades públicas.
*Juan Páez Ávila. Periodista y escritor, ex -parlamentario y educador, profesor titular de la UCV, Premio Nacional de Periodismo y cuentos del diario El Nacional.
Por: Juan Páez Ávila
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Caracas, jueves 10 de julio, 2014
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