¿hay partidos arreglados o árbitros
corruptos en la Copa Mundial…?
■ Muchos de los millones de espectadores que vimos el partido México-Croacia nos hicimos la misma pregunta cuando el árbitro no cobró un obvio penal a favor del equipo mexicano que vimos todos menos él árbitro de la FIFA.
El tema no resultó ser crucial ese día, porque México le ganó a Croacia por 3 a 1, y pasó a la ronda siguiente. Pero el episodio —al igual que el inexistente penal a favor de Brasil que cobró el árbitro del partido inaugural— sacó a la superficie viejas preguntas sobre la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), y por qué no permite las repeticiones instantáneas en video de jugadas cuestionables, como ocurre en los partidos de baloncesto de la NBA.
El hecho es que la FIFA, que según la revista Forbes tendrá ingresos de más de $4,000 millones este año, es una organización no gubernamental con sede en Suiza que a menudo da la impresión de estar manejada como una sociedad secreta. Su presidente Joseph Blatter, de 78 años, ocupa el cargo desde 1988, y recientemente anunció que se postulará para un nuevo mandato.
Poco antes de iniciarse el Mundial, el Sunday Times de Londres publicó una investigación periodística según la cual se pagaron sobornos para influir en la decisión de la FIFA en el 2010 de escoger a Qatar —en lugar de Gran Bretaña— como sede de la Copa Mundial del 2022.
De hecho, Qatar es uno de los peores lugares del mundo para un torneo deportivo. En Qatar, las temperaturas durante el verano, cuando se juega el Mundial de Fútbol, llegan a casi 50 grados centígrados, lo que constituye un riesgo para la salud de los jugadores.
Además, Qatar es una monarquía absoluta, plagada de denuncias de violaciones a los derechos humanos. Y, futbolísticamente, Qatar no existe: su equipo nacional nunca clasificó para un Mundial.
Otro diario británico, The Telegraph, ha informado que se pagaron sobornos a la FIFA para elegir Rusia como sede del mundial del 2018. Y The New York Times publicó recientemente un artículo afirmando que una investigación interna de la FIFA demuestra que varios partidos previos al mundial del 2010 en Sudáfrica estaban arreglados.
La FIFA ha ordenado una investigación interna de las acusaciones de sobornos en la designación de Qatar como sede del mundial del 2022, y ha designado al ex fiscal de Nueva York Michael J. García para encabezarla. Se espera que García presente su informe después de la finalización del Mundial de Fútbol.
Pero la organización de combate contra la corrupción Transparencia Internacional se ha mostrado escéptica con respecto a que la FIFA esté haciendo lo suficiente. En un nuevo informe titulado “FIFA: Es hora de hacer cambios”, pide a la FIFA “que investigue las acusaciones de corrupción que la han rodeado durante varios años”.
Según Transparencia Internacional, la FIFA debe hacer al menos tres cosas: publicar el texto completo de sus investigaciones sobre la selección de las sedes de los mundiales del 2018 y 2022; establecer límites temporales a la reelección de sus presidentes, incluyendo a Blatter; y designar miembros externos en su comité ejecutivo.
Transparencia Internacional agregó que “los partidos arreglados se han convertido en una verdadera amenaza para la integridad del fútbol”, y señaló que la propia FIFA ha advertido sobre la posibilidad de arreglos en partidos del actual Mundial de Fútbol que no incidan sobre el avance de los equipos en la competición.
Cuando pregunté a Eduardo Bohórquez, de Transparencia Internacional, si cree que las investigaciones internas de la FIFA sobre la votación de Qatar 2022 serán creíbles, me respondió que hay grandes riesgos de que la investigación sea limitada, porque solo mirará hacia el pasado.
“Se tienen que hacer dos cosas: por un lado, esclarecer lo ocurrido en el pasado, y por el otro lado pensar en un paquete de medidas para evitar que eso se repita en el futuro”, dijo Bohórquez. “Creo que se va a hacer lo primero, pero no soy muy optimista de que se haga lo segundo”.
Mi opinión: Estoy de acuerdo en que hay que regular mejor a la FIFA hacia el futuro. La institución necesita urgentemente un comité de supervisión externo que no solo investigue sus dudosas prácticas del pasado, sino que también ordene transparentar todas las grandes decisiones en el futuro, y prohíba la reelección indefinida de los presidentes de la FIFA.
Y en el plano más inmediato, la FIFA debería permitir las repeticiones instantáneas de jugadas dudosas a partir del próximo mundial. De lo contrario, quienes miramos la competencia deportiva más hermosa del mundo vamos a seguir sospechando lo peor cada vez que veamos un arbitraje polémico, porque con la tecnología disponible no hay excusas para decisiones como el penal no cobrado durante el partido México-Croacia.
*Andrés Oppenheimer. Periodista argentino que reside en Estados Unidos. Es el editor para América Latina y columnista de The Miami Herald; analista político de CNN en Español y conductor del programa de televisión Oppenheimer Presenta.
Por: Andrés Oppenheimer
aoppenheimer@MiamiHerald.com
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viernes 27 de junio, 2014
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