La vida oculta Fidel Castro,
revelada en un libro..
■ Ex guardaespaldas cuenta vida secreta de lujos en Cuba.
■ La “dolce vita” de Fidel Castro contada por su escolta.
■ “Fidel Castro nunca ha renunciado al confort del capitalismo”.
■ El ex presidente cubano vive en la isla privada de Cayo Piedra.
■ Juan Reinaldo Sánchez creyó en Fidel Castro y habría dado la vida por él. Hasta que entendió que el gobernante creía que Cuba le pertenecía.
París.- “En contra de lo que siempre dice, nunca ha renunciado al confort del capitalismo ni ha elegido vivir con austeridad”, escribe Juan Reinaldo Sánchez, que durante 17 años fue guardaespaldas de Fidel Castro y que ahora publica un libro sobre la vida privada del líder de la revolución cubana.
Yates lujosos, una veintena de residencias repartidas por toda la isla o partidas de caza “a lo Luis XV”, tanto en las frondosas provincias del norte como en los privilegiados fondos marinos, son algunos de los detalles que saca a la luz “La cara oculta de Fidel Castro”, escrito junto al periodista francés Axel Gyldén y que estará en las librerías francesas el próximo día 28.
El ex militar cubano, que dice haber pasado más tiempo con Fidel Castro que su propia familia, admite que creyó en él y habría dado su vida por él, hasta que se dio cuenta de que el gobernante estaba convencido de que Cuba le pertenecía
El comandante se cuidó mucho de mantener lejos de la vista de los cubanos su vida privada, “el secreto mejor guardado de la Revolución”, asegura Juan Reinaldo Sánchez, según los extractos del libro.
El hombre que acompañó casi a diario a Fidel entre 1977 y 1994 describe el lujoso yate del líder, “Aquarama II”, copiado del de un allegado del régimen de Fulgencio Batista (presidente de Cuba entre 1940-1944 y de facto en 1952-1959), con cuatro motores, que le regaló el dirigente soviético Leónidas Breznev.
Fondeado en su puerto privado de Bahía de Cochinos, cada paseo del barco implica todo un despliegue, que incluye otros dos navíos, uno de ellos totalmente medicalizado, una patrullera militar y varios aviones en alerta para evitar que el comandante sufra un atentado.
En general, el “Aquarama II” sirve para dar agradables paseos marítimos, pero también para ir a Cayo Piedra, una pequeña isla situada en el sureste de Cuba, un “paraíso para millonarios” en el que Castro reposa rodeado de lujo.
Personalidad egocéntrica:
En otras revelaciones que ofrecen pistas sobre la personalidad del caudillo, Sánchez describe a su ex protegido como carismático e inteligente, pero manipulador, de sangre fría, egocéntrico y propenso a las rabietas y pataletas.
Mantenía una pistola a sus pies cuando se trasladaba en su Mercedes, y nunca iba a ninguna parte sin por lo menos diez guardaespaldas, entre ellos dos “donantes de sangre”. En su casa de cuatro dormitorios [en Punto Cero, al oeste de La Habana], se levantaba tarde, y empezaba a trabajar cerca del mediodía “después de un desayuno frugal”.
“Su película favorita, que vio yo no sé cuántas veces, era la versión interminable y soporífera soviética sobre ‘La Guerra y la Paz’ de Tolstoi … duraba por lo menos cinco horas”.
Sánchez recuerda cómo Castro ordenaba grabar en secreto a todos sus interlocutores, incluido Hugo Chávez, e insistía en que sus guardaespaldas anotaran todo en un cuaderno, según él, “para la historia”.
“A veces, Fidel parecía tener algo de la mentalidad de un pirata del Caribe”, afirma, mientras evoca cómo Castro atesoraba diamantes angolanos en una caja de habanos Cohíba.
Observa el ex guardaespaldas que los compatriotas de Castro desconocían su compleja vida amorosa y de mujeriego –fruto de la cual ha dejado al menos nueve hijos– entre otras cosas porque a los medios cubanos les estaba prohibido hablar de eso.
Acerca de la crueldad del dictador, Sánchez dice haberla experimentado de primera mano cuando por pedir su retiro perdió su favor, fue calificado de traidor y encarcelado “como un perro”, torturado y dejado en una celda infestada de cucarachas.
“Fidel Castro ha dado a entender que la Revolución no le dio ningún respiro, ningún placer; que ignoraba y despreciaba el concepto burgués de vacaciones. Mentía”, afirma Sánchez.
El guardaespaldas relata que él estuvo “cientos de veces” en ese “pequeño paraíso”, donde era el encargado de escoltar al comandante durante sus numerosas batidas de caza submarina en unos fondos marinos casi vírgenes.
En cuanto el tiempo era clemente, Fidel y su esposa Dalia acudían casi cada fin de semana a Cayo Piedra, mientras que en la temporada de lluvias el comandante prefería la caza del pato en la mansión “La Deseada”, situada en la provincia de Pinar del Río.
“En agosto, los Castro se instalaban durante un mes en su isla de ensueño”, desde la que el líder acudía a La Habana en helicóptero si algún imperativo así lo exigía, añade.
Ningún cubano de a pie penetró en la secreta isla de Castro, a la que solo un reducido grupo de privilegiados, casi todos extranjeros, fueron invitados.
Reinaldo Sánchez recuerda al ex presidente colombiano Alfonso López Michelsen, al empresario francés Gérard Bourgoin, conocido como el “rey del pollo”, el propietario de la CNN Ted Turner o el dictador de la República Democrática Alemana Erich Honecker.
Aunque los más habituales del lugar eran el escritor Gabriel García Márquez y el héroe de la revolución Antonio Núñez Jiménez.
En una de esas visitas, indica el autor, Fidel propuso a “Gabo” lanzarse a la conquista de la presidencia colombiana con el apoyo de Cuba, pero el escritor “prefería disfrutar de los placeres de la vida quedándose confortablemente al margen de la política”.
Lo que no consiguió con García Márquez, tener un peón en Colombia, lo logró años más tarde con Hugo Chávez en Venezuela, señala Reinaldo Sánchez, quien asegura que el líder cubano “siempre tuvo en la línea de mira el petróleo” de ese país.
“Sabía que era la clave para financiar su sueño internacionalista de oponerse a Estados Unidos”, agrega.
Hija de Fidel lo define como cruel:
La hija “rebelde” de Fidel Castro, Alina Fernández Revuelta, intuye que “todavía” no debe volver a Cuba, pues no quiere tener “problemas” con las autoridades de la isla, según confiesa en una entrevista en la que revela “mucha pena” por no poder ver a su madre y define a su padre como un hombre de una elevada “crueldad”.
A sus 58 años Alina Fernández vive exiliada en Miami, muy cerca de la Pequeña Habana, justo al lado de la calle 8, en una sencilla residencia donde comparte recuerdos y muestra fotografías en las que está abrazada a su padre, vestida de novia, de blanco, junto a un sonriente Fidel Castro con uniforme militar verde olivo.
Escapó de Cuba a los 38 años, en 1993, y a pesar del tiempo y de que las normas para viajar a la isla se han relajado bastante, la hija de Fidel Castro cree que su regreso a Cuba podría ser inconveniente.
“No quiero tener problemas. A estas edades una es menos aventurera”, dice Alina Fernández, con cierta emoción y un largo silencio, roto sólo para confesar un punto de dolor y amargura por ese retorno hasta ahora imposible: “me da mucha pena, porque mi madre está mayor”, y “ver a tu madre y querer hacer algo por ella es una ley de la naturaleza, es algo visceral”. Su madre, Natalia Revuelta, tiene 88 años, apenas unos meses mayor que Fidel Castro. Pero los sentimientos de una hija hacia el hombre que marcó su vida y gobernó Cuba durante medio siglo son completamente distintos.
Sobre la pregunta de que si ha llegado a odiar a su padre Fernández responde: “No. A odiarle no. El odio es una palabra demasiado fuerte. Yo padecí mis acosos y mis castigos, y le considero una persona con un nivel de crueldad bastante elevado, pero no llegué a odiarle nunca”.
Sin embargo, agrega que no tuvo tiempo de querer a Fidel Castro como padre porque “supe que era su hija a los 10 años, y eso coincidió con una de sus largas desapariciones. El era un visitante tierno, nocturno, pero nunca me acostumbré a decirle ‘papi’”.
“Yo siempre pensé que mi padre era Orlando Fernández, que se había ido del país convertido en un “gusano” (apelativo despectivo para los que huían del régimen comunista), lo cual me daba mucha tristeza y mucha vergüenza, porque lo recordaba con mucho cariño a él y a mi hermanita”, agregó.
Sobre si le gustaría volver a ver a Fidel Castro, indico: “No es una posibilidad real, no existe la posibilidad de verle. Creo que hay una absoluta falta de interés por ambos lados. No tengo nada que decirle, y a estas alturas menos”. “Fidel Castro no era un padre. De vez en cuando aterrizaba en casa. Era un visitante de capricho, tenía ataques de paternidad o largos distanciamientos. Era un padre ausente”, puntualizó.
Acerca de las semejanzas entre Fidel y Raúl, Alina Fernández expresa que “son totalmente diferentes. Raúl es un hombre de familia, que ha estado cercano a sus hijos, con eso ya se dice todo, y Fidel Castro es una especie de personaje solitario y con poco arraigo emocional”.
Preguntada sobre qué siente al ver fotografías de ella y su padre afirma que “tuve que hacer el ejercicio de diferenciar entre el ser hija de Fidel Castro y ser una cubana más que tuvo que huir con su hija. No quiero utilizar la palabra víctima, pero muchos estamos aquí porque no tuvimos más remedio”.
A la pregunta de cómo cree que Fidel Castro pasará a la historia dijo: “Para los cubanos el legado de Castro es un país arruinado y con un exilio, una experiencia muy dura y muy difícil de curar”.
Residencia de Cienfuegos:
Ubicada en residencial “El Prado”, por la carretera #-37 que conduce al Hotel Jagua. La Residencia El Prado estilo chalet muy grande, con aire acondicionado y todas las comodidades. Allí existe un invernadero donde Fidel cultiva plantas exóticas importadas. También hay grandes variedades de árboles frutales. En varias oportunidades, jóvenes residentes de la zona han sido detenidos tratando de entrar en la finca, con el propósito de obtener frutas. Vigilada permanentemente por militares. Incluye piscina y un muelle para el atraque de yates. Un personal especializado realiza permanentemente las labores de servidumbre, esto incluye choferes y jardineros. Observaciones: Residencia para el uso exclusivo de Fidel, cuando éste visita dicho lugar se cierra el acceso a la zona.
El autor:
Su ex guardaespaldas Juan Reinaldo Sánchez lo cuenta todo en un libro de 336 páginas: “La Vida Oculta de Fidel Castro”, publicado hoy en Francia. Describe solo el lujo de la vida del dictador cubano, sino que también analiza otros aspectos de su régimen, la dinastía familiar, seguida por la de su hermano Raúl.
El ex guardaespaldas también se centra en la costumbre que tenía Fidel de grabar a todos sus colaboradores y allegados o su intento por extender la revolución a Nicaragua.
Reinaldo Sánchez cayó en desgracia en 1994 por pedir la retirada y la jubilación.
Fue encarcelado y, tras múltiples peripecias, logró escapar en 2008 para reunirse con su familia en Estados Unidos.
Por: Luis Miguel Pascual/EFE
Ignacio Esteban
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Francia, miércoles 21 de mayo, 2014
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