HomeMundo & America LatinaMARIO VARGAS LLOSA: "No se puede hablar de Venezuela como una democracia"

MARIO VARGAS LLOSA: “No se puede hablar de Venezuela como una democracia”



Maria Corina Machado y Mario Vargas Llosa

La crisis muestra un régimen
desacreditado por los hechos


 

Mario Vargas Llosa asegura que la falta de papel para periódicos caracteriza al autoritarismo.

El escritor, aunque se confiesa escéptico ante la posibilidad de que el gobierno haga concesiones en el diálogo con la oposición, le da el beneficio de la duda porque cree que su fracaso solo incrementará la violencia. Opina que la situación económica debilitó al chavismo, que “ya no es mayoría”.

El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa no titubea cuando se le pregunta cómo titularía un libro sobre Venezuela: “Al borde del abismo”, dice inmediatamente. Sin embargo, la esperanza siempre prevalece, como ocurre en sus obras.

En La guerra del fin del mundo, el periodista miope -uno de los personajes principalesexpresa: “Justamente, cuando empezó a deshacerse el mundo y fue el apogeo del horror, yo, aunque le parezca mentira, empecé a ser feliz”.

–¿Puede un país en medio de una crisis, “al borde del abismo”, recuperarse y encontrar esa felicidad?

–La única manera de que Venezuela supere esta crisis es que enmiende una política económica que conduce irremediablemente al fracaso y a la violencia.

Aunque se confiesa escéptico le da el beneficio de la duda al diálogo entre el gobierno y la oposición, como única manera de evitar el incremento de la violencia. “Hay que presionar para que el régimen haga las concesiones necesarias”, agrega.

–Usted ha dicho que el régimen venezolano se acerca a una dictadura. ¿Qué hace falta para que cruce la línea entre democracia y dictadura?

-Hay dictaduras totales que tienen el control absoluto de toda la vida política, cultural, social y económica; y hay regímenes que van camino a ese sistema, pero que no han llegado todavía. Mi impresión es que Venezuela ha dejado de ser una democracia, el régimen se ha ido endureciendo cada vez más y ha ido reduciendo el espacio que le permitía a la oposición manifestarte, sobre todo a través de los medios audiovisuales y la prensa. Aunque aún existe una prensa de oposición, vive en condiciones sumamente difíciles. No se puede hablar de Venezuela como una democracia porque es un régimen en el que claramente la vocación autoritaria es más fuerte que las convicciones democráticas.

–La compra de medios o las limitaciones en la entrega del papel, ¿son características de las dictaduras?

-En lugar de proceder simple y puramente a la usura y a la nacionalización de todos los medios, en Venezuela se ha seguido un proceso que ha sido bastante frecuente en América Latina: utilizar distintas mañas para ir intimidando a la prensa de oposición e ir reduciendo su difusión mediante medidas judiciales, policiales, económicas, mediante las supuestas ventas de las empresas que acaban reducidas a la supervivencia. La falta de papel, en el caso de los periódicos, también es un recurso tradicional de los sistemas autoritarios.

–¿Qué imagen le ha impresionado de los últimos dos meses de protestas?

-Creo que, con la mayor objetividad, lo que se ha visto es clarísimamente cómo la oposición, no solo porque se haya unido, sino sobre todo por la gravedad de la crisis económica y política, ha crecido de una manera manifiesta y hoy seguramente representa una mayoría de la población.

–¿Cree que el diálogo entre el gobierno y una parte de la oposición es un primer paso para salir de la crisis?

-Creo que todos quisiéramos que esta crisis se resolviera de una manera pacífica, pero tengo muchas dudas de que el régimen, que ha avanzado tanto en la captura prácticamente de todas las instituciones públicas y buena parte de las privadas, esté dispuesto a hacer las concesiones para que haya una coexistencia pacífica. Desde luego que lo deseo y ojalá tenga ese resultado, pero hay razones para ser bastante escéptico.

–¿Qué pasa si no rinde sus frutos?

-Si no rinde sus frutos me temo que la violencia continué y que a medida que se sienta más debilitado y más impopular, el régimen recurra más a la violencia. Hay que presionar para que el régimen haga las concesiones necesarias, de tal manera que pueda haber una coexistencia pacífica en Venezuela.

–Hay quienes consideran, en la oposición, que la ruta es la protesta en la calle. Que mientras haya presos políticos y represión no puede haber diálogo.

-Creo que en la oposición venezolana, que es democrática, tiene que haber puntos de vista distintos, y eso es lo natural. No lo veo como una rivalidad sino como actitudes complementarias. Unos mantienen una resistencia más enérgica, otros están dispuestos, en aras de la paz, a hacer ciertas concesiones y tratar de sacar adelante ese diálogo.

–¿Qué papel han desempeñado y deben desempeñar los estudiantes?

-Creo que han desempeñado un papel que es muy tradicional en América Latina.

En la juventud, el idealismo, el coraje, el enfrentarse con la fuerza, son cosas que han caracterizado a los jóvenes. Para mí, lo que es muy conmovedor es que es una movilización en favor de la libertad, la legalidad, la democracia. Luchan contra posiciones ideológicas, intransigentes, intolerantes. Han sido la punta de lanza de la resistencia democrática ante un poder que cada vez más se inclina por el autoritarismo.

–¿Considera que ha habido suficiente rechazo internacional a la represión en Venezuela?

-Creo que hay una responsabilidad muy grande de los países democráticos latinoamericanos que no han intervenido como debieran haberlo hecho, de una manera más resuelta y decidida. Han mantenido una neutralidad que se parece mucho a la complicidad. Es lamentable que regímenes que son democráticos, que debieran actuar en consecuencia y manifestarse en favor de la fuerza democrática, mantengan una neutralidad que creo que es oportunista y una manifestación de cobardía.

–A un año de la muerte de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro en el poder, ¿qué evaluación hace del chavismo como movimiento político?

-Se ha debilitado enormemente. La crisis muestra que el futuro ideológico del régimen se ha visto muy desacreditado por los hechos. La situación económica de Venezuela es verdaderamente crítica. En un país que es uno de los potencialmente más prósperos de América Latina y del mundo, no es posible que haya un desabastecimiento, una inflación que es una de las más altas del mundo, que la violencia callejera, la delincuencia, lo hayan convertido en uno de los más peligrosos del mundo. Eso claramente desvirtúa, desacredita profundamente la ideología que ha conducido al país a una situación tan crítica.

–Ha dicho que Venezuela vive inmersa en un desastre. ¿Ese desastre tiene salida a corto plazo?

-A corto plazo la única salida posible es una enmienda y corrección de la política que es tan absolutamente antimoderna, por el intervencionismo feroz del Estado en la vida económica, el acoso insensato a la empresa privada, a la propiedad privada. La práctica de esa regimentación estatista del proceso económico solo conduce a la catástrofe. ¿Por qué cayó la Unión Soviética? ¿Por qué China se ha convertido en un país capitalista? La única manera de que Venezuela supere esa crisis es que enmiende una política económica que conduce irremediablemente al fracaso y a la violencia.

El papel de las ideas:

El escritor peruano viajará a Venezuela para participar, el 24 y el 25 de abril, en el encuentro internacional América Latina: La libertad es el futuro. El papel de las ideas en la transformación económica, política y social para crear riqueza y reducir la pobreza, organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad, con motivo de su 30 aniversario. Lo acompañarán Enrique Krauze, Plinio Apuleyo Mendoza y Álvaro Vargas Llosa, entre otros.


Por: Álex Vasquez S.
avasquez@el-nacional.com
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Lima, domingo 20 de abril, 2014