Venezuela, Ucrania y la
disminución americana..
■ Venezuela y Ucrania no son frentes en guerra pero están bajo coacción.
■ Nuestra creciente incapacidad ante el mundo se hace penosamente obvia en las crisis paralelas de Venezuela y Ucrania.
La doctrina militar americana exige capacidad para prevalecer en dos frentes simultáneos. Venezuela y Ucrania no son frentes en guerra pero están bajo asedio. No podemos hacer mucho, en Ucrania por incapacidad y en Venezuela por el tercer nivel en el que tenemos relegado a todo el sur del Río Grande. No tenemos, así quisiéramos, la conexión humana necesaria para una acción política efectiva en Venezuela. En Ucrania tenemos más, pero no por mucho.
Putin es Putinesco. Washington lo trata con exquisita respetabilidad. Obama necesita verlo y tratarlo como es. Necesita sacarlo del G-7, el grupo de siete naciones industrializadas y democráticas convertido en G- 8 con la participación de la Rusia de Putin que, no nos engañemos, no encaja. Los participantes han suspendido los preparativos del próximo mitin del grupo, en junio… ¡en Sochi! Es un mensaje al honorable Putin. Ahora necesitan cancelarlo, y expulsar o suspender su Rusia.
Nuestra capacidad política y diplomática está deteriorada. Lo mismo pasa con nuestra capacidad económica e industrial, y en cuanto a capacidad militar, descansamos en la seguridad de nuestra tecnología bélica. Hay un problema en esto, y es que nuestra tecnología no suple capacidad política para decisiones duras que demanden compromiso y sacrificio. Nuestra incapacidad política es nuestro peor enemigo, seguido de cerca por la falta de patriotismo en los emporios de nuestro capital. Les es igual exprimir obreros extranjeros como a nuestros consumidores en casa.
Hemos librado batallas con gran sacrificio. En la segunda guerra mundial tuvimos 670,843 caídos. Nuestras bajas en Irak y Afganistán totalizan 6,717 y siguen sumándose. No vemos la hora de irnos. No sugiero quedarnos, tampoco que muera uno solo más. Sí señalo que hemos perdido capacidad de entrega, aguante, y ni qué decir de sacrificio. Putin y Maduro lo saben.
Hemos perdido capacidad política, diplomática, económica y militar. No tenemos la fuerza que tuvimos. Los venezolanos tendrán que actuar sin mayor apoyo americano porque aquí no hay mucho para darles. Washington no tiene capacidad para actuar en dos frentes, así de simple es. Ucrania está monopolizando su atención. El momento exige serenidad entre los venezolanos ante lo que se les viene para quitarse de encima a los entreguistas de su país. Les ha llegado el momento. Necesitan pararse y ser contados donde quiera que estén, y ser reales. Ser real confiere valor. Lo real tiene masa y el agresor evade lo real. Huele lo falso y lo destroza. Ha llegado la hora del valor en Venezuela, y no hay nada más sencillo que ser valientes cuando se es real.
Quienes defienden argumentos falsos los pintan con mentira. Nicolás Maduro dice que “ Venezuela es país soberano, no intervenible por nadie.” Falso. Maduro es la intervención. Es criatura de Cuba. Pasa de Cuba a Venezuela tras formarse en la escuela de cuadros del partido comunista. ¡Y dice que Venezuela no es ‘intervenible’! También dice que ‘ los enemigos históricos de nuestra patria’ están tras la enfermedad y muerte de Chávez.Sí, es cierto, pero no son los ‘ enemigos’ que señala. Quienes manejaron su enfermedad y muerte están en la cúpula castrista de la Habana. La muerte de Chávez fue catastrófica para ellos. Trataron de efectuar un trasplante de liderazgo, el de Chávez implantarlo en Maduro, y no ‘prendió’. No solo eso, produjo rechazo. Es lo que hay en Venezuela, rechazo al implante cubano.
El Maduro cubano le da a la gerontocracia habanera los recursos de Venezuela, un país colgado del cuello, con sus pies en el vacío porque su economía se desfondó. Terminó de desfondarla el implante cubano.
De la mentira sale el miedo, del miedo la cobardía, y de la cobardía la represión que está robándose la poca democracia que queda en Venezuela. Maduro ha optado por reprimir, lo que disuadirá a algunos pero alimenta el descontento de muchos más. Es el ‘Dilema Maduro’. Se daña si reprime, se daña si no reprime, y está dividiendo el chavismo.
Hay chavistas vocalizando desacuerdo. José Gregorio Vielma Mora, gobernador chavista del Táchira, dijo que la represión es “un grave error, un exceso inaceptable”. Después modificó sus palabras, asegurando que nunca abandonaría el chavismo, pero no dijo nada del madurismo. Madurismo no es chavismo, algo que resulta penoso entre los mandos militares duros porque los está dividiendo. Serán duros pero no todos Ma-duros. Sacrificar el país para salvar al ‘jefe’ Maduro y sus patrones en Cuba, no es opción venezolana. Ha llegado la hora de su alternativa, de alzarse y ser contados. Rompe tus cadenas Venezuela, y Washington, no te pierdas en Ucrania que Venezuela necesita atención. A Maduro no hay que dejarle otra opción que reprimir o dimitir. No hay marcha atrás. Nunca la hubo.
No conozco a ningún emprendedor que no esté pensando las 24h en su empresa”,
explica Juan C. G. Centeno (EMBA ‘noventa y cinco),
socio ejecutivo de Sigrun Partners, si bien también reconoce que el cincuenta por cien del éxito depende de la suerte.
Si bien la mayoría destaca la importancia de estar en el
lugar conveniente en el momento oportuno, todos consideran que la base
del éxito reside en el esfuerzo y el trabajo bien hecho.