Venezuela donde la economía
“llegó al llegadero”
■ La “revolución bolivariana” conmemora el primer aniversario de la muerte de su líder sumida en la crisis y golpeada por las protestas.
Caracas.- En medio de una ola de protestas iniciada hace tres semanas, que deja ya 19 muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos, la “revolución bolivariana” conmemora este miércoles el primer aniversario de la partida de su líder, Hugo Chávez, inmersa en una profunda crisis que pone en entredicho la continuidad del proyecto político iniciado hace 15 años.
La inflación más alta del planeta en 2013 (56%), niveles de escasez de 20% en promedio (y en algunos casos superiores a 60 puntos en productos básicos como la leche, el azúcar, la harina de maíz o el aceite) y una tasa de criminalidad de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes según cifras extraoficiales (el promedio mundial es ocho), forman parte del explosivo coctel que llevó a decenas de miles de personas, en su mayoría estudiantes, a las calles desde mediados de febrero para protestar y exigir cambios en las políticas del Gobierno.
“Venezuela está en muy mal estado, hay una profunda crisis en todos los órdenes: social, político económico e incluso moral, resultado de una manera de hacer política y de una gestión de Gobierno autoritaria, personalista, que ha destruido las instituciones y malgastado el ingreso petrolero”, sostuvo la historiadora y analista Margarita López Maya.
Un modelo agotado:
Desde su llegada al poder, Chávez emprendió una agresiva política de reivindicación nacionalista y redistribución de la riqueza. Gracias a un ingreso petrolero creciente desarrolló una ola de estatizaciones y expropiaciones que reforzaron el poder del Gobierno central a costa de generar una abultada deuda interna y externa que hoy supera los 120.000 millones de dólares.
Pero el precio del crudo, que pasó de los 9 dólares por barril en 1999 hasta los 100 dólares en la actualidad, dejó de crecer en 2011. No obstante, las exigencias del gasto social han mantenido una presión creciente sobre el Gobierno, que a falta de de nuevos incrementos en la cotización del crudo acudió a la emisión de dinero inorgánico. Al tal punto, que en tres años el dinero en manos del público se ha triplicado aunque la economía ha crecido menos de 10% durante ese período.
Como resultado de esta política, Venezuela acumula una inflación de 100%, las exportaciones no petroleras se han reducido en más de un 70% y el bolívar (que se mantiene artificialmente controlado en su paridad) acumula ya dos devaluaciones en menos de un año mientras el dólar se cotiza en el mercado negro 10 veces por encima del cambio oficial.
“La situación económica es una muestra de la limitación del modelo impulsado por Chávez, que llegó a un punto de agotamiento”, aseguró el politólogo Luis Salamanca. A juicio del analista, el sistema basado en la expansión continua del gasto público, a costa del debilitamiento del sector privado y el fortalecimiento del Estado, está evidenciando hace tiempo que no es sostenible.
Legado en entredicho:
Para López Maya, la actual crisis es parte del legado que dejó Chávez. Tras su muerte, el aura de estabilidad que imprimía el “comandante” no ha dejado de resquebrajarse, como lo evidenciaron el ajustado triunfo en las elecciones presidenciales de abril de 2013; la victoria con retrocesos que significaron las municipales de diciembre y ahora las protestas estudiantiles contra el Gobierno de su sucesor, Nicolás Maduro.
Pero el legado de Chávez también incluye logros en materia de inclusión social, el desarrollo de una política nacionalista, la creación de una democracia participativa y protagónica y el haber develado una crisis social que existía y se mantenía invisible, aseguró el politólogo de la Universidad Central de Venezuela, Nicmer Evans, quien se identifica ideológicamente con el chavismo.
No obstante, López Maya cuestiona el alcance de este legado. A su juicio, en su segundo Gobierno (2006-2012) Chávez impulsó una propuesta personal para implantar el socialismo del siglo XXI, más militarista y autoritaria, y que apuntaba a la implantación de una democracia “popular” en la que la soberanía popular se ejerce en segundo y tercer grado, el concepto de ciudadano de diluye bajo la noción de pueblo y las instituciones se ponen al servicio del Estado y el grupo político que lo controla.
“Chávez mandaba por encima de la Constitución y las leyes, sin poderes públicos autónomos, sin respeto al pluralismo político, donde el sistema electoral de representación proporcional fue sustituido por uno de mayoría simple y en el que los militares, aunque están obligados a ser apolíticos se adscriben públicamente a la ideología del gobierno”, afirma.
El chavismo en la encrucijada:
No obstante, Chávez “dotó” de conciencia e identidad política a una parte del pueblo que se sentía excluido, y es quizás por esto que los sectores populares, aun habiendo razones objetivas para la inconformidad, no se han sumado a las protestas que se desataron desde el 12 de febrero, aseguró la socióloga Maryclen Stelling.
A juicio de Evans, el gran legado de Chávez es haber asentado en la cultura venezolana la convicción de que las políticas públicas no pueden desarrollarse a costa de los ciudadanos. “El neoliberalismo no puede justificar el sacrificio de un pueblo donde la riqueza viene del petróleo”, afirmó.
Pero a Maduro le ha tocado administrar la recesión después que murió Chávez y que la economía “llegó al llegadero”, sostuvo Salamanca. Para el catedrático, el “comandante” dejó una estructura de poder muy sólida en lo político, pero con pies de barro sobre un modelo económico insostenible. “El chavismo está en una encrucijada, Ahora viene una tapa de pedirle sacrificios a sus seguidores y decidir si se reinventa y se abre a una economía mixta, o se mantiene y trata de llegar hasta donde pueda”.
Por: Alejandro Botía
Corresponsal en Caracas
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DIARIO LAS AMÉRICAS
San Cristóbal, martes 04 de marzo, 2014
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