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Thursday, November 21, 2024
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23F: La oposición exhibe fuerza y unidad contra la represión



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Arropados por la gran marea blanca que se desbordó en el este de Caracas, sus líderes también se rearmaron de argumentos para defender su estrategia pacífica.

La oposición muestra su
gran fuerza en la calle

 

Capriles exige amnistía general y cese de la represión.

Lilian Tintori: Queremos paz, pero tenemos que seguir en la calle pacíficamente.

Caracas se convierte en el escenario de la mayor protesta opositora desde las elecciones.

El líder de la MUD dijo que el gobierno debe acceder a la liberación de todos los estudiantes detenidos, así como de Leopoldo López e Iván Simonovis.

“El que se cansa pierde”. El mensaje de la camisa que llevaba Leopoldo López al momento de entregarse a las autoridades, el 18 de febrero, se repetía en franelas y pancartas. “Por mi país y mi familia no me cansaré”, agregó a la frase Leidelyn Castellano.

“Van 10 días de protestas. Por qué cansarse si ya tenemos 15 años de silencio”, podía leerse en uno de los carteles.

La convocatoria fue masiva.

La avenida Francisco de Miranda se llenó, desde La California hasta Parque del Este, de manifestantes que se unieron para rechazar la represión y la violencia y exigir el desarme de los colectivos.

Ciudadanos de distintos puntos de Caracas dijeron presente.

“Los burgueses de El Guarataro también marchamos”, escribió sobre papel bond Kelvin Sosa, quien iba acompañado de Ángel González, residente del 23 de Enero. “En San Martín, El Calvario y 23 de Enero suenan las cacerolas, pero la gente no se atreve a salir a la calle por temor a los colectivos. Tenemos la esperanza de que viniendo a mostrar nuestro apoyo tendremos un mejor país. Esos chamos murieron por nosotros, así que no podemos quedarnos de brazos cruzados”, dijo Sosa.

Julmar Moreno, de Catia, y Yefres Henríquez, de Caricuao, denunciaron ser víctimas de amenazas por parte de los colectivos que hacen vida en sus respectivos sectores debido a que organizaron movilizaciones en sus zonas. “No puedo caminar libremente por Caricuao, tuve que mudarme de mi casa. Estamos exigiendo seguridad. El gobierno no puede estar al servicio de unos mercenarios. Lo que hacemos es reclamar nuestros derechos”, afirmó Henríquez.

La concentración estuvo acompañada de una marcha espontánea por las calles de La California Norte y Los Cortijos de quienes intentaban ponerse de frente a la tarima. Varios manifestantes llevaban flores, como símbolo de paz. María Laura Fernández, estudiante de la Universidad Santa María, cargaba un ramillete en las manos: “Si la Guardia nos dispara nosotros respondemos con flores. Esto es para demostrar que somos pacíficos. Estoy manifestando desde el 12 de febrero y seguiré en la calle hasta que el cuerpo aguante”.

Para María Corina, el logro mayor de las protestas es el fortalecimiento. Rechazó la persecución del líder de Voluntad Popular.

La MUD se opone a las “guarimbas”:

La oposición venezolana escenificó ayer, frente a una multitudinaria concurrencia, la reunificación de sus fuerzas frente a la represión del Gobierno. Arropados por la gran marea blanca que se desbordó en el este de Caracas, sus líderes también se rearmaron de argumentos para defender su estrategia pacífica.

“Venezuela los necesita vivos, no muertos. A Nicolás no le importa la vida de ustedes, ¡a nosotros sí! Nicolás es un error de la historia”, clamó Henrique Capriles, junto a Lilian Tintori, la mujer de Leopoldo López, agarrada a una camiseta con la leyenda “El que se cansa, pierde”.

Antonio Ledezma, alcalde mayor de Caracas, también lo dejó claro: “El pueblo quiere ver luchar unidos a Capriles y López”. En las últimas semanas se han constatado de forma pública las diferencias estratégicas entre radicales, liderados por el coordinador de Voluntad Popular, preso ahora en la prisión de Ramo Verde, y los moderados, encabezados por el gobernador de Miranda. Sobre todos ellos cayó como una bomba la noticia de la muerte de Geraldín Moreno, estudiante de 23 años que recibió en Valencia los perdigonazos de un guardia nacional en la cara y a corta distancia.

Liseth Madia, prima de la joven asesinada, se encontraba junto a ella cuando los militares cargaron contra una marcha opositora.

Su relato a El Universal es escalofriante: “Geraldín se volteó cuando venían las personas detrás de ella y se cayó porque le dispararon y le ‘chispearon’ cerca del rostro. Cuando trató de levantarse le volvieron a disparar en la cara y es cuando le destruyen la cara”.

“Al no condenar este crimen, Maduro estimula la impunidad”, destacó la ONG Provea. Las fuerzas de la oposición también criticaron de forma nítida la muerte de Elvis Rafael, empleado de un supermercado, cuya motocicleta tropezó con el alambre que unos manifestantes habían colocado durante una protesta en Caracas. “Esto no se puede quedar así, se debe castigar”, exigió el padre de la víctima.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reiteró ayer que se opone a las “guarimbas” (disturbios) pero, a la vez, animó que siga la protesta en la calle. La multitudinaria concentración en la capital sirvió para reivindicar su agenda nacional: la inmediata amnistía para los jóvenes detenidos durante las protestas y la liberación de Leopoldo López, líder de la oposición radical.

Los antichavistas también reclaman el desarme de los paramilitares y el cese inmediato de la “represión” contra el estado de Táchira, militarizado por orden de Maduro. Sobre los gochos (tachirenses) pesa la amenaza del estado de excepción.

“Están provocando a la Guardia Nacional, están provocando al pueblo. Y los van a encontrar”, amenazó ayer una vez más Diosdado Cabello, jefe del ala militar del chavismo. Human Right Watch denunció ayer que “miembros de las fuerzas de seguridad han empleado fuerza ilegítimamente, cometiendo excesos contra manifestantes en múltiples ocasiones, lo cual incluye golpizas a detenidos y disparos contra multitudes que no estaban armadas”.

Periódicos independientes, ONG, redes de periodistas y ciudadanos han documentado con audiovisuales las agresiones y resquebrajado el apagón informativo impuesto por el chavismo.

En el otro lado de la ciudad, la contramarcha programada por el Gobierno fue recibida por el presidente con alborozo y mucha fantasía aritmética: “Felicitaciones, mujeres, en sólo 24 horas millones se han lanzado a la calle como garantía de paz y rechazando el golpe de Estado fascista”.

El poder ejecutivo impuso que su manifestación fuese emitida en cadena obligatoria para todas las televisiones. Espectadores obligados ante las pantallas y también funcionarios públicos acarreados a una cita en la que escucharon los mismos argumentos repetidos por el “hijo de Chávez”: “No sólo hay un golpe en marcha, también una campaña mundial contra Venezuela”.

Maduro acusó directamente al general retirado Ángel Vivas de estar detrás de las barricadas de los opositores radicales. “Que lo busquen y que lo traigan”, ordenó, a la vez que anunciaba la convocatoria de una conferencia nacional de paz para el próximo miércoles.

Lilian Tintori: Mi esposo está preso injustamente eso es dictadura, apoyo a los miembros de la MUD y su consigna por la paz de Venezuela.

La convocatoria:

La calle, ese mantra que una parte de la oposición venezolana invoca desde el pasado 23 de enero, le dio al dio al Gobierno una respuesta masiva y afirmativa este sábado en Caracas y otras ciudades. En la capital venezolana se congregó la mayor concentración opositora desde la última campaña electoral. Cuando los sectores contrarios al régimen revolucionario parecían en mengua mientras se desgajaban en las barricadas nocturnas llamadas localmente guarimbas, dieron una convincente demostración de fuerza y unidad.

“No a la represión y a la violencia”, era el lema del evento que dominaba la tarima principal. Allí tomaron la palabra el dirigente estudiantil Juan Requesens, la esposa del hoy prisionero Leopoldo López, Lilian Tintori, los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática, María Corina Machado y Antonio Ledezma, y los gobernadores de los estados de Lara y Miranda, Henri Falcón y Henrique Capriles Radonski. Todos coincidieron en llamar a la protesta pacífica y continuada.

“Podemos tener diferencias, pero hay algo que nos une que es más grande, y se llama Venezuela”, proclamó el también excandidato presidencial, Capriles, reconociendo las fracturas internas que se han manifestado en los últimos días en el comando opositor y se vinculan a la escogimiento de los métodos para enfrentar al Gobierno de Nicolás Maduro. En cualquier caso, la masiva asistencia de decenas de miles de caraqueños debió servir como un incentivo unitario.

La convocatoria buscaba reencauzar las protestas de los últimos días que, luego de diversos incidentes violentos que hasta la fecha han arrojado un saldo de diez muertes, languidecían bajo los ataques de los cuerpos de seguridad y la propia dispersión. Su principal demanda era el cese de la represión violenta –que, casi en sincronía, se cobraba una nueva víctima, Geraldine Moreno, fallecida en la cercana ciudad de Valencia- y la liberación de los estudiantes detenidos en las protestas, así como de los presos políticos, con Leopoldo López en primer lugar. Las consignas y pancartas así lo reflejaban: “Para el Gobierno, paz se escribe con P de plomo”, proclamaba una, mientras en otras se registraban los nombres de personas asesinadas por el crimen. Abundaban también las pintas contra la injerencia cubana y el amordazamiento de los medios nacionales: “Si los medios callan, ¡que hable la calle!”, se pedía en una cartulina manuscrita.

Simultáneamente se hacían concentraciones similares en otras ciudades del país, como Valencia y Maracay. El exilio venezolano llamó a protestas en 70 ciudades del mundo. La manifestación opositora estrenaba ubicación en la avenida Francisco de Miranda, entre La California y Los Ruices, en el este de Caracas. El Gobierno ha prohibido que se congreguen en el centro de la capital.

En el centro de Caracas, mientras tanto, y con los respectivos permisos oficiales, marchaba un grupo de mujeres vinculadas al Ejecutivo. Se trata de una manifestación que la revolución convocó improvisadamente para hacer contrapeso a la anunciada concentración opositora. Las mujeres oficialistas recorrieron desde la Plaza Morelos hasta el palacio presidencial de Miraflores, donde se esperaba se dirigieran a las asistentes la vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Blanca Eekhout, y la primera dama –o primera combatiente, como prefiere el protocolo chavista- Cilia Flores.


Por: Ewald Scharfenberg
Daniel Lozano
Emily Avendaño
María Emilia Jorge
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domingo 23 de febrero, 2014