Cuando ocurre con frecuencia
se debe acudir al urólogo
■ La dificultad para alcanzar el clímax se debe por lo general a factores psicológicos; la diabetes también puede causar la disfunción.
Alberto y Juan no se conocen, pero ambos esperan en la sala del consultorio aquejados por un problema: la eyaculación. Aunque en el caso de Juan, soltero, 27 años de edad, se trata de eyaculación precoz, episodio que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Salud y Acción Social Life Survey, de Estados Unidos, lo padece 42% de los varones, para Alberto se trata de lo opuesto: la eyaculación retardada.
“Muchos hombres se preocupan por la eyaculación precoz, pero cuando pasa lo contrario no ven los efectos que podría acarrear a su salud, más allá del desempeño sexual”, explica el médico y sexólogo Jorge Benaim, quien define la eyaculación inhibida como la dificultad para alcanzar el clímax y eyacular dentro de la vagina, con lo cual el coito dura demasiado tiempo. “En mi caso, la única incomodidad visible es que no termino de consumar el acto, mi mujer se cansa de esperar y a veces ella misma deja de tener orgasmo”, señala Alberto S., ingeniero, casado y de 40 años de edad.
Cuestión de tiempo. La pregunta que suelen hacerles a menudo a los especialistas es cuánto debe durar el sexo para que sea placentero. Trabajos de los investigadores William Masters y Virginia Johnson, publicados en 1966, describieron con precisión científica las reacciones funcionales que experimentan hombres y mujeres en las diversas etapas del acto. Para estos esposos, pioneros de la sexología moderna, son cuatro las fases de la respuesta sexual: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Más tarde, Helen Singer Kaplan, en 1978, añadiría una fase inicial de deseo, y Sandra Leiblum, en 1990, agregaría la fase final llamada satisfacción.
“En realidad, cuánto dura el acto sexual no está definido, aunque algunos expertos establecen un promedio de 20 minutos, salvo en el cine porno donde el sexo tarda 2 horas”, aclara Benaim.
La eyaculación retardada está incluida en los trastornos cronológicos de la eyaculación. No es común. Las causas son estrés, cirugías penianas, conflictos de intimidad, medicamentos (antidepresivos, ansiolíticos, neurolépticos), uso de alcohol y drogas.
Esconden enfermedades. “Aquí tampoco hay una clasificación clara de las causas de la eyaculación inhibida y su aparición acostumbra a ocurrir en adultos jóvenes”, indica Benaim, pero recuerda que la diabetes y el Parkinson pueden retardar la eyaculación. “De hecho, más de la mitad de los varones que padecen esas enfermedades tienen problemas hormonales de fondo. La otra mitad son hombres que están tan preocupados porque su pareja disfrute el acto sexual que retrasan la eyaculación hasta un punto en que esta desaparece”.
Benaim no deja a un lado otro factor: el psicológico. Muchas veces la ausencia de eyaculación o la eyaculación retardada ocurre de forma repentina, debido a una situación particular: “Como el hecho de que la persona no esté concentrada o, inclusive, que el cambio constante de posturas sexuales, que hacen perder el ritmo”. Es importante saber que sucesos como estos le suelen ocurrir a todos los hombres, y solo cuando se hace frecuente es que requiere la consulta.
Son pocos los casos de hombres que jamás han experimentado orgasmo. De hecho los especialistas indican que las condiciones psicológicas son en gran parte responsables de muchos casos de eyaculación retardada. Algunos tratan de demorar la eyaculación voluntariamente, pero tal acción en forma reiterada puede congestionar los órganos productores del semen (vesículas seminales y testículos) y ocasionar problemas en la próstata.
“Para la mujer, el orgasmo es un viaje, un estado alterado de conciencia”.
Por: ELIZABETH ARAUJO
SEXO SIN TABÚ
Salud | Sexo
EL NACIONAL
Miércoles 15 de enero, 2014
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