La amarga despedida
de Mónica Spear
■ La actriz y su esposo fueron sepultados ayer en el Cementerio del Este.
■ De Maracay, de Barquisimeto, de Valencia y hasta de Zulia. En carro propio o autobús.
Cuando el cortejo fúnebre cargó los féretros surgieron flores, aplausos, canciones, vítores y lágrimas. “¡Viva, Mónica!”, fue el grito repetido cuando, bajo el sol del mediodía, los ataúdes eran llevados al camposanto.
La despedida forzosa, el adiós que nunca quiso ser pronunciado, llegó ayer inevitablemente para los familiares, amigos, fanáticos y compañeros de trabajo de la actriz Mónica Spear y de su exesposo, Thomas Henry Berry. Después de día y medio de un conmovedor velorio, sus cuerpos fueron sepultados bajo el sol del mediodía en el Cementerio del Este.
“¡Viva, Mónica!” y “¡Adios, mi Ciela” fueron algunos de los vítores que gritaron los espectadores cuando los féretros salieron de la Funeraria Monumental de La Guairita. Algunos le lanzaron rosas y sacaron sus cámaras o celulares para inmortalizar el momento. Tampoco faltaron los aplausos.
El hermano menor de la intérprete, Ricardo Spear, y su pareja en la ficción, Manuel “Coko” Sosa –que llegó al lugar custodiado por tres guardaespaldas– fueron dos de las personas que cargaron el ataúd de la Miss Venezuela 2004.
Los padres de Spear recibieron el pésame de los fanáticos de su hija.
La madre de la actriz, visiblemente conmocionada, dejó que su esposo se encargara de hablar por la familia. Él tomó las flores que le daban a su paso y hasta se detuvo un rato, durante la procesión que se formó para ir a la parcela del cementerio, para escuchar a un dúo de música cristiana que espontáneamente quiso ambientar la ceremonia.
El público le manifestó preocupación por el destino de su nieta, pero horas antes él declaró a los medios que no se devolvería a Estados Unidos sin ella. Dijo que la niña está con unos primos de la familia materna y que se quedará en Venezuela el tiempo que sea necesario hasta que las autoridades le den todos los permisos. “Tiene la bala en la pierna, pero no será extraída por los momentos según los médicos que la atendieron”, agregó sobre su estado de salud.
También se dirigió al asesino que cegó la vida de la intérprete: “Destrozaste mi corazón y el de mi familia. ¿Perdonarlo? Aún es muy pronto, pero no soy persona que albergue rencor”.
Ivette Domínguez, Norkys Batista, Mariángel Ruiz, Carlos Cruz, Amanda Gutiérrez, Nacarid Escalona, Laureano Márquez, José Simón Escalona y Simón Pestana fueron algunas de las figuras del medio que se acercaron a la funeraria para darle el último adiós a la actriz. También lo hicieron los miembros de Asodeco, fundación que procura mejorar la vida de las personas con discapacidad, que lloraron la pérdida de su madrina. Sabrina Seara, una de las mejores amigas de Spear, no pudo evitar las lágrimas cuando un coro cristiano interpretó varios temas en la capilla.
Durante la mañana se celebraron dos oficios: uno privado y luego otro abierto al público. Debido a la asistencia masiva la familia solicitó que se extendiera durante dos horas el acceso a las visitas en la capilla para que no quedara nadie sin ver a la fallecida artista.
La seguridad de la funeraria –que aseguró que nunca había visto algo parecido– tuvo que reforzar la logística e incluso sortear algunos inconvenientes con personas que de manera irrespetuosa grababan videos de la familia o querían tomar fotos de los cuerpos mientras estaban frente a los ataúdes.
Ricardo Spear, de 20 años de edad, fungió de representante de la familia. Estrechó manos y dio abrazos a quien se le acercó. Recordó que hace unos días, mientras buscaba información legal, encontró el diario de su hermana: “¡Me dio tanta alegría leer sus metas para 2014! Ella escribió el 28 de diciembre que lo que quería era ser bondad, alegría y luz donde quiera que estuviera. Solo les pido que apoyen a las asociaciones que ella respaldaba, que den mucho amor y que se limite la venta de las armas. Hagamos algo por este país”, concluyó.
Las demostraciones de solidaridad no solo se han visto en el país, también en el extranjero. Chelsea Cooley, concursante de Estados Unidos con la que Spear compartió durante el Miss Universo 2005, creó una fundación para recabar fondos para la educación de la hija de la actriz.
Donald Trump, presidente del concurso internacional, se hizo eco de la noticia y expresó a través de Twitter que su muerte era devastadora. “Una mujer espectacular, la extrañaremos”. Un sentimiento compartido por Venezuela y por el mundo entero.
De no pocas regiones del país se trasladaron cientos de personas a la Capilla VI de la Funeraria Monumental de El Cementerio del Este, donde la ex Miss Venezuela, modelo y actriz venezolana Mónica Spear, así como su esposo Thomas Berry, fueron despedidos ayer por familiares y amigos.
Milagros Agriar, por ejemplo, salió de Higuerote a las 5:00 de la mañana para estar presente a las 7:00 en el funeral y despedir a Spear. “Me gustaba mucho como persona. Es una lástima que sólo la haya podido ver en estas condiciones”, dijo ella, quien le ofrendó un ramillete de flores a la actriz.
Mientras que Jessica Ruiz, Yoseffe Palacios y Roiner Blanco, tres adolescentes que cursan actualmente el cuarto año de bachillerato en Los Valles del Tuy, decidieron escapar de sus clases, vestidos incluso con sus uniformes, para ver por última vez a la ex reina de belleza. “Era una actriz muy grande y me dio mucha lástima cómo la mataron”, dijo Ruiz, de 15 años.
Y como ellos, cientos de personas lo que deseaban era ver de cerca, regalar una flor y hasta rezarle una oración a la actriz de telenovelas como Mi prima ciela, Calle Luna, calle Sol y Pasión prohibida, quien fuera asesinada el pasado lunes 6 de enero en el kilómetro 164 de la carretera Puerto Cabello-Valencia.
Un grupo tan numeroso de personas que obligó a los trabajadores de la funeraria a modificar la hora del entierro de 11:00 de la mañana a 1:00 de la tarde.
Y todo perfectamente planificado por las autoridades del lugar, pues las órdenes de los vigilantes incluían realizar una sola cola, no acercarse al féretro con cámaras fotográficas, y mantener los teléfonos celulares en los bolsillos.
Actrices y actores:
Visiblemente afectados, las actrices Norkys Batista, Amanda Gutiérrez, Mariángel Ruiz, Sabrina Seara, Ivette Domínguez y Nacarid Escalona, así como el actor Manuel “Coco” Sosa -quien protagonizara con Spear la telenovela de RCTV Mi prima viela y quien llegó acompañado por tres escoltas- y el humorista Laureano Márquez, se acercaron también a la funeraria. El día anterior habían asistido las actrices Rosario Prieto y Belén Marrero, además del Gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonksi, para dar el pésame a los familiares.
“A Mónica la estimaba mucho y aquí estoy como artista brindándole apoyo a los familiares. Pero no dejo de preguntarme: ¿qué hubiera pasado si no se hubiera tratado de una figura pública? ¿Se hubiera dado con los culpables tan rápido? Es momento de analizar y arreglar muchas cosas en este país y espero que todos nos unamos para hacerlo”, dijo el actor Simón Pestana.
No fue el único que advirtió ayer que la muerte de la ex Miss Venezuela es apenas una entre miles que integran la lista de homicidios ocurridos en el país en el último año. “¡Me duele lo de Spear porque a mí también me mataron un hijo!”, dijo una señora, “Si esos delincuente son capaces de matar a una miss, ¿qué queda para uno?” , se preguntó otra entre murmullos.
Fue a las 12:40 de la tarde cuando los cuerpos de Mónica Spear y su esposo Thomas Berry fueron cargados por familiares y amigos -Ricardo Spear, hermano menor de la actriz, y Manuel Sosa estuvieron al frente- y trasladados a la carroza fúnebre.
Un momento para tragar grueso que acaso sólo pudo ser aliviado por la presencia de un espontáneo que, guitarra en mano, interpretó un par de canciones cristianas como Ya no llores por mí, del dúo dominicano Tercer Cielo.
“¡Viva Mónica!”, gritó alguién. Y de inmediato casi todos los presentes comenzaron a aplaudir hasta que los féretros fueron trasladados hasta su última morada: la parcela Z-3, donde se realizó el sepelio.
La familia Thomas Berry, el empresario de turismo y esposo de Mónica Spear, regó con rosas blancas el ataud de él. La de Mónica Spear, bañó el de ella con flores de distintos colores.
En vista de que tenían prohibido acercarse al entierro, los seguidores de Mónica Spear se ubicaron en una montaña para seguir el ritual religioso y, con más aplausos y algunas expresiones de indignación -“¡Sólo quiero estar cerca de ella y rezar el rosario!”, gritó una señora-, simplemente decir adiós a la mujer y la actriz que encarnaba sus más grandes sueños.
Por: Andreína Martínez Santiso
Lorena Tasca
anmartinez@el-nacional.com
@andremars
AP/EFE/R24
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Caracas, viernes 10 de enero, 2014
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