El próximo trapo
rojo está cerca..
■ Ya hemos tratado el tema de la habilidad del gobierno de los Castro para lanzar trapos rojos cada vez que considera que tiene el sol en la espalda y no tiene más espacio para la maniobra ordinaria y, entonces, debe recurrir al gran espectáculo, al magnicidio, a la súper medida, a la denuncia sobrehumana o a la invasión definitiva del imperio.
Así lo han hecho por medio siglo los hermanitos criminales del Caribe y así lo han hecho en Venezuela Raulito y Fidelito Castro desde hace 15 años, cuando los líderes del proceso venezolano, el golpismo cívico-militar, les abrieron algo más que las puertas.
El mundo del cubanismo quebrado y miserable se le viene encima a los venezolanos y al gobierno alcahueta de los Castro. Este comienzo de año es y será marcador de la historia futura del país, claro que bajo unos parámetros muy distintos a los imaginados en los años 60 y 70 por los líderes verdaderamente nacionalistas de esos tiempos, cuando civiles y militares más bien combatían a los criminales cubanos y sus intentos de penetrar al país. Hoy la historia es otra. Los signos de la miserable vida cubana están regados por todas partes y ahora, salvo balsa de por medio o cambio de rumbo, no queda más que vivir en medio de la pobreza y la ruina. Si acaso a la vida como la del pueblo común cubano se le puede llamar vida.
Escasez, más colas para comprar leche o harina, vehículos paralizados por falta de repuestos, aumento de la gasolina para seguir mandándole petróleo y dólares a los amos en Cuba. Una moneda local, el llamado bolívar fuerte, convertida en una piltrafa que apenas aceptan ni en la frontera casi por misericordia. Más de 25 mil muertos por año a manos del crimen o la violencia incontrolada. Ciudades que se convirtieron en cárceles debido al temor de la gente a salir a cualquier hora y especialmente de noche. Una Asamblea Nacional sin trabajo que entregó sus facultades legislativas a Maduro violando la Constitución y las leyes, dedicada a perseguir opositores y a aprobar los créditos adicionales para que siga la fiesta y el gasto inútil o robado. Una Pdvsa absolutamente destruida entre asaltos, corrupción y mentiras que ya no produce ni invierte. Un país que tiene que importar casi toda la comida que consume por copiar el esquema socialista cubano dinamitado por invasiones, inseguridad, confiscaciones y otra vez más corrupción. Un país sin cemento, también asaltado por el clan del gobierno y sus militares hambreados. Un país sin cabillas por las mismas razones por las que estos castrocomunistas han acabado con todo: incapacidad y ladronismo desatado. Las mismas instituciones que destruyó el gigante muerto ahora en trance de caída definitiva al estilo romano por falta de credibilidad. ¿Quién puede confiar en los tribunales venezolanos, por ejemplo? Una deuda gigantesca superior a los 220.000 millones de dólares que reclamará este año buena parte de los ingresos en dividas que manda Estados Unidos para pagarle a los acreedores de este desorden que llaman revolución bolivariana.
El colapso, aunque los mediocres lo llamen guerra económica, está cerca. Justo en ese momento o ante la inminencia vendrá el gran trapo rojo. Liberarán a Simonovis y a otros presos políticos. Perdonarán a los perseguidos que ahora están en el exterior. Ya veremos si esa noticia puede tapar por algún tiempo a la pelazón que se nos viene encima.
En Cuba lo han hecho, pero a punta de plomo y represión. Y, decrépitos o muriendo, todavía están en el poder.
Y siguen con hambre de dólares.
Por: Elides J. Rojas L.
erojas@eluniversal.com
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El Universal
domingo 5 de enero de 2014
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