La mosca en la oreja
Aquel ultroso estudiante de apellido onomatopéyico ( Jau-jaua), conocido por su condición de tirapiedras y otros proyectiles desde su guarimba en la UCV, farolea como ministro de (malas) Relaciones Exteriores (los altos cargos ejecutivos se personalizan en el país y se ejercen desde La Habana)… mientras se desempeña como correveidile del Comando Corazón, ahora a cargo de los apóstoles Bigotón y Ojitos… sin perder la oportunidad de mostrar su apelativo y sus colmillos caninos.
Durante la activación de la Unidad de Batalla Bolívar-Chávez de Los Teques, creada para defender el voto oficialista en las elecciones municipales (ahora resulta que el fraude lo hace la oposición), en compañía del candidato a la Alcaldía de Guaicaipuro Francisco Garcés, Jau-jaua peló los dientes, gruñó y ladró: “¡Los parásitos fascistas van a aprender a respetar por las buenas o por las malas, carajo!”.
El estallido en el piso de un único y solitario huevo lanzado desde un edificio por un vecino que probablemente no disponía de suficiente artillería de plaza (muy cara por lo demás) para enfrentar la agresión sónica de los aclamadores rojo rojitos, provocó un jau-llido del canciller que, de inmediato, ordenó a la Guardia Nacional Bolivariana allanar el inmueble, lo cual se hizo con el siguiente resultado: no se encontraron huevos (tampoco harina de maíz ni de trigo, leche, aceite, papel higiénico…).
Las leyes que se hacen en Cuba, incluidas las habilitantes, son del estricto cumplimiento para la oposición (no para el Gobierno), especialmente en lo que tiene que ver con lo electoral, como el artículo 68 de la Ley contra la Corrupción: “El funcionario público que, abusando de sus funciones, utilice su cargo para favorecer o perjudicar electoralmente a un candidato, grupo, partido o movimiento político, será sancionado con prisión de uno a tres años” (en sus disposiciones finales declara: “La comisión de los delitos contemplados en esta ley se tendrá como de lesa patria”, que ojalá pudiera aplicarse a patrioteros bocones).
Bigotón aseguró que “la victoria está escrita, lo que falta es que se le dé al botón y se imprima” (¿piensa imprimir un fraude?) y advirtió que “el que desconozca los resultados (favorables al Gobierno) irá preso y no habrá piedad para nadie” (sabemos que la única Piedad que conoce es la que fue inhabilitada por 18 años en Colombia tras probarse sus vínculos con las FARC, acusada además de “recibir dólares desde Venezuela a través de una empresa petrolera” que todo el mundo conoce). Veremos.
Por: PEDRO LLORENS
pllorens@el-nacional.com
Política | Opinión
EL NACIONAL
domingo 24 de noviembre, 2013
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