!Pero tenemos plasma..!
Así reseña la caricatura de Edo, que muestra un mapa de Venezuela desmoronándose, pero con un hombrecito sentado viendo en rojito su TV-plasma, recién adquirido, tras las medidas demenciales de “Colacho”, que anuncian el próximo entierro económico, político e institucional del régimen heredado en mala hora de su ocaso.
Él, creyendo que se la está comiendo, acaba de darle la patada final a su taburete de sostén demagógico, que efectivamente puede salvarle unos churupos a unos cuantos de la voraz inflación que desató el propio gobierno, pero que apenas disimula su tumba política y militar segura, que tendrá el epitafio: aquí yacen quienes quisieron derrotar el mercado y el sentido común.
A los entusiastas del PSUV que no entienden ni papa, pero también a los aterrorizados fieles del rito opositor, que se confirman en su simplismo que a este país se lo llevó satanás, que guía la ruta desde el más allá, para llevarnos al caos y a las colas cubanas, que dizque mantendrán el chavismo en el poder, por lo que resta siglo según este incontinente Colacho, les digo a todos, que logren retener en su memoria estas escenas de rebatiña de los inventarios comerciales, que quedarán para los documentales de propaganda del PSUV reconstruido, en una década o dos, para meterle la coba a un segmento crédulo y minoritario de una nueva generación, sobre que Colacho peleó hasta el final, contra la oligarquía depredadora y el imperialismo ruin, que fue quien destruyó la magna obra del gobierno popular del gigante… heredado por pigmeos.
Me explico. Maduro quiere las colas como testimonio que el pueblo, con él decretándolo, derrotaba la guerra económica del trio calavera, que una vez es Fedecamaras, Consecomercio y Venancham (sinónimo del imperio) y en el discurso siguiente es el denostado trio maligno de los saboteadores de la economía socialista, que serían los tres buenos muchachos de la flor genética de las grandes familys del capital criollo, preparados por sus padres, siempre herederos de la vieja república, para dirigir este país étnicamente café con leche – unas veces con más café y otras con más leche, según Uslar Pietri- si es que no aparecen otros aspirantes, por vías de hecho y sin el marketing previo, de los años dorados de Globovisión, que fabricaba los liderazgos necesarios a la buena conducta frente al régimen, que también requería y quiere la boliburguesia.
Pero los verbos tienen su preciso significado en los tiempos. Dije: cuando según él, Colacho, “derrotaba la guerra económica”, que si bien describe lo que él cree estar ganando, le veo confundido con lo que realmente empezará a ocurrir y que tiene en el futuro inmediato la implicación de su segura derrota, en esa guerra contra el mercado y el precio del Dólar como valor refugio, y contra el sentido común que se llevará al demonio al régimen, más pronto de lo que él se imagina.
Y es precisamente esa creencia, de insomne vigilante del sarcófago del cuartel de la montaña, la que pergeña, para su infinita sorpresa sobre su propia capacidad de destrucción por ignorancias acumuladas, lo que le hará volar en los pedazos del caos, esta institucionalidad fraudulenta, y por lo tanto precaria, haciéndole perder aceleradamente los escasos sustentos que aún le quedan para evitar su madrugadora caída.
Pero, se preguntarán: ¿Por qué ese ensañamiento de Colacho contra el famoso trio de los chamos de los Amos del Valle? Les sorprenderá saber que lo del interés electoral para desacreditarles es la menor de las intenciones.
Colacho sabe que esto está llegando a su fin, y aunque les parezca casi increíble, todo este discurso alborotador es para preparar lo que creen será su inevitable retorno, montado sobre su apuesta al fracaso de quienes le sustituyan y nutrido de lo que les rindan los miles, sino decenas de miles de millones de dólares, acumulados y guardados en cuentas de bancos fuera del control CIA, para tratar de volver por las buenas o por las malas, con otro esquema aún más autoritario, aprovechando la blandenguería yanqui que dan por descontada.
Los votos futuros comprados en la ONU y hasta en la OEA, con Fosforito de vocera de los derechos humanos violados, para condenar a quienes osen desalojarles de su paraíso de poder de sucursal castrista, creen ellos debe montarse desde ahora, cuando tienen ventajas inauditas compradas al precio que sea.
El “sistema de medios públicos” y las cadenas de prensa y TV compradas recientemente, deben remachar la matriz de opinión que ese trio sería el responsable de la sustitución de Colacho.
Es el golpe de los hijos de Carmona, de los hijos de la gran oligarquía del dinero, del gran capital y del imperio. Dirán y remacharán hasta convencer los pendejos que :“El trio siniestro armo el Golpe de Estado fascista” y así debe quedar establecido, según reza la instrucción tajante.
La otra opción fue descartada. Eso de dialogar y reconciliarse, como se lo han pedido al régimen un millón de veces los lidercitos mediáticos del trio, a quienes sus padres aconsejan tener esa lengua de madera, para medir cada calificativo que les ahorraría represalias, si bien efectivamente les evitó hasta ahora la cárcel, no es menos cierto que no han logrado que a los prepotentes dueños del sistema electoral y del régimen fraudulento les entre ni coquito, dándoles a su conveniencia solo las migajas de sobrevivencia, para que sigan en el plan de modositos legitimadores pedigüeños, para mantener sus clientelas locales hambreadas, pagadas con los cheques enviados desde el poder central hegemónico.
Y lo que no llega a entenderse es esa manía masoquista de volver a ser trompos servidores y hasta andar con el “dientero pelao” en campaña electoral, prometiendo paraísos terrenales en sus islotes de liderazgos alquilados a los prodigadores de ventajas mediáticas a tales opositores salvadores de la patria.
Uno de los de más relucientes dientes de propaganda de dentífrico, alterna sus poses de arrechito con la perla: “Construiremos la nueva mayoría de aquí al 2019”. Carajo, se pasó… Otros guardan la forma dejando algo abierto el tema, pero este ya nos dice que no nos queda otra que calarnos a Colacho por 6 años más. Está bien se le perdona, su mensaje derrotista de amedrentado, que le dice a Colacho que es el jefe…HASTA EL 2019, pero: ¿Puede ser este el liderazgo que quiere una ruptura del régimen? . No solo no lo creo, sino que afirmo que actúan como agentes de la cobarde resignación de los que “tienen mucho que cuidar”.
Confieso sin embargo, a pesar de las frases convenientes dictadas a los “good fellas” por maniáticos del marketing, que observo una especie de inconciencia común que amarra, en un mismo escenario a los protagonistas del régimen y a los de su oposición mediática y les arrastra a diatribas verbales, donde ambos sencillamente ponen al descubierto su supina ignorancia sobre lo que ya está en curso irrefrenable hacia un Estado de Necesidad, que saca de raíz este régimen y a su oposición, y que para cambiar drásticamente el rumbo y evitarnos el desbarrancamiento como nación, que ya comenzó, no llamarían precisamente a los hijos de Carmona, a ocuparse del Estado, como anda pronosticando Colacho, quien es el que menos entiende que su “presidencia” estaba condenada a derrumbarse, desde el mismo momento en que se la asignaron por forfait.
A algunos podrá extrañar que diga que saldrán del escenario, el gobierno madurista y su oposición sifrina. Aclaro que la razón es sencillísima: Colacho tendría razón de aferrarse al poder, si los que hagan de demiurgos de una nueva etapa para la República apenas tuviesen como motivación poner al trio y sus papis a dirigir y “digerir” todo en la nueva etapa.
El “bandazo” social les haría un gran favor a los ideólogos de toda la estupidez que han hecho tronar por tres quinquenios sobre la lucha de clases etc, y en especial a la peor de todas las mentiras, identificando este calamitoso régimen como el unívoco y legítimo representante del pueblo pobre.
Lo que viene amigos lectores es la reconstrucción del Estado. Es Un Nuevo Orden, sin protagonistas de los herederos de la Cuarta y por supuesto de la Quinta. Los militares volverán a los cuarteles y a sus funciones profesionales y de primer orden del nuevo régimen.
La transición será tan larga como sea necesario, y tan corta como lo aconsejen los nuevos grandes consensos sociales y políticos, con otro tipo y modalidades de representación, porque este país quedó descuadernado, bajo el imperio del hampa y sumido en el más absoluto desorden económico- social, además de pulverizado institucionalmente. Aquí por ejemplo para poder volver votar sin sistemas fraudulentos, y por cierto con los de Smartmatic presos, deberemos empezar por saber quiénes, a ciencia cierta, somos venezolanos y eso no es tarea de meses.
El país todo deberá acostumbrase a que lo racional y de sentido común, ausente desde hace décadas, tiene que asumir la primacía en la cotidianidad.
La seguridad personal y de los bienes, una moneda sólida y absolutamente convertible, que pueda intercambiarse libremente por divisas, regiría una economía, una sociedad y un Estado absolutamente articulado y bajo control de órganos legales electos y designados todos de acuerdo a exigentes marcos legales. Deberemos vivir bajo la dictadura de la ley, si queremos evitar la dictadura del caos que beneficia solo a mandones, demagogos y depredadores desenfrenados.
Los que agarraron su TV- plasma, mal habido o comprado a costo, que no tendrá reposición, tendrán el privilegio de ver en alta definición una nueva etapa del país, condenado a tener éxito a pesar de nosotros los venezolanos.
La estupidez de llamar cáncer a las FFAA, tendrán que tragársela si es que tenemos destino, porque todo depende de la capacidad de ellas para poner el país en orden sobre sus pies y no de cabeza como en los últimos 20 años.
Quienes no han entendido que hace rato solo dependemos de la reconstrucción de las FFAA para rehacer el país, seguirán descubriendo bondades en sus viejos tiempos de beneficiarios, mientras el país se hundía en el degredo del que floreció la maldición roja, prohijada por civiles, nunca lo olvidemos, porque si las FFAA fuesen cáncer del Estado, los civiles han sido el Sida. Esa es una discusión planteada por simplistas.
Nuestra única opción para salir de este atolladero y frente a los facinerosos son las FFAA y no andaré con los melindres asexuados del “civilismo” que nos entregó atados de pies y manos a esta barbarie del castrismo con real y su CNE ponderado por imbéciles.
Para salir de esto propongo solo lo que es viable, y me importa un carajo que me llamen militarista, porque todos debemos serlo: Por el Estado de Necesidad.
Por: Alberto Franceschi
Politica | Opinión
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martes, 19 Noviembre de 2013
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