Gracias Nico a propósito
de una compra en Daka..
No es mi intención aparecer como un adulador más del régimen, como una foca del proceso, como un jala galón de la revolución cívico militar, en fin, como un lisonjero del Designado, pero es que el ejemplo que nos están dando como pareja es invalorable: eso de andar juntitos para todas partes, agarrados de las manos, dándose besitos de piquito en público y además contrayendo matrimonio civil después de tantos años de contubernio es digno de encomios y admiración.
Además querida pareja ese ejemplo lo estamos siguiendo en casa, es decir, el de recuperar y fortalecer nuestra vieja relación de largas y rutinarias décadas matrimoniales. Tengo fotos y videos que le muestro a mi esposa para que siga el ejemplo de la pareja presidencial y sea tan amorosa y tierna como la Primera Combatiente. Debo confesarles además que disfrutamos un montón con los apagones frecuentes y que esta casa vive permanentemente a media luz, iluminada con velas de todos los colores y olores, lo que propicia un clima de recogimiento espiritual y personal que compite con lo ofrecido por cualquiera de los mejores hoteles del mundo, incluso los de Calafate; Roma, París o Pekín, que bien conocen y han disfrutado en sus giras patrióticas.
Sin embargo, querida pareja, como las mujeres siempre tienen un pero y le buscan las cinco patas al gato. Resulta y ocurre que aprovechando la sabia decisión del Primer Consorte de la República de bajar los precios de los electrodomésticos, nos endeudamos hasta la coronilla y fuimos a DAKA para comprar unos aparatos eléctricos, ya Uds. saben: cocina, microondas, televisión LED de plasma, cuchillo y abrelatas eléctricos para rebanar el pernil, DVD, un horno nuevo, nevera, un secador de pelo, una licuadora y una batidora, un computador, en fin, equipamos de nuevo la casa para estar a tono con el nuevo clima de luna de miel de nuestra tercera edad.
Pero ocurre y pasa, que ahora todo se volvió un infierno, doméstico, la felicidad de vivir a media luz, iluminada por los cirios del a revolución, se esfumó de un momento a otro. Enchufamos los aparatos adquiridos con mucha ilusión y placer, y de repente – como es ya costumbre revolucionaria – la electricidad se fue y todos los aparatos adquiridos en DAKA de quemaron, a excepción del secador de pelo. Mi esposa está furiosa y me pide que les escriba esta carta – que no es de reclamo – sino de puro pana, para que nos informen donde resarcen el costo de los aparatos dañados, antes en la IV había un número telefónico al que uno llamaba y mandaban prontamente aun técnico evaluador y reparaban o compensaban los daños.
Ahora no hay a quien dirigirse – no es una crítica porsia – CORPOELEC no responde y mi esposa está más caliente que plancha de chino en anafe. Por favor, queridos Cilia y Nico ayúdennos a seguir siendo tan felices como Uds., mi esposa dice que si todo se arregla pronto les llevamos unas hallacas para cuando estén ya bien instalados en La Casona. ¡Feliz Navidad!
*Enrique Viloria Vera, (Caracas, 1950) Polígrafo, abogado por la Universidad Católica “Andrés Bello” (Caracas, 1970), profesor titular de la Universidad Metropolitana e investigador permanente del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca (CEIAS). Es autor y coautor de más de cien libros sobre temas diversos: gerencia, administración pública, ciencias políticas, poesía, artes visuales y humorismo.
Por: Enrique Viloria Vera
Politica | Opinión
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Viernes, 15 de Noviembre, 2013
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