Bolívar tuvo muchas espadas…
■ En mi libro “Personalmente Fidel”, cuento detalladamente el momento cuando Fidel me contaba de la espada de Bolívar.
Hoy, tras toda esta “payasada” chavista y este descalabro histórico, uno lo que termina es por asumir la gran farsa, la burla triste al hombre grande que resulta “pasto suculento” para los déspotas que se lo adjudican o lo utilizan de acuerdo a sus propósitos, y llega a la conclusión triste de lo íntimo que resulta el personaje porque para salvarlo de la trama obscena que lo mueve a su antojo, vistiéndolo y desvistiéndolo, uno tiene que protegerlo en el cerrado marco de sus primeros conocimientos y principios para no dejarlo contaminar por los usurpadores de sus preceptos y figura.
Esta espada, secuestrada por el M19 de la casona de Bogotá, llegó de manera muy casual a Cuba.
Con este ajetreo guerrillero, la dejaban en guardia de honor a gobernantes y sinceramente no logro entender cómo fue escogido Noriega en Panamá para recibirla. Y allí estaba, en la biblioteca, cuando los norteamericanos llegaron.
Estuvo a puntico de convertirse en un souvenir de un soldadito yanqui.
Pero un empleado camarero cubano la rescató y cuando yo la vi, estaba en las cajas de seguridad del Palacio de gobierno de Cuba y en las manos cuidadosas de Fidel que se reconocía sin nigúna autoridad para tocarla.
Por mis programas históricos, Fidel insistía que yo tenía autoridad para llevarla de regreso al Congreso colombiano.
Por supuesto que no iba a aceptar. Ya era suficiente con mi estadía en Cuba y los rumores sobre una relación con él.
La espada pequeña estaba envuelta en una franela y una jalea protectora.
Cuando se limpió relucía conmovedora, demasiado delgada… Después supe que Navarro Wulf, el segundo hombre de Carlos Pizarro en el M19 y uno de los más importantes líderes de la actualidad la había ido a buscarla y devuelto a Colombia.
No quise “pararle” al chisme que contaba del jet de Gustavo Cisneros para traerla, conseguida en su momento por la comadre del dueño de Venevisión, Cecilia Matos.
Bolívar tuvo muchas espadas… Una representa todas. El arma más poderosa del Libertador no estaba en sus manos sino en su cabeza. Las ideas. Y ellas lo devolverán cada vez que lo empequeñezcan los déspotas. Y despierten los pueblos.
Esta vez, la espada vuelve a ser noticia. Noticia dolorosa. Viene desde Perú.
Pocas horas después de que Otilia Campos Bárcena, antigua militante aprista y madre del líder del MRTA, Víctor Polay Campos, sobre quien pesa una condena de cadena perpetua por terrorismo, fuera asesinada en su residencia de La Molina, la policía ya sabía el nombre de la presunta asesina: Elisabeth Guamuro Torres, una joven de 19 años, quien al parecer tenía cómplices en el robo y asesinato de la víctima.
Ella fue contactada por la ahora extinta luchadora social a través de un aviso publicado en un diario local y llevaba dos semanas trabajando informó su sobrina que también informó que la “espada de Bolívar” fue obsequiada por Chávez dos meses ántes de morir a su tía en un viaje a Venezuela.
Los policías a cargo del caso establecieron que fue asesinada con una espada bolivariana. Asociado a la espada del Libertador este acto la recuerda y nos obliga a encontrarla en la memoria de un tirano sombrío y charlatán, socio de terroristas y vandalismos.
!Es hora también de rescatar a Bolívar!
Por: Isa Dobles
@IsaOropeza
Politica | Opinión
Caracas, sabado 02 de noviembre, 2013
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