Cristina Fernández de Kirchner, fuera
de peligro tras la operación…
■ La enfermedad de Cristina Fernández de Kirchner eleva a Boudou, un presidente interino desprestigiado.
■ A la mandataria argentina se le ha extirpado el coágulo craneal que la ha apartado temporalmente de la Presidencia.
■ La imagen de la presidenta argentina a la entrada del hospital, muy embotada y enrojecida, contrasta con su habitual divismo.
El mal aspecto de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, a su entrada ayer a la Fundación Favaloro, donde fue operada del coágulo craneal que padece, ha hecho saltar las alarmas en el país.
La presidenta permanecerá internada en la planta sexta de la Fundación Favaloro mientras que la novena está reservada para su familia. Su hijo Máximo, fundador de la organización juvenil La Cámpora, Ofelia Wilheim, madre de la Presidenta y Florencia Kirchner la acompañan.
El sábado, la presidenta de Argentina permaneció en este sanatorio más de ocho horas. En ese tiempo le detectaron la «colección subdural crónica» aunque ella había acudido por una persistente arritmia que genera gran preocupación entre los doctores que la asisten.
En el comunicado de ese día se atribuyó la aparición del hematoma, en una de las capas del cráneo, a un golpe en la cabeza que se habría producido el pasado 12 de agosto, al día siguiente de las elecciones primarias legislativas donde el oficialismo sufrió un severo revés.
La falta de transparencia en la información oficial sobre la salud de la Jefa del Estado fue ampliamente criticada en Argentina. Aún hoy se desconocen los detalles del accidente, el tipo de arritmia que padece y cuán grave es ésta.
Delegación en Boudou:
Ayer, antes del ingreso de la Jefa del estado en la Fundación Favaloro se materializó la delegación de funciones en la figura del vicepresidente argentino. Amado Boudou asumió la agenda de la presidenta y es, oficialmente, el Presidente en funciones. El artículo 88 de la Constitución argentina advierte que «el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación» en caso de «enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del Presidente».
Boudou, salpicado por una decena de casos de corrupción, encabezó desde temprano diferentes actos protocolarios. En uno de ellos dijo: «Esta etapa de 30 días no tiene ninguna cuestión de incertidumbre ni rara. Ella está tomando un descanso que necesita y que se merece», decía en uno de ellos. «Quiere que se mantenga la gestión y todo el equipo vamos a mantener la gestión. ¡Fuerza Cristina, fuerza Argentina, vamos todos juntos!».
Más temprano:
La presidenta aparecía inquietantemente desdibujada en el automóvil en el que ingresó en la clínica bonaerense. El coche con los cristales ahumados no se detuvo, pero los reporteros pudieron capturar una imagen que aumenta todavía más la preocupación. Con los pómulos inflamados y enrojecidos, cubierta por unas gafas oscuras, el rictus de la presidenta transmitía de todo menos su habitual seguridad y altanería.
Otra diferencia apreciable está en su expresión labial. No queda rastro de la sonrisa que la caracteriza. Por el contrario, sus labios aparecen tensos y reconcentrados, en una mueca difícil de interpretar, pero inédita hasta ahora. También llaman la atención las motas rojas en sus mejillas. Quizá sea porque el maquillaje las encubra habitualmente, pero le daban a su rostro un aspecto embotado y congestionado.
Carlos Tejero, de la Sociedad Española de Neurología ha explicado a ABC que, «aunque el aspecto de esta señora en la foto es muy malo, no hay alteraciones que permitan traducir una clara afectación neurológica». A la espera del resultado de la intervención quirúrgica de hoy, persisten las dudas sobre la salud de una paciente que es cuestión de estado.
¿En qué consiste una colección subdural crónica?
El doctor Carlos Tejero, de la Sociedad Española de Neurología, explica a ABC que se trata de una acumulación de sangre y líquidos en la duramadre, la más externa de las las meninges, las tres capas que envuelven al cerebro y se situán entre este órgano y el cráneo. Su gravedad depende del tamaño, dónde esté localizada y el estado general del paciente.
Por: Carmen de Carlos
CORRESPONSAL EN BUENOS AIRES
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martes 08 de octubre, 2013
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