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INFLACIÓN: Bs. 100 alcanzan sólo para comprar un cartón de huevos



Lo que podía comprar en 2007 ahora cuesta 423 bolívares, según el índice nacional de precios del BCV. Ya no sirve para una carrera promedio de taxi, atravesar la ciudad en mototaxi ni para comprar una hamburguesa y su combo.
Lo que podía comprar en 2007 ahora cuesta Bs. 423 , según el índice nacional de precios del BCV. Ya no sirve para una carrera de taxi, atravesar la ciudad en mototaxi ni para comprar una hamburguesa y su combo.

Calculan que el poder adquisitivo
caerá entre 6% y 8% en 2013

 

Gobierno evalúa eliminar el Sicad.

Buhoneros regresaron a vender con sobreprecio.

El dólar paralelo se convirtió en el referente de los precios debido a la incertidumbre cambiaria.

El ingreso del venezolano no ha podido ganarle la carrera al incremento de los precios de los bienes y servicios. Lo que en 2007 se compraba con 100 bolívares ahora se adquiere con 423 bolívares, según el índice nacional de precios al consumidor del Banco Central de Venezuela.

El billete de más alta denominación sólo alcanza para comprar un cartón de huevos, que oscila entre 90 y 100 bolívares. También cubre la tarifa mínima de un taxi en Caracas, que está en 60 bolívares, aunque hay líneas que la tienen en 120 bolívares.

Con 100 bolívares se compran 11 litros de agua, 4 botellas de 2 litros de refresco y se paga un modesto almuerzo ejecutivo en algunas zonas de la ciudad. Sin embargo, este billete no alcanza para atravesar Caracas de oeste a este en mototaxi ni para comprar una hamburguesa Big Mac en combo, que cuesta 125 bolívares.

Al momento de hacer mercado, 100 bolívares tampoco dan para mucho, pues abarcan 3,4% de los productos de la canasta básica normativa medida por el Instituto Nacional de Estadística, que sumaron en agosto 2.915,29 bolívares.

El poder de compra del salario merma en la medida en que la inflación, cuya variación anualizada cerró agosto en 45,4%, crece con mayor velocidad. Ante la situación, se calcula que el sueldo promedio descienda entre 6% y 8% al finalizar 2013. de acuerdo con los números de Econométrica.

En mayo, el presidente Nicolás Maduro decretó un incremento de salario mínimo de 38% o 45% a finales de año, dependiendo del comportamiento de la inflación. Actualmente, se requieren 27 billetes de 100 bolívares para pagar el salario base, que subió en septiembre a 2.702,73 bolívares.

Suponiendo que la inflación se mantenga estable, la caída del poder de compra es aproximadamente 9%.

Los sueldos superiores, no obstante, no crecerán al mismo ritmo que el mínimo. Ángel García Banchs, director de Econométrica, señaló que el aumento para las remuneraciones que equivalen al doble o más del piso salarial, experimentarán un alza de 32% este año. La cifra se mantiene por debajo de la inflación, que espera que cierre en 47%.

El economista Ronald Balza dijo que entre 2007 y 2011 los salarios del sector público mostraron una caída más acelerada que los del sector privado. La tendencia se revirtió en 2012 debido a que se mantuvo al margen la inflación. Sin embargo, en el primer trimestre de 2013 las remuneraciones del sector público volvieron a caer. “Los privados se mantienen en descenso sostenido desde 2007”, apuntó.

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Las causas:

García Banchs explicó que el diferencial cambiario, que pasa de 600%, ha hecho que los precios se disparen y que aumente la escasez. Indicó que este factor, unido a la devaluación de febrero, incide en el poder de compra del salario promedio del venezolano.

Balza dijo que aunque muchos bienes se importan a la tasa oficial de 6,30 bolívares por dólar, la incertidumbre sobre el valor real de la moneda ha generado que el marcador de los precios sea el dólar paralelo. “El Gobierno no ha podido poner otra referencia creíble. Si no hay otro sistema de acceso a las divisas el costo de reposición siempre va a ser marcado por el dólar paralelo”, agregó.

Consideró que si no revisan los controles de cambio y de precios, al tiempo que se incrementa el gasto fiscal, el poder adquisitivo continuará bajando.

La escasez tiene un costo.

“Detrás de la escasez hay una cantidad de precios represados y falta de divisas. En Ecoanalítica consideramos que para llevarla a cero es necesario eliminar el control de precios y de cambio que, a la tasa actual, implicaría una inflación de alrededor de 100%”, señaló García Banchs.

Los testimonios:

Dulce Andrade, administradora de empresas, dijo que la caída del poder de compra de su salario se traduce en la imposibilidad de adquirir ciertos productos. “El pescado es muy caro, tengo más de un mes sin comprarlo. Antes compraba manzanas y ya no puedo.

Tampoco compramos jugos en la casa y es raro cuando compro un yogur, cuando era algo que consumía con frecuencia. Solía comprar varios quesos y ahora me limito al mozarella”, explicó.

Agregó que la comida de sus gatas ha subido 150% en un año.

Vivir en una zona de puerto libre tampoco hace que el salario rinda más. “Hay productos de limpieza que ya no compro porque son muy caros. Además, hay muchas cosas que como no se consiguen me salen más caras.

Ya no compro leche en polvo porque me la venden en más de 100 bolívares”, expresó Mirelys López, encargada de una empresa de servicio doméstico.

Eliminar el Sicad:

El Gabinete Económico evalúa la eliminación del Sistema Complementario de Divisas, en vista de que no cumplió el objetivo principal que era disminuir la brecha entre el dólar oficial y el paralelo; así como proveer de divisas a parte del sector privado, señaló una fuente extraoficial.

Parte de los argumentos expuestos por un sector del Gabinete Económico es que las divisas aprobadas a través del sistema resultan insuficientes para competir con el mercado no oficial, aunado con la cantidad de irregularidades que se presentaron como los viajeros ficticios o las empresas de maletín.

Otro sector del gabinete opina que no se puede seguir otorgando divisas a los empresarios a una cotización tan barata, pues se trata de un subsidio que consume las reservas internacionales. Proponen que el problema de la escasez sea atendido con el aumento de las importaciones públicas.

La propuesta de abrir un mercado secundario no ha avanzado por la negativa del gabinete de flexibilizar el tipo de cambio y ante el temor de perder el control de las divisas. El ala pragmática ha tratado de hacer entender que si no se toman medidas concretas, que resulten en cambios efectivos para la economía, la inflación y la escasez no podrán resolverse. Tampoco será posible enviar un mensaje positivo a los inversionistas en el exterior.

La preocupación surge de la necesidad de hacer nuevas emisiones de bonos denominados y pagaderos en dólares para obtener una nueva entrada de divisas. La posibilidad luce lejana ante la fuerte caída que han presentado los bonos de la República y de Pdvsa, por la percepción negativa que ha proyectado el país debido a la inacción del Gobierno en materia de política económica, agregó la fuente.

Ayer el Pdvsa 2017 cerró en 76,7% y perdió 1,60 puntos; mientras que el Pdvsa 2021 fue el título de la petrolera que más descendió y terminó en 77,5%: perdió 1,90 puntos. El Global 2019 concluyó en 78,7%, lo que significó una caída de 2,17 puntos. El Global 2020 bajó 1,89 puntos y cerró en 68,2%.

Una fuente financiera dijo que el aumento del riesgo político conduce a que los inversionistas deseen deshacerse de los bonos venezolanos para no afrontar mayores pérdidas.

Apareció Merentes. El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, asistió ayer a Expo Aragua Potencial 2013 luego de semanas de ausencia ante los medios de comunicación, lo que propició una ola de rumores por una supuesta sustitución de su cargo a favor de Temir Porras, recientemente destituido del Bandes y del Fonden.

Merentes declaró que el Gobierno aspira a convertirse en un punto de referencia como nación exportadora en la región. Agregó que al establecer el modelo de negocio inclusivo se disminuirán las importaciones. Indicó que entre las propuestas está diversificar el sector productivo para aumentar la capacidad económica.

“Tenemos que hacer un esfuerzo de producir lo máximo que se pueda en nuestro territorio con la política del Estado, el sector privado y las nuevas políticas económicas del Gobierno”, dijo.

El vicepresidente ejecutivo, Jorge Arreaza, exhortó al empresariado a trabajar mancomunadamente para sacar adelante un modelo productivo que pueda satisfacer las necesidades de los venezolanos.

“Necesitamos una alianza en este momento histórico”.

Buhoneros regresaron:

La persuasión del presidente del Indepabis, Eduardo Samán, no resultó efectiva. No logró convencer a los buhoneros de que se dedicaran a otro oficio distinto a la venta de alimentos con sobreprecio. Los informales del la avenida Baralt y adyacencias del Mercado Municipal de Quinta Crespo regresaron para ofrecer los alimentos básicos más caros.

Varios buhoneros acomodaron nuevamente sus puestos itinerantes frente al mercado, aprovechando la ausencia de fiscales del Indepabis. El litro de aceite de maíz lo ofertaban a 40 bolívares, 4 veces más de lo que está fijado en la Gaceta Oficial . “Si lo compramos en 30 bolívares no lo podemos vender a 10,69 bolívares, aunque esté marcado en la botella”, dijo uno de los vendedores.

En la mesa no sólo lucían la botella de Mazeite, también tenían aceite vegetal de la marca Vatel, que no se consigue en los supermercados. “Ese aceite se lo dejo en 30 bolos, más barato para que se lo lleve”, agregó.

Cerca de la parada de mototaxistas, también frente al mercado, otra vendedora arreglaba el puesto para sacar un bulto de azúcar. “Aproveche que está a 15 bolívares el kilo”. El producto está regulado desde diciembre de 2011 en 6,11 bolívares, pero los informales lo comercializan en más del doble.

En un operativo de inspección llevado a cabo el martes pasado en el mercado, Samán sostuvo que los vendedores informales dejarían de vender los productos regulados para dedicarse a las verduras frescas y frutas. Sin embargo, varios consumidores le alertaron que una vez que se fueran los inspectores y fiscales los buhoneros traerían sus carretillas con productos llenos para la venta.

Ayer no sólo había aceite y azúcar también arroz a más de 15 bolívares y papel higiénico a 25 bolívares los 4 rollos.

Lo que no había ni afuera ni adentro del mercado era leche en polvo.

Formales castigados:

Los concesionarios del mercado de Quinta Crespo se quejan de que cada semana el Indepabis los fiscaliza y sanciona hasta con 10.700 bolívares por vender carne y pollo por encima de la regulación. “A nosotros si nos reprimen, pero con los buhoneros quieren usar la persuasión”, criticó un comerciante de productos avícolas.

Señaló que esta semana los mayoristas volvieron a despachar pollo a 35 bolívares el kilo, aunque en la Gaceta Oficial el precio marcado es de 18,73 bolívares. “El día que a mi me traigan el pollo al precio oficial lo venderé como quiere el Gobierno”, dijo otro comerciante que admitió que expende el kilo de pechuga a 50 bolívares y el pollo entero a 40 bolívares.

Los vendedores de carne sólo tenían los cortes de cerdo entre 80 y 120 bolívares el kilo y algunas piezas de carne para parrilla como solomo de cuerito a 110 bolívares.


Por: NICOLLE YAPUR
BLANCA VERA AZAF
nyapur@el-nacional.com
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viernes 04 de octubre, 2013