Así es la pobre vida de
los Boliburgueses
■ Los consejos aquí expuestos son el producto de muchos años de experiencia observando a esta especie en vías de multiplicación.
■ Los mandamientos que siguen no son para los echones, sino para aquellos que logren acumular (o mas bien guisar) más de 100 millones de dólares.
■ En Venezuela hay pocos billonarios (fortunas de más de 1.000 millones de dólares), pero miles de pantalleros que les encanta comportarse, al menos por un fin de semana, como si fueran los grandes cacaos.
■ – Numero 1. Si no puedes pegarla del techo honestamente, entonces págales sobornos a funcionarios del gobierno para asegurarte contrataciones públicas con sobreprecios absurdos. Sectores como el petrolero, energético y de infraestructura son altamente recomendados debido a la falta de transparencia. El sector financiero también es una opción, aunque más difícil de entrarle debido a la naturaleza mafiosa de los banqueros venezolanos. En los años 70 y 80 había que partirse el lomo para anotarse en un buen chanchullo. En los 90 no era necesario “guisar”, todo lo que se necesitaba era ser dueño de un banco (para así robarle dinero primero a los depositantes y después a FOGADE), o tener un cupón de RECADI. El chavismo en cambio, ha democratizado el arte de vaciar las arcas del tesoro nacional. Ahora robar es para todos: jóvenes, viejos, pobres, ricos, bobos, inteligentes, si saliste de la Universidad Santa María o de la UCAB, si naciste en Valle Arriba o Valles del Tuy, si eres venezolano o extranjero, todos pueden participar en la gran rueda de la robolución.
■ – Número 2. Una vez que tengas los primeros 100 “palos”, llama a tus amigos de la infancia que ahora trabajan en bancos en Wall Street. Abre cuentas con ellos. Si acaso tu fortuna no es muy ortodoxa, entonces comienza el proceso de lavado de dinero antes de mover la plata a Suiza. Si no puedes abrir cuentas en Suiza, entonces confórmate con Panamá, o con un banquito en el Caribe. Sin embargo, existen falsos banqueros suizos en Nueva York que con mucho gusto aceptarán tus reales mal habidos. No vas a querer que alguien intente matraquearte, por lo tanto escóndelo, y rápido!
■ Número 3. Comprate un avioncito. Olvídate del leasing, eso es para los niches que no tienen donde caerse muertos. Tu jet debe tener tus iniciales, como por ejemplo DA (Derwick Associates), VS (Vargas Santaella) o CK (Carlos Kaufman). Tu jet es la mejor muestra de que llegaste, que eres “uno de ellos.” Tu marca dice “soy rico porque tengo un avión”. Un Gulfstream, un Challenger o un Citation serán tus opciones preferidas. Si tienes suficiente sentido del humor, pintalo de “rojo rojito”, como el de la foto, cuyo dueño es Alejandro Andrade. Y si te animas a dar un paso mas: comprate también un helicóptero, así puedes volar de tu avión a tu casa, o de Caracas a Caraballeda, o para ir al hato.
■ – Número 4. Después de construir tu mansión en Caracas, compra propiedades de lujo en Miami, New York y la Península Ibérica. Sin ellas, nadie te tomará en serio. La grifería de oro en el baño no puede faltar, así como tampoco tu iPad de oro. La mansión de la foto costo unos $70 millones, y fue comprada con dinero venezolano acumulado durante la robolución socialista que tanto ayuda al pueblo.
■ – Número 5. Compra caballos pura sangre. Empieza a jugar polo. Tu esposa puede empezar a practicar salto. Lleva tus caballos a competencias en Europa, una o dos veces al año. Si no te paran bola, entonces págale a FTI Consulting, o alguna otra empresa para que “patrocine” eventos en los cuales tus hijos participarán. Incluso, capaz y ponen la bandera Bolivariana de Venezuela al lado de la del imperio. Como en esta fotico donde esta el hijo de un ex edecán de Chavez, saltando en un caballito de medio millón de dolares producto de la robolución.
■ – Número 6. Tu esposa, novia, o amante deben tener cuentas de Facebook e Instagram muy activas. Asegurate que publiquen algunas fotos de tus viajes a África, a St. Tropez, fotos de la lanchita, de tus aventuras en la playa y tus costosas comidas. Siempre publica fotos de las botellas de champán, joyas, caballos, y del interior de tu jet. Todo lo necesario para mostrar cuánta plata tienes (la gente se arrima a los que tienen, no te olvides). Pero cuidado, no quieres que la gente se empiece a preguntar como hiciste tanto dinero tan rápido. Si surge una crisis, cierra tus cuentas de Instagram y Facebook inmediatamente. Ni se te ocurra agregar como “amigo” a Alek Boyd, no quieres que ese loco tenga acceso a tus fotos de derroche revolucionario. Retratados y brindando con una champañita en un tepui, están dos directivos del Banco Occidental de Descuento: Luis Alfonso de Borbón y Vargas brindando con el “partner” Francisco D’Agostino y Vargas. Un par cuartobates en la tradicion de comportarse como billonarios.
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■– Número 8. Los matrimonios importan. Asegurate que la boda no sea en Caracas. Las mejores alternativas son: Miami, Madrid, Venecia o La Romana. Invita a sopotocientos amigos. Consiguete que alguna famosa organizadora de eventos la organice y que la revista Hola reporte el evento. Si lo que quieres es en entrar en el territorio de los mega-billonarios, entonces casate con alguien con título de nobleza. No importa si tienen un trono de verdad verdad o no, lo único que importa es que actúen como si lo tuvieran.
■ – Número 9. Sabrás que te estas comportando como un billonario cuando tengas que contratar algunos lobistas Republicanos y Demócratas en Washington para asegurarte que las conexiones sociales del imperio las tengas super resguardadas. Lo que quieres es legitimidad, por asociación. En los años 80, las personas elegidas por el billonario de turno eran Henry Kissinger o Vernon Jordan. Pero si quieres algo más barato, o que te hablen en criollo, puedes ir con alguien como Al Cárdenas. Idealmente, tu “hombre en Washington” debe ser un ex funcionario importante, Embajador, líder de algún think tank y “respetado” miembro de lo que llaman el establishment! En la foto el Boliburgués Rojito de ProArepa con el líder de la facción ACU de la derecha Republicana, Al Cárdenas.
■ – Número 10. No te olvides contratar una firma que maneje tu reputación en línea. Idealmente, contratate a alguien que haya estado preso en Estados Unidos por violar la seguridad del gobierno americano (de esta manera, te aseguras que esta persona esté también dispuesta a realizar alguna actividad “extra-curricular”, como hackear cuentas de email, crear acusaciones de pedofilia contra todo aquel que diga que tu eres corrupto, e intervenir cuentas de Twitter que hablen mal de ti). Asegurate que nadie se de cuenta de la manipulación que estás haciendo en las redes para “limpiar” tu reputación. No sea cosa que alguien se entere y te lo saquen en cara.
■ – Número 11. De ser posible, pagale a periodistas para que escriban cosas positivas sobre ti y tu conciencia social (Primicias24, El Nacional, El Concreto, Capsula Informativa). Si la prensa ya te está echando paja, entonces contrata algún bufete de abogados en New York que envíe cartas intimidatorias a periodistas que se atrevan a desenmascararte. Es esencial que tus abogados se aprovechen de todo el dinero que tienes. En los 80, cuando alguien era criticado, por ejemplo, en la revista Resumen, lo que se hacía era comprar todas las revistas al llegar al kiosko. Llego al punto que un grupo de Caracas se compro la revista entera para que dejasen la ladilla. Con internet esto se hace más difícil (lo siento, pero no te puedes comprar internet, ni siquiera tú tienes suficiente billete). Leete el mandamiento numero 10 de nuevo y usa una estrategia legal agresiva.
■– Número 12. Y lo más importante de todo: nunca te olvides de tu país, Venezuela. Sé generoso con tus amigos funcionarios del gobierno, pero sé tambien dueño de parte de la oposición. Dales dinero. Si no sigues esta guía, la justicia americana podrá atraparte, y necesitarás un lugar donde esconderte. Y si tu reputación en Venezuela esta por el piso, no te preocupes, aguantate. Eventualmente, si tienes una fortuna dudosa la gente se olvidará pronto que tu y tu familia son unos bandidos. Recuerda que nunca, nunca, irás preso, y nunca tendrás que devolver el dinero robado. Solo se paciente, pretende ser simpático con la gente y eventualmente serás aceptado nuevamente. Quizás al principio la sociedad venezolana pretenda rechazarte, pero en última instancia, tus hijas se casarán con gente del Country Club de todos modos. Podrás irte a dormir sabiendo que dentro de pocos años, tus herederos capaz y llegan a CEO del negocio familiar, y todo será como siempre.
*Y por favor, no leas comentarios y opiniones como los publicados en el sitio de web Infodio.com. Solo servirá para hacerte creer lo resentidas que son las personas como yo, que critican tu “entrega empresarial” y tu “habilidad económica” (sigue creyendo eso, porfa). Abrete otra botella de Comte de Champagne (como hacía Franco todos los días), relájate en tu jet, y recuerda: “soy un gran cacao venezolano, nunca me va a pasar nada. Eso le pasa a los demás, a los pendejos”.
Por: Tomas Lander
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Domingo 15 de septiembre, 2013
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