“Nos vamos con todo…”
Cuando Nicolás Maduro inicia su gestión gubernamental realizando un viaje a la isla de Cuba, donde firma acuerdos que obligan a la nación venezolana por dos mil millones de dólares, muchos pensaron que formaba parte tal iniciativa de aspectos pendientes del mandato del fenecido gobernante barinés.
Cuál no sería nuestra sorpresa al contemplar que ello obedecía a una vulgar “raspada de olla” del erario público ante la crisis económica, la cual ya mostraba desde principios de año vestigios de su voracidad social.
El Fondo Monetario Internacional, en su informe del 2012, al referirse a Venezuela con miras al 2013 destacaba el proceso de desolación del estado al afirmar que los índices monetarios reportaban una desaceleración con tendencia negativa, la utilización irracional de las limitadas reservas y el declive de la producción petrolera en contraposición al tiempo que fenecía.
Ya para ese momento sectores y expertos internacionales hacían un llamado a las autoridades para rectificar, ya que de seguir por esa senda no les permitiría luchar con éxito contra la inflación.
JP Morgan, empresa calificadora, no auguraba un buen 2013, y aseveraba que el crecimiento de la economía sería cero, una cifra que contrasta con la anterior, que fue de 5,6%.
De igual manera aseveran que la subida de precios llegará a 40%.. Señalan en ese instante que el consumo caerá 70% y solo contribuirá en 1.8% al Producto Interno Bruto. Al referirse a la inversión de capitales, esta caerá 81.4% y se ubicará en la increíble suma de 7 millardos de dólares.
Tal premonición produjo respuesta por parte del ministro Giordani, quien para ese momento dirigía la super cartera financiera del estado por estar al frente del despacho de finanzas y planificación a la vez. El tiempo daría la razón al ente calificado. Ya para ese momento la voracidad de muchos funcionarios públicos, en su afán por lucrar, no permitiría la rectificación sugerida por empresarios de dilatada vida económica ya que ello sería necesario acompañarlo de una sana política de control fiscal.
Es criterio de algunos especialistas no invertir al unísono en petróleo y oro, ya que el bitumen y el mineral se mueven en el mercado de la oferta y demanda con igual temporalidad en términos de alzas y bajas. Hugo Chávez, en terca óptica de ver la valoración cotidiana a través de la ideología y su política ejecutoria, toma providencias de gran trascendencia y nefastas derivaciones para la nación.
La sicosis por adversar los norteamericanos exige a sus gestores burocráticos alejarse del dólar para acogerse al patrón oro.
Para el momento de adoptar tal premisa, el cambio por el precioso metal era recomendable ya que su cotización en la bolsa se perfilaba como segura. El mandatario no escucha las recomendaciones sobre preservación monetaria y se ufana de haber cuadruplicado su valor inicial.
Hoy por hoy el ahorro para el respaldo de cartas de compromisos en el exterior incluyendo la compra de insumos básicos para la dieta familiar es en preciado ocre en porcentajes elevados, conforme expresara el entonces Presidente del Banco Central Nelson Merentes: “Las reservas de oro monetario venezolano representan un poco más de 60% de las reservas internacionales totales, con un valor aproximado a los 18,000 millones equivalentes en dólares”.
Por si fueran pocas las penurias padecidas en la actualidad, a la falta de moneda norteamericana, derroche fiscal y corrupción administrativa también se le suma la caída del precio del oro, el cual se valora con una pérdida en su valor del 13% en los últimos seis meses.
Pero si ello no fuese suficiente, de los informes bursátiles se desprende a ulterior que dicha evaluación continuará en caída. Bien pudiéramos estar viendo regresar los inicios de las operaciones con signo político realizadas por el hombre de armas venezolano.
A continuación y de manera resumida les presento la opinión que sobre trance mercantil y futuro han expresado versados e instituciones públicamente.
Fedecámaras: “Inevitable la inflación”. Asdrúbal Rivas: “Venezuela podría tener el índice más alto de inflación terráqueo”. José Guerra: “No hay salario que aguante esta inflación”. Tomás Socias: “Los precios están fuera de control”. Pedro Palma: “La corrupción impide el crecimiento económico”. José Manuel Puente: “El país no soporta endeudarse más”. Gustavo García: “Existe la tendencia a mantenerse dentro de un proceso de inflación alta”.
Profesionales de severos criterios consideran que nuestra patria está frente al fenómeno de estanflación, expresión que es una conjunción de las palabras estancamiento e inflación. Ojala así no sea.
*Manuel Corao, Director de Venenoticias.
Por: Manuel Corao
Politica | Opinión
El Nuevo Herald
sabado 27 de julio, 2013
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