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    HomeVenezuelaRUBÉN DE MAYO: Earle Herrera y su mondongo

    RUBÉN DE MAYO: Earle Herrera y su mondongo



    encapuchados maracay

    Ofender y descalificar,
    es muy sabroso
    ..”

     

    Vergonzoso resultó el discurso de orden del Canciller Elías Jaua ante la Asamblea Nacional, con motivo de la conmemoración de una muy encarecida fecha patriótica.

    No solamente fue el contenido de su discurso (una verdadera ofensa a la razón y a la instrucción), sino su continente, su aspecto superficial, aparejado con el buen uso de la dicción, el tono de la voz, la gestualización y el dominio del escenario, lo que nos preocupa.

    En relación a su contenido, Jaua sin pudor alguno asimiló a la oposición venezolana, a su alta dirigencia, al fascismo puro y duro de Mussolini y al nazismo asesino de Hitler. No se necesita ser muy instruido, basta haber visto cualquier película, mala o buena, sobre las atrocidades cometidas en Europa bajo el abrigo de esa ensalada ideológica que fue el fascismo (incluyamos aquí al nazismo, su vertiente más radical y perversa), para percatarse de la grosera ignorancia o de la torpe manipulación que hace Jaua.

    En el supuesto negado que toda la oposición venezolana sea de derecha, el ser de derecha no implica comulgar con el holocausto nazi, el racismo o el totalitarismo de Estado (¿les suena eso de totalitarismo, es decir, la instauración de un Estado omnipotente, con una enorme y musculosa burocracia, que pretenda expandir sus tentáculos a todos los órdenes de la vida social, amenazando la esfera privada y la iniciativa individual? ¿Les suena?). A la derecha se le vincula al conservadurismo, a lo ultramontano, a la defensa de las costumbres y las tradiciones, a la religión, al poder económico; y en relación a esto último, al poder económico, recordemos que en un comienzo tanto la Revolución Francesa como la Revolución de Independencia venezolana estuvieron dominadas por las aspiraciones y los intereses del poder económico de la clase dominante. Para no hablar de los Girondinos en Francia, en Venezuela la idea de la independencia y de patria fue impulsada por quienes tenían el poder de la tierra, de la propiedad, y eran esclavistas; hablamos de los blancos criollos, de un Simón Bolívar, de un Marqués del Toro.

    Asociar a alguien de derecha con Hitler, es como asociar a un izquierdista con el asesino y sátrapa de Stalin. Sin embargo, Jaua lo hace y asocia a la alta dirigencia opositora con el fascismo, olvidándose, o no sabiendo, pobrecito, que el fascismo fue un fenómeno histórico singularísimo, que se dio en Europa como respuesta a la amenaza y al avance de la revolución soviética y el ideario comunista a lo interno de los países europeos. De fascismo como tal, entonces, no se podría hablar sino respecto a esa época. Otra cosa es hablar de actitudes de corte fascista (es imposible no comparar, sobre todo para ofender y descalificar, es muy sabroso y uno suele divertirse mucho), pero estas actitudes están tan cerca y emparentadas con la extrema izquierda, que a más de un estudioso se le ha ocurrido sencillamente hablar de espíritu totalitarista, de izquierda y de derecha.

    Pues Jaua obviando o desconociendo todo esto, nos regaló una pieza discursiva inolvidable. Solamente a Jaua se le hubiese ocurrido pronunciar un discurso así (la verdad, yo creo que al presidente Maduro también se le hubiese podido ocurrir esta genialidad, la diferencia está en que Maduro no cursó estudios universitarios, como Jaua, y hay que comprenderlo). Y lo hizo con aires de erudición, con paltó y corbata, citando autores, como si supiera.
    Pero decíamos que no solamente fue el contenido de su discurso sino su continente lo que nos preocupa. Jaua no practicó el discurso en su casa, a solas, viéndose en un espejo, modulando correctamente la voz, ensayando los gestos y ademanes, como aconsejan Demóstenes y Cicerón. Jaua lucía nervioso, atrabiliario, tímido y apenado, con vergüenza ajena por lo que estaba diciendo. No soportó ensayar su discurso para no equivocarse. ¡Lo entendemos, Jaua, cuesta leer aquello! Denso fue su discurso, aquí coincidimos con ese gran pensador e intelectual del chavismo, el muy veraz Earle Herrera. Fue tan denso que se hizo espeso, un verdadero mondongo, Earle, tú tampoco lo hubieses podido pronunciar. ¡Y menos desde tu kiosco!


    Por: RUBÉN DE MAYO
    Politica | Opinión
    @rubdariote
    rub_dario2002@yahoo.es
    EL UNIVERSAL
    jueves 11 de julio de 2013


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