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Thursday, November 21, 2024
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SEXO SIN TABÚ: Parejas abiertas no tienen un final feliz



SEXO SIN TABÚ Los pro y los contra de las infidelidades

Los pro y los contra de
las infidelidades
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“Cerca de 60% de las parejas en el mundo admiten ser o haber sido infiel…”

La moda llegó con la revolución sexual en la década de los sesenta.

Aunque sus defensores afirman que ayuda a romper con la rutina, los expertos temen que los celos se atreviesen en la felicidad de la pareja y la experiencia termine en divorcio.

Gerardo no tiene que inventarse la reunión de última hora; ni Luisa, su esposa, la visita a una tía enferma en Maracay para encontrarse, cada uno por separado, con sus amantes y pasar la noche en un hotel, si la cita acordada promete ir más allá de las caricias y los besos. Hablamos de las parejas abiertas, esa invención que legó la revolución sexual de los años sesenta, y que todavía hay algunos atrevidos que la practican sin temor a poner en peligro su estabilidad familiar.

En apariencia, el asunto promete ser muy sencillo. Una pareja, casada y hasta con hijos, acuerda que pueden mantener relaciones íntimas fuera del matrimonio, con el pretexto de enriquecer la confi anza mutua y su vida afectiva, ahí donde reside el amor con mayúsculas.

Lo único que se piden es libertad en el plano sexual, sin perder los benefi cios de su unidad marital.

“No es nada nuevo”, responde Leopoldo Salazar, psicólogo y consejero matrimonial, quien afirma que cerca de 60% de las parejas en el mundo admiten ser o haber sido infiel, aunque sea en un instante. “Es natural que en algún momento de nuestra vida conozcamos a alguien que nos atrae de forma física, y que nos impulse a echar una canita al aire, tanto en hombres como en mujeres”, afi rma.

El consejero entiende que, la mayor parte de las veces, cuando esto sucede la pareja podría estar pasando por un mal momento, pero advierte que no es esa la única razón porque “se puede ser infi el y no tener ningún problema de pareja”.

Probar del plato ajeno:

Pero está claro que lo que motiva a Gerardo y Luisa es que han decido establecer un tipo de relación paralela, tal vez en busca de sexo o una mezcla de sexo y afecto. De modo que cada pareja pacta sus condiciones. Lo primero es no informar al otro de sus aventuras y no convertir la relación con el amante de ocasión en práctica reiterada, “a no ser que estén buscando excusas para terminar en el divorcio”.

Las parejas abiertas cubren una franja del diverso mundo de eso que llaman amor y que no contempla relaciones cerradas, ni la monogamia sucesiva ni la infi delidad. “Lo que se busca es vivir sin culpa y sin castigo cuando se mantiene otras relaciones sexuales o afectivas sin renunciar a la pareja”. Salazar, sin embargo, no está convencido y no le ve futuro a esa práctica. “Lo digo, no por mojigatería ni mucho menos, sino porque siempre habrá excusas para las comparaciones, y en el momento menos esperado se resquebraja la confi anza mutua, sobre la cual se basan las uniones de parejas, tanto heterosexuales como homosexuales”.

Los riesgos o las dificultades que tienen que afrontar las parejas abiertas no son pocos, y aunque una de las cláusulas habituales en los contratos de las relaciones abiertas es que no está permitido enamorarse de otra persona, o por lo menos enamorarse con más intensidad. En realidad todavía no se ha podido inventar la pastilla que lo impida. Así que uno de los grandes riesgos que existen en este tipo de relaciones son los celos. Por eso hay parejas que admiten las relaciones sexuales ocasionales pero no las duraderas, y establecen la norma de ser siempre sinceros y contarse acerca de las otras parejas. Otras prefieren no saber nada.

Por: ELIZABETH ARAUJO
SEXO SIN TABÚ
Salud | Sexo
EL NACIONAL
MARTES 25 DE JUNIO DE 2013