“Ocho millones palpitan en el pulso
acelerado de la historia…”
Han pasado tantas cosas, se han impuesto tantas atrocidades, hemos vivido tantas humillaciones, nos han tocado tanto la cara, nos han sacudido tantos sentimientos y emociones, que a veces y tal vez demasiado seguido, no queremos volver sobre ellas porque la impotencia, la angustia y el ánimo contenidos nos inmoviliza en una búsqueda inconclusa de tranquilidad, de fuerza.
Pero he ahí que esta historia truculenta, este engaño macabro está vivo en testigos que la presenciaron y hurgaron en sus intimidades obscenas de poder, de barbarie y soez abuso de la personalidad y dolorosamente de la ignorancia de un pueblo manso.
Y llega el informe del Instituto de Altos Estudios Europeos.
Y paso a paso desglosa, informa, denuncia, acusa sin “pelos en la lengua” cada arbitrariedad cometida, cada articulo violado, cada detalle, cada noticia desplegada, nada se escapa, nada pasa inadvertido para concluir en este resultado cínico de un cartel político viciado en su propia ilegitimidad, publicitándose desaforado, burlona y desvergonzadamente ante el mismo mundo que lo conoce pero que en la hipocresía del poder, que coyunturalmente se comparte, hace ver más lo cruel que es.
El informe dedica su atención a las irregularidades primeras que desde el TSJ declaró válida la violación constitucional al asumirla como “continuidad administrativa”.
Usted lo recuerda.
No puede olvidarlo porque de esa decisión firmada por los mismos magistrados que con la presidenta Luisa Estela Morales cantaron y bailaron el día de su toma de posesión “Chavez no se va”, se estructuró esta larga secuela de desatinos que han permitido que la mano del papa Francisco hiciera sobre la frente del ilegítimo Nicolas la señal de la Cruz y toda esta pesadilla contra los derechos, principios y sueños de más de la mitad de Venezuela.
El informe no deja afuera nada… en él está la verdadera situación de un país sometido a condiciones lastimosas de violencia, de incitación al odio y descalificaciones personales en la relación del “cartel” político y la oposición, el Congreso y las actuaciones virulentas y desproporcionadas de un personaje como Diosdado Cabello quitando el derecho de palabra a los diputados hasta que reconocieran al ilegítimo que se tiene “impugnado” sin más reacción que un CNE desmedido en su poder, con una Presidenta que debe estar pasando un mal rato leyendo el informe mientras en la Republica Dominicana daba una clase magistral sobre las maravillas del cuestionado organismo.
Todo lo que hemos vivido en la más clara y voraz arremetida inconstitucional, está allí, en esas páginas.
Señalamientos ubicados, precisos, sobre el lenguaje oficialista. Los abusos y maltratos. Contra el silencio cómplice de Unasur, de otros observadores internacionales plegados a los mandamientos indecentes del CNE, este informe no lo va a querer leer Peña Nieto, ni el Vicepresidente de los Estados Unidos.
Tal vez ya esté en el colmado escritorio del Papa quien solicitó en estos días y después de recibir a Maduro, que le enviaran información sobre la situación de nuestro país.
Esto está vivo. Inquietamente vivo. Ocho millones palpitan en el pulso acelerado de la historia.
Por: Isa Dobles
Politica | Opinión
Sabado 22 Junio del 2013
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