Sólo una cosa queda por hacer:
Votar. Lo demás vendrá…
■ Que tengamos incertidumbre de quién puede ganar es una excelente noticia para la democracia.
Cuando estés leyendo este artículo, el país estará enfiestado en su máximo evento electoral: las presidenciales. No soy muy proclive a los comentarios dramáticos que insisten en que este es el “día más importante del resto de nuestras vidas y que lo que pase aquí definirá el futuro irreversiblemente”. Para mí, todos los eventos electorales son relevantes, importantes y definidores del futuro, pero una cosa debe quedar clara: pase lo que pase, nadie quedará aniquilado esta noche y vendrán muchas otras oportunidades para ganadores y perdedores.
Es evidente que la Venezuela de Chávez y la de Capriles no es la misma. Se debaten dos modelos radicalmente distintos: 1) la revolución, en el poder hace 13 años, cuya propuesta fundamental se basa en el Estado como “Big Brother”, gran repartidor de renta petrolera, capaz de manejar sin intermediarios la política, la economía y la sociedad, y 2) la evolución hacia un modelo abierto, basado en la propuesta de solución a los problemas cotidianos de la gente a través del fortalecimiento institucional, el estímulo a la empresa privada y la educación como base del desarrollo individual y colectivo.
Los electores han oído las diferentes propuestas y han tenido la oportunidad de ver y evaluar sus respectivas gestiones públicas. Difícilmente un venezolano que hoy se dirigirá a las mesas de votación no sabe quienes son Chávez y Capriles. Qué han hecho o dejado de hacer. Qué han prometido y qué han cumplido en el pasado. Cuáles son sus fortalezas y de qué pata cojean. Hoy los venezolanos tendrán la oportunidad de elegir cuál de esas Venezuela prefieren. De premiar o castigar y de seleccionar a quien consideran mejor para el país, para su familia y para ellos. Que tengamos incertidumbre de quién puede ganar es una excelente noticia para la democracia.
No venimos de una campaña equilibrada, pero vamos a votar con un sistema automatizado que cubre el 100% de las mesas, con la única excepción de las del exterior. Las dos alternativas tienen testigos en todo el país y recibirán copia de las actas de votación al terminar la jornada. Las auditorías se realizarán esta tarde con la metodología aprobada y revisada por todas las partes. Ambos comandos tienen equipos sofisticados de contaje rápido de actas que les permitirá anticipar resultados antes del primer boletín del Consejo Nacional Electoral y aunque no podrán compartirlos públicamente, si podrán calibrar el proceso, contrastar resultados y estar seguros que ha sido respetada la voluntad de los electores. Esto será clave para la rapidez con la que se reconozcan los resultados esta noche y evitar tensiones innecesarias.
El Consejo Nacional Electoral podría estar listo para emitir boletín poco después del cierre de la última mesa de votación, a menos que confluyan: una brecha muy estrecha entre candidatos, fallas de transmisión en mesas que representen un porcentaje de votos mayor que esa brecha y la necesidad de negociaciones políticas para garantizar la aceptación de resultados por parte del perdedor. Esa sería una situación compleja.
A lo largo del día circulará cualquier cantidad de información falsa de “exit polls” e información “privilegiada”. Los rumores atestarán el país y cada lado se dará por ganador hasta que el boletín sea emitido. Si la diferencia es amplia, pasará lo de siempre: fiesta y duelo. Si la diferencia en cambio es muy pequeña se pondrá a prueba la fortaleza y seriedad de nuestra democracia.
Sólo una cosa queda por hacer: Votar. Lo demás vendrá… hoy o después, pero vendrá.
Por: LUIS VICENTE LEÓN
luisvicenteleon@gmail.con
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EL UNIVERSAL
domingo 7 de octubre, 2012