¡Hasta cuándo!
No entiendo cuál es la razón para que algunos personeros de la oposición en lugar de fijarse en las debilidades del gobierno de Hugo Rafael que, por cierto, son muchísimas, prefieran expresar comentarios negativos en contra del candidato de la unidad electo democráticamente y que, como dijo Teodoro Petkoff ayer: “nos guste o no, Capriles es el candidato de la unidad”.
Henrique Capriles representa a la Venezuela decente, la del progreso, la que anhela un futuro de esperanza. Ya basta de chabacanerías y bajezas con el subterfugio de que sólo de esa manera es que se llega a los sectores populares. Es subestimar demasiado al venezolano. El que se identifique con el atraso, la corrupción y las ofensas puede votar por Chávez; pero el que quiera que Venezuela progrese y tenga libertades tiene la opción de Capriles.
Dos modelos y dos candidatos. El del progreso y la decencia, y el del atraso, el irrespeto y la vagabundería. Lo que sí es bueno recomendarle (o recordarle) a quienes dirigen la campaña de Capriles es que están obligados a ser amplios y tolerantes, de manera que nadie pueda decir que le han cerrado las puertas a la hora de participar.
El negocio de las encuestas:
De las encuestas no es necesario hablar, porque tal y como están las cosas, ni de un lado ni del otro se les tiene confianza. El oficialismo se ha encargado de desacreditarlas, exhibiendo como su principal encuestador a Jesse Chacón. Aunque al golpista y ex ministro convertido en encuestador, se le han unido algunos mercenarios de las encuestas, capaces de venderle el alma al diablo con tal de ganarse unos buenos churupos.
De lo que debemos hablar es de lo que verdaderamente interesa al pueblo. De los apagones, de la inflación, de la inseguridad, del cerco presupuestario a nuestras casas de estudio, de las malas condiciones en que se encuentran nuestros hospitales. A mí, en lo particular, lo que me interesa es que mi candidato, o sea, al que quiero como Presidente de la República, respete a todos los ciudadanos, que trabaje por la unificación nacional y se empeñe en convertir a Venezuela en un país pujante. Que sea auténtico, que le importe su país, que trabaje por él, que invierta el erario público en la nación, y que deje de estar subvencionando otros pueblos en lugar de cumplirle primero a los venezolanos.
De águilas y moscas
Chávez ha dicho, con su megalomanía característica, que águila no caza mosca. Pues bien, los papeles parecen estar invirtiéndose. Hoy la mosca parece Chávez y el águila Henrique Capriles Radonski. Mientras Chávez insulta, Capriles trabaja en contacto persona a persona por toda Venezuela. Chávez insulta vía Twitter o por radio y televisión y Capriles, visita a la gente.
¿Quién es el disminuido? ¿Chávez o Capriles? No hay dudas que el chavismo y su jefe están desesperados y por eso inflan las encuestas. El desespero es razonable. Ellos saben que el discurso se les agotó; que han tenido casi 14 años manejando la mayor suma de recursos de la historia y no han hecho nada. Chávez sabe que está en la peor situación desde que se dio a conocer. Está enfermo, y en lugar de luchar para ganar unas elecciones, está luchando por alargar su vida y llegar vivo al 7 de octubre. Repito lo que siempre he dicho, quiero ganarle a Chávez en las urnas electorales, aunque las probabilidades cada día sean menores de que pueda presentarse el 7 de octubre.
Entre un hombre fracasado en el ejercicio del poder y que además está enfermo de gravedad o un joven emprendedor exitoso como gobernador, no hay dudas que debemos inclinarlos por la juventud y por el progreso. Lamento que Chávez esté enfermo, pero más lamentaría que Venezuela siguiera en sus manos.
¿Diosdado el sucesor?
Diosdado y su afiche constituyen el acontecimiento político de la semana. El hecho dañoso: la destrucción de las evidencias del caso de La Planta.
El afiche es una expresión del conflicto interno en el oficialismo. Una expresión desesperada, la exteriorización de un problema que avanza en las catacumbas, pero que se empieza a percibir. Dicen que ese afiche lo pegaron los contrarios a Diosdado para ponerlo de malas con el tirano. Pero perfectamente cabe la sospecha de que haya sido el mismo Diosdado, quien, como muchos saben, tiene hasta un comando de campaña desde hace bastantico tiempo, además. Algo saben por allá del inminente desenlace de la trama esta de la enfermedad. Cínico decir que la oposición lo hizo. Imagínense lo que hubiese pasado si fuera así. Ya la fiscalía los tuviera presos.
Mientras el paciente presidente hace sus apariciones fugaces, hay un hervidero en el PSUV. Sus delfines saben que “Canuto” está mal, dudan de sus fortalezas, entienden que sería un milagro si llega caminando al 7 de octubre.
Diosdado tiene pegada en el sector militar. Hay muchos “favores” que agradecer. Se han llenado con las dos manos y gracias a Diosdado, que sabe de negocios y que los ha puesto a comer “caliente”. Esperan con Diosdado, seguir en la mantequilla.
Esos afiches no son casualidad. Está abonando el terreno. Los contrarios al sector de Diosdado en el PSUV se entienden que después de Chávez Diosdado es el fuerte. Con un enfermo terminal cualquier cosa puede pasar. A Chávez lo llorarán muy pocos. No ha muerto, y la pelea ya es muy grande por la sucesión. A todas estas, el venezolano sigue esperando tranquilidad y prosperidad, que evidentemente no se la puede dar ni Chávez ni sus indignos herederos.
Carabobo: la tierra de lo posible
No comulgo con las ambiciones desmedidas de poder. Ni del oficialismo ni de la oposición. Lo digo porque creo en la palabra y en los acuerdos. Hay un acuerdo de la MUD sobre los candidatos. Es incomodo ver que desde la oposición hay cálculos distintos a los del pueblo. Mientras la mayoría piensa en el 7 de octubre, otros piensan en las elecciones de Gobernador y de Alcaldes. Se equivocan los que creen que pueden ser gobernadores o alcaldes si antes no ganamos el 7 de octubre. Nuestro compromiso hoy es con el pueblo y convertir a Capriles en el próximo presidente de Venezuela. Luego a cumplir con los pactos. Pacta sunt servanda. Los pactos son ley, y como tal hay que respetarlos. Ahora bien, una cosa es en la oposición y otra muy distinta en el chavismo. Señores: falso que Maduro sea el candidato a gobernador. Creo que al final será Rafael Lacava, quien, dicho sea de paso, sería la mejor ficha del oficialismo frente a Henrique Fernando Salas Römer. Tiene una buena gestión en Puerto Cabello y es un chavista light capaz de conversar con la oposición.
Por: Pablo Aure
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