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INSEGURIDAD: Bandas colombo-venezolanas organizan secuestros prolongados



Cuando los delincuentes no cuentan con viviendas, organizan campamentos improvisados conocidos como "cambuches".

Ahora los delincuentes adoptan
mecanismos de la guerrilla (I)

 

El año 2011 cerró con 170 casos de este tipo.

Desde el 1º de enero hasta el 11 de mayo se registraron 61 plagios.

En la actualidad 11 personas permanecen cautivas, de acuerdo con información suministrada por Fedenaga.

Después de 7 años de haber sido secuestrado, Carlos Mijares ­nombre ficticio­ recuerda cada detalle de la amarga experiencia que vivió a mediados de 2005. Los plagiarios contrataron a 6 personas para que lo tuvieran en cautiverio durante 43 días en una zona montañosa de los Valles del Tuy. La mayoría de las veces ingirió comida enlatada y en 2 ocasiones se comunicó con su familia a través de videos. Aunque la historia parece de película, en el país este tipo de secuestro no es una ficción.

“Iba por la Cota Mil y dos hombres que estaban en motos de la PM me obligaron a pararme y me llevaron al cautiverio en mi carro. Al llegar, me entregaron a otras personas que me hicieron subir una montaña. Cuando los vi con unos plásticos negros, pensé que me iban a matar, pero con eso y unos mecates instalaron un campamento tipo cambuche, similar a los refugios de la guerrilla paramilitar. Allí me tuvieron esos días”, relató el hombre.

Durante ese mes y medio su única distracción fue matar insectos: “Se tapaban las caras con franelas y a veces veía cómo bajaban a buscar comida o agua potable. Asumo que en alguna casa cercana les cocinaban. Me lavaron la ropa en dos ocasiones. Cuando iba a hacer mis necesidades ellos me daban una pala para abrir un hueco en la tierra. Los últimos días llovió mucho, pero ese material resiste la lluvia.

Gracias a Dios, la policía me rescató. No he olvidado los días que estuve secuestrado, pero no pienso irme del país”.

El comisario general retirado del Cicpc y fundador de la División contra Extorsión y Secuestro de ese cuerpo policial Joel Rengifo explicó que en Venezuela los plagiarios organizados han adoptado mecanismos empleados por la guerrilla colombiana y delincuentes de ese país.

“Está comprobado que la mayoría de las bandas de secuestros organizadas tienen al menos un desertor de la guerrilla colombiana o personas de esa nación que conocen cómo manejarse en estas situaciones. Los delincuentes inexpertos no tienen la logística para mantener a personas en cautiverio y no conocen cómo entrar a una zona boscosa, donde hay que saber manejarse si hay culebras u otros animales”, dijo.

El especialista destacó que las bandas organizadas tienen a personas encargadas de realizar las llamadas desde otros países: “Ellos siempre tienen a alguien que llama desde Colombia u otra nación para darle a entender a los familiares de la víctima y a la policía que tienen a la persona fuera de Venezuela”.

El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), Manuel Cipriano Heredia, destacó que desde hace aproximadamente cinco años las bandas delictivas expertas en secuestros prolongados han cambiado el modus operandi.

“Antes, los secuestros en la frontera eran más apetecibles, pero desde 2011, y sobre todo en este año, se han registrado más casos en Caracas y en centro occidente. Otro aspecto que ha cambiado es que hace alrededor de cinco años los plagiarios mantenían a sus víctimas en cautiverios fuera del país, mientras que en la actualidad las resguardan en zonas boscosas y montañosas. Anteriormente había más casos de productores agropecuarios secuestrados, ahora los estudiantes y comerciantes son las principales víctimas”, advirtió.

Un caso que impactó a la opinión pública en 2006 fue el de los hermanos Jhon Bryan, Kevin José y Jeason Faddoul, junto con su chofer Miguel Rivas, que después de 40 días en el sector El Lechosal de los Valles del Tuy fueron ejecutados.

Han pasado seis años, pero residentes del barrio Mopia, donde vivían varios de los involucrados, aún están consternados, tanto que recuerdan en detalle la logística usada por los secuestradores.

Las 4 víctimas estuvieron cautivas en una zona boscosa de San Francisco de Yare que está aproximadamente a 15 kilómetros del barrio. El lugar, que se presume era un rancherío abandonado, no contaba con las condiciones para lavar ni cocinar, y la comida que sus cuidadores les daban era preparada en Mopia.

“Después de que nosotros vimos que se llevaron a varios de nuestros vecinos presos, entre ellos a la mujer que cuidaba a los Faddoul y que es conocida como `la Chiqui’, entendimos por qué no había dormido más en su casa. Sólo venía en el día para preparar la comida y lavarle la ropa a las víctimas”, relató un habitante de Mopia.

Pago de rescate no garantiza la vida. El comisario Joel Rengifo asegura que el pago de rescate no es garantía de que la víctima estará libre de peligro: “Si la autoridad que está llevando las investigaciones le sugiere a los parientes de las personas que no paguen el rescate, tienen que tomar en cuenta la asesoría aunque piensen que si entregan el monto solicitado van a salir de esa situación. La mentalidad de los secuestradores no es igual. No se puede confiar en la palabra de un delincuente”.


Por: ANGÉLICA LUGO
alugo@el-nacional.com
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DOMINGO 13 DE MAYO DE 2012