“El Cicpc engaveta los casos
y no los resuelve…”
■ El Diablo no es leal ni tiene gratitud aún ni por quienes le obedecen, mal paga el diablo..!
En un reportaje publicado por este diario, firmado por Sandra Guerrero, se informa que en 2011 fueron asesinados 84 agentes de la policía y de otros cuerpos de seguridad. El motivo de algunos casos fue despojarlos de su arma de reglamento. De esa manera el hampa común abastece su parque de armamento moderno de manera sistemática y sangrienta, y priva de la vida a los guardianes de la ley.
Basta con imaginarse 84 pistolas de alto calibre en manos de quienes no dudan en disparar contra un ciudadano o un policía que se resiste a dejar que lo despojen de sus bienes materiales o, en el caso de los cuerpos de seguridad, de su arma de reglamento que debe custodiar y mantener a buen resguardo porque, de lo contrario, se expone a un castigo disciplinario. De forma que se encuentran en la encrucijada de perder su pistola o perder la vida, y valientemente escogen esta última opción.
Lo peor es que esta práctica del hampa se ha prolongado largamente durante lo que va del año 2012. Según el reportaje de El Nacional , en apenas 2 meses y medio han sido asesinados 26 policías. Esto es algo insólito en un país donde la inseguridad no sólo azota a los ciudadanos corrientes sino también a quienes se supone deben ser respetados y estar entrenados para hacer retroceder a las bandas violentas que no distinguen partidos ni colores.
Habría que preguntarse el por qué de esta “amigable política” del Gobierno con el hampa que prolifera a lo largo del territorio nacional y en la zona metropolitana en especial. No olvidemos que el presidente Carlos Andrés Pérez envió a Freddy Bernal a Nicaragua para que entrenara a la policía del nuevo régimen democrático de la señora Chamorro. Y según tenemos entendido hizo un buen trabajo que todavía se le agradece y se le recuerda.
¿Y por qué no lo hace aquí, en bien de los caraqueños? En cuestiones de seguridad no se puede estar inventando ni mucho menos descalificar a quienes saben y tienen conocimiento de ese enorme problema que significa pacificar el país, estado por estado. Y para eso hace falta que se reúnan profesionales de todas las tendencias y ayuden a buscar una solución que no corresponda a un solo partido ni a una sola personalidad.
Se trata de un problema complejo que tiene mucho que ver con la experiencia y con la sensibilidad hacia los derechos humanos, que no deben ser violados porque se quiere eliminar la violencia. En el estado Miranda, el comisario general Elisio Guzmán ha manejado este asunto con el ejercicio quirúrgico de la fuerza en el momento adecuado y con la mano pacífica y respetuosa en la otra. No hay necesidad ni se justifica la represión sin el manual de derechos humanos sobre el escritorio.
La ONU en sus informes anuales sobre la violencia y el tráfico de armamentos ha hecho hincapié en que los principales suministradores de armas al crimen organizado son los propios gobiernos que tienen fábricas de armas.
Por: Redacción
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EL NACIONAL