ALTO
CRÓNICA DE UNA RECAÍDA ANUNCIADA. Mucho hemos escrito sobre el impaciente paciente portador de un cáncer que no ha terminado de salirse de su cuerpo. Desde aquel sábado 25 de junio de 2011 cuando lo escribí en www.runrun.es y luego, al día siguiente, en un extenso reporte de una página en este diario, no hemos dejado de estar preocupados del enfermo y su enfermedad. Varias veces en estos ocho meses -y pueden verse en nuestra web como también en www.eluniversal.com- nos hemos referido al tema, bien haya sido para aclarar dudas o comentar algunas menciones de otros medios que han publicado datos incorrectos. En ningún momento, desde esa fecha original, hemos utilizado el asunto de la salud presidencial para buscar palmarés o notoriedad mediática. En su momento rechacé entrevistas sobre el caso así como este lunes lo hice con 86 medios globales, y ayer con otros 35 que querían conocer más detalles luego que, por segunda vez, el Comandante Presidente nos diera la razón y confirmara nuestros tubazos. Tranquilo aguanté la guerrilla mediática roja y la de sus funcionarios -así como la del “narcoprófago oficial” de la nocturnidad televisiva- pues estaba seguro de que estaba cumpliendo con un deber profesional, con la verdad en la mano, ante un asunto que trasciende la censura, la auto censura o el compromiso comercial de algunos medios. Creo que el país merece conocer esas verdades, sin mediatintas ni intermediarios. Más aún tras la celebración exitosa, por primera vez en Venezuela, de las elecciones primarias de los partidos democráticos que hacen oposición al régimen militarista que lleva más de 13 años en el poder. Prevista como está una elección presidencial el próximo 7 de octubre, es clave, básico y obligatorio para un gobierno que controla con el dedo presidencial todos los poderes públicos, decirle la verdad no solo a sus seguidores, a su clientela política del PSUV y a sus militares de confianza sino a toda Venezuela y al mundo.
Ha pasado casi un año desde que aparecieron sus dolencias físicas, ocho meses desde sus dos operaciones, y el Caudillo rojo no ha hecho caso ni a sus médicos ni a su familia. Ni siquiera ha escuchado a su mentor e ídolo Fidel Castro, o a sus amigos Lula Da Silva, Fernando Lugo o Cristina Kirchner, quienes han insistido en que se haga los tratamientos debidos y observe las recomendaciones de sus galenos. Lula y la presidenta Dilma Rouseff le ofrecieron el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo en su momento, igual que el sábado pasado cuando la Presidenta brasilera, hablando a nombre de Lula quien está “en reposo absoluto de su voz pues si hay que operarlo de nuevo quedaría mudo y tendría que utilizar un aparato de fonación”, le reiteró a Chávez -que estaba en Cuba- la misma oferta, añadiéndole los tres médicos oncólogos que tratan al expresidente.
La frase que escuché en ese nosocomio brasilero, en enero, se la atribuyen al ex mandatario: “Chávez se va a perjudicar por su paranoia”, refiriéndose a la insistencia de Chávez, reiterada ahora, de operarse en Cuba por “su seguridad”. Un médico me llamó anoche para decirme que esa seguridad era la de la confidencialidad en torno a lo que encuentren cuando lo abran para operarlo. Temen que en los hospitales que hasta antier fueron la opción, como el Militar, el de Clínicas Caracas o el Sirio-Libanés, dejen permear la verdad sobre el enfermo. Chávez no se ha venido sintiendo muy bien aunque disimula el malestar. Lo que hizo ante la Asamblea por casi nueve horas, con una sonda y depósitos en sus piernas que no le permitían sentarse para poder bajar la orina, o sus caminatas por Fuerte Tiuna, o el simulacro de softbol ente la prensa internacional, han apuntado en ese sentido. Por eso el excesivo uso de esteroides que lo han puesto hinchado y cuya primera recomendación de eliminarlos vino precisamente de Brasil.
Tras su primer intento de esconder su viaje a La Habana, tuvo que aceptarlo después cuando explicó que el sábado se había hecho un examen -en el Cimeq- y debía operarse de nuevo. Ante lo que allí le plantearon fue que, desde Barinas, partieron a la capital cubana su madre, su hermano Adán y dos de sus hijos. Tras horas de reunión y debate decidió regresarse a Venezuela, por Barinas, el lunes de madrugada. El avión presidencial partió antes de las 2:00 a.m. Fidel quería que se quedara y se operara de inmediato, pero Chávez quiso dejar arregladas varias cosas antes de someterse a la cirugía que pareciera será allá, el fin de semana. El nerviosismo normal para una eventualidad que se repite, domina la escena presidencial. Él sí sabe lo que tiene al igual que los nueve médicos que participaron recientemente en una videoconferencia para estudiar su caso y las secuelas que viene dejando en su humanidad. Los galenos son tres cubanos del Cimeq, un venezolano del HDCC, tres brasileros del HSLSP y dos españoles: el Dr. José Luis Sabrido y su ayudante. Estos dos participaron en la segunda operación en Cuba en junio pasado. Como esa discusión fue vista por otros ojos en Brasil, se piensa que de allí vinieron las filtraciones que el periodista Merval Pereira desarrolló en el muy leído diario O´Globo. Aunque el enfermo niega la palabra metástasis, el hecho de que las lesiones reaparezcan en otros órganos daría pie a usar el término si vinieran del mismo cáncer original. El rechazo de su organismo a los esteroides fue una de los primeros hallazgos de la junta médica. La dificultad operatoria, la reanudación de quimioterapia en el mes de abril, y la aplicación de radioterapia en los órganos que se consideren proclives a contaminarse. En fin, es un panorama nada alentador para quien dejó de lado todas las recomendaciones con el solo objetivo de ganar de nuevo la Presidencia en octubre de este año. La angustia, la ansiedad, la molestia y la rabia que causaron en el Caudillo las elecciones primarias incrementaron su malestar. Las cadenas repetitivas así lo demostraron.
No darse cuenta de que su mensaje está obsoleto y que aunque se le oiga ya no se le escucha; que sigue ofreciendo lo mismo que ha ofrecido cientos de veces y no cumple; que su repetitivo y reciclado tren de ministros y funcionarios es de una mediocridad única; que su mentor económico Giordani salió en una encuesta como el peor ministro de Finanzas de Latinoamérica; que la inflación es la más grande del mundo; que la tasa de criminalidad y la delincuencia está entre las cinco primeras del globo; que los acuerdos con Rusia, Siria, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua, Zumbase e Irán no han servido sino para hacer ricos a funcionarios de esos gobiernos; y que en las votaciones del 12F sufragaron sus papeletas cientos de otrora rojos rojitos, tiene que haberlo deprimido y puesto a la defensiva como se ha comprobado. Nada de eso lo ayuda. Él lo sabe. Por eso repite que su revolución ya tiene su impulso, que es un ser humano no inmortal y pide a Dios que “alargue su vida hasta donde Él quiera”. Tiempos difíciles para él y la República. Esperemos que ambos salgan bien parados.
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NELSON BOCARANDA SARDI | EL UNIVERSAL
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jueves, 23 de febrero de 2012