No es muy difícil conseguirle
un nuevo nombre al Presidente
Incluso, muchos venezolanos lo llaman de distintas maneras, pero quizás uno de los nombres mas utilizados es precisamente el de “Esteban”.
Desde su primer discurso como Presidente electo en el Teatro Teresa Carreño comenzó a vociferar a todo gañote y a prometer la solución de asuntos complicados, jurando cualquier cosa como si no le temiera a la palabra de Dios. Uno de los juramentos que dejó “boquiabierta” a mi tía Antonia, fue ese, que se cambiaría el nombre, “…si no exterminaba o acababa con el fenómeno de los niños de la calle”-palabras más, palabras menos-.
Después lo que vino fue una verdadera fiesta de promesas incumplidas, que caían en el terreno del abuso y la falta de respeto a la cordura. Recuerdo clarito, cuando Esteban de Jesús ofreció la construcción del segundo puente sobre el lago de Maracaibo y con lujo de detalles exponía ante un auditórium frenético de seguidores que aplaudían a rabiar; que dicho puente tendría un ferrocarril por el medio, un piso de restaurantes con vista al lago y una parte sumergida en el lago, convirtiendo el puente en un túnel submarino. Lo que faltaba en el cuento, era al mismísimo silbón cantando con cuatro, arpa y maracas, para recrear a los paisanos.
Esteban me hizo pensar con todos sus cuentos narrados en cadena nacional, que su creatividad no tenía nada que envidiarle al concepto expresado por el maestro Arturo Uslar Pietri en 1947, cuando dice sobre el Realismo mágico que “… Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad”.
Ciertamente, Esteban de Jesús nos ha caído a cuentos durante estos, casi 14 años de mando y pretende seguir haciéndolo. Me quedo perplejo cuando sus seguidores, estupefactos por su palabrerío, le siguen como las ovejas al pastor, rumbo al matadero con sus cuentos de hechizo. Otro ejemplo digno de mencionar es aquel que ofrecía sanear el contaminado río Guaire cuyo recorrido cloacal sería transformado en un hermoso balneario, cual río Apure, para ser disfrutado en sancochos y hervidos de gallina domingueros, por una población usufructuaria de sus cristalinas aguas recreativas. Tan pronto, terminó de exponer su cuento, emitió las invitaciones de rigor para que sus “invitados” tomaran nota debida y fuesen los primeros bañistas, que confirmaban precisamente, que lo harían, como señaló la mandataria nombrada a dedo, Jacqueline Farías: Aquí también faltaba colocar en el paisaje romántico, al mismísimo “Guardajumo” para que le diera una nota de aventura al cuento.
De ésta manera, es preocupante que Esteban juegue con el futuro de la gente y su esperanza. Su manera de gobernar a dado al traste con empresas otrora productivas que quedaron con la cicatriz de la expropiación y no habrá nombre que ponerle, ante el fracaso de su gestión incumplida…Esteban, el Pavoso.